13.7 C
Tijuana
domingo, febrero 18, 2024
Publicidad

César Chávez, líder social religioso

“No podemos sacrificar el Evangelio al marxismo”.

San Juan XXIII, 9-6-1956


Publicidad


 

Cuando le preguntaron a César Chávez si la Unión Campesina que dice defender los derechos de los trabajadores del campo en California está afiliada al Partido Comunista, Chávez simplemente expresa que ellos son “católicos”, advirtiendo que cómo pueden ser católicos y comunistas a la vez.

Con motivo de la admirable producción cinematográfica de Diego Luna, los noticieros televisivos como el de Carlos Loret de Mola, han recordado que César Chávez, nació en Yuma, Arizona; y falleció en San Luis, Arizona, en medio de la pobreza, mientras muchos de sus seguidores y algunos familiares han vivido en la abundancia.


Publicidad

 


César Chávez resulta ser un auténtico líder espiritual y moral en defensa de los campesinos, que en California, hacia 1960´s, ganaban tan sólo dos dólares diarios, explotados por los capataces y agricultores que se rindieron y perdieron la batalla ante los ayunos, oraciones y empecinamiento no violento de Chávez y muchos de sus seguidores.

Parece verdadero que Chávez fue un líder inspirado principalmente en su Fe Católica, y abierto a todo. Pero no comunista, ni marxista. Contemporáneo y amigo del único presidente Católico de Estados Unidos, John F. Kennedy y su hermano el Senador Robert Kennedy. Incluso Chávez fue recibido en el Vaticano por el Papa Pablo VI. Los Kennedy, amigos de Juan XXIII, lo fueron de César Chávez, como lo fue del reverendo Bautista Martin Luther King Jr., y muchos otros rabinos, pastores y líderes políticos que apoyaron la verdad y esencia del movimiento por los derechos de los ilegales y trabajadores del campo.

Agotado por un prolongado ayuno de más de 20 días, César Estrada Chávez reaparece animando el movimiento y se fortalece cuando el sacerdote le participa del Pan Eucarístico, es decir, el Cuerpo de Cristo. Algunos conocedores que han trabajado en Salinas, Delano, Stockton y el inmenso Valle de San Joaquín en California, afirman que efectivamente el de Chávez fue un movimiento al revés del Padre Hidalgo; inició en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Delano, California; y Chávez siempre rechazó tajantemente la violencia en su movimiento.

A la manera de la Unión Popular del beato mártir mexicano, Anacleto González Flores, César Chávez puso contra la pared a los productores agrícolas explotadores de la mano de obra mexicana y filipina –por decir algo–, organizando un boicot en el consumo de uva y vino, procedente de los campos propiedad de los infames inmigrantes europeos y no sólo “gringos” como se quiere hacer ver.

Incluso, el Cardenal Emérito de Los Ángeles, Arzobispo Roger Mahony, recordaba cómo aprendió a defender los derechos de los ilegales en las empresas de su señor padre que protegía la dignidad de los trabajadores perseguidos por la migra.

César Chávez, nació lejos de los centros despóticos del poder de Arizona, como Tucson y Phoenix, donde coincidieron la “gobernadora” Brewer y el nefasto alguacil Joe Arpagio. Yuma, está en las orillas del Río Colorado, y sus padres se fueron a trabajar al templado clima californiano; quién sabe cómo Chávez aprendió ya sea de Luther King, de los Kennedy a resistir a las tentaciones del poder y del dinero mal habido de quienes llegaron a pagar tan sólo dos dólares por jornada a cientos de miles de campesinos, que, se sabe, eran explotados impunemente hasta que apareció este líder inspirado en la paz, la no violencia, en la Virgen de Guadalupe, y que como se muestra en la película y como hoy es una realidad, millones de trabajadores ya no ganan dos dólares al día, sino hasta 11 o más dólares por hora de trabajo; más las horas extras y seguridad social y servicios de salud.

Mucho habría que agradecer a Diego Luna el recordar, y sobre todo al movimiento y al mismo César Chávez y su familia, lograr el que hoy y durante muchos sexenios, la economía mexicana siga sobreviviendo gracias a las remesas de casi 20 mil millones de dólares que anualmente envían los paisanos a sus tierras. Esa es otra parte de la historia de México que con pena y alegría tenemos que aceptar.

Si César Chávez murió en San Luis, Arizona, en medio de la abnegación y el abandono, y si su movimiento fue tan guadalupano y humano, esto lo ubica en el mundo entre líderes como Luther King, John F. Kennedy, Gandhi, Mandela, Vaclav Havel (Checoslovaquia), Lech Walesa (Polonia) y muchos otros que motivados por su Fe, resistieron hasta derrotar como así fue: la indiferencia social de la gente, y la tentación de la violencia que provoca la avaricia de los ricos tentados por la explotación.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas