Conzultoría Matrimonial y Familiar
Publicidad
Como decía en el artículo anterior, una de esas modas que está cobrando tendencia es vivir en unión libre, decisión que toman algunas personas por los comentarios apuntados, ya que prefieren vivir así, sin considerar en casarse posteriormente. Algunos piensan que casándose podrían terminar en divorcio -por ser también una tendencia y no moda-, otros más creen que de alguna manera hay que vivir la sexualidad, pero sin ataduras; también hay algunos que piensan que es lo mejor, pues los compromisos (el papelito) matan el amor… así podríamos considerar un sinfín de argumentos -valederos algunos- que han llevado a la gente a tomar la decisión de unirse a otra persona, compartir la relación como un matrimonio de hecho y no de derecho.
Publicidad
El pacto matrimonial, en muchos países, tiene más connotación religiosa que jurídica. En cuanto a los católicos, la Biblia establece que la bendición del Señor es un tesoro; nunca viene acompañada de tristeza y, dentro de esa bendición, solo cabe un tercero -que es Jesucristo- asegurándonos que uno solo puede ser vencido, pero no dos que presentan resistencia. El cordón de tres hilos no se rompe fácilmente. La gente que no conoce a Dios vive sin ese tesoro, pensando en el fracaso en lugar de pensar en la dicha y el éxito que se puede lograr.
Mientras, la propia religión establece que la unión libre es narcisista, pues busca el bienestar propio antes de pensar en el bienestar del cónyuge, con cero compromisos y, por lo tanto, un amor muy cuestionable; sin embargo, curiosamente vemos hoy a las parejas del mismo sexo buscando poder casarse, mientras que las parejas heterosexuales buscan vivir sin casarse, un fenómeno que nos indica que algo no anda muy bien en la mentalidad colectiva.
Lo que es cierto es que las distintas estructuras de familia contribuyen de manera diferente al bienestar de adultos y de niños; diferentes estudios -en varios países establecen que el porcentaje de violencia física en mujeres que se encuentran en situación de unión libre se incrementa en un 100%, en comparación con aquellas mujeres que están casadas.
Los adolescentes que cursan la educación media superior y viven con ambos padres casados, tienen un 9% de posibilidades de desertar, mientras que para aquellos que viven [con padres] en unión libre, el porcentaje de deserción se incrementa al 17%; así también se descubrió que los adolescentes procedentes de estas últimas parejas tenían más probabilidades de padecer problemas afectivos y de comportamiento que los jóvenes educados por matrimonios unidos, por lo que concluyen que los hijos de un matrimonio estable tienen mayores posibilidades de terminar una carrera profesional.
Ante estas paradojas de la vida -estemos o no de acuerdo, como lo decía en el artículo anterior- los cambios que se están sufriendo en el mundo multifactorial se están dando con el respaldo de acciones jurídicas. En México, la Suprema Corte de Justicia declaró en la Jurisprudencia 43/2015 que las leyes estatales que impiden el matrimonio entre personas del mismo sexo son inconstitucionales; esta tesis jurisprudencial señala que es incorrecto decir que el matrimonio tiene como finalidad la procreación, pues en realidad cumple otras funciones sociales. Al definir al matrimonio como unión heterosexual, varias normas estatales discriminan a las personas por su orientación sexual y, por lo tanto, contravienen la igualdad de derechos que consagra la Constitución Federal Mexicana.
La presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) dijo que el derecho al matrimonio igualitario debe ser acatado por todas las autoridades que todavía no se ajustan a los criterios de la SCJN, quien determinó que el matrimonio no puede ser definido solamente como la unión de hombres y mujeres (con fines de procreación).
Lo cierto es que la falta de leyes o políticas públicas continúa siendo un problema, así como los prejuicios y estereotipos que afectan la interacción social ordinaria, generando violencia contra este sector. Ud. decide que hacer.
Reitero que todos los artículos del suscrito son reflexión, y como siempre agradezco a mis dos que tres lectores sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com
El Licenciado Roberto Bautista, reside en Tijuana, B.C.
