La necesidad de transparentar las Nóminas oficiales es legítima, porque solo deben estar servidores auténticos y porque las pagamos todos. No hay elección donde no se contrate a los incondicionales que operaron la campaña, para inventarles puestos. Sin tener el perfil ni aportar en beneficio social directo e indirecto. Es reconocido que en las campañas electorales se apuesta de que con el “triunfo” del diputado, alcalde, senador, etc., se incrustan en los tres poderes. Se genera una nómina monstruosa, ineficiente, obesa que explica junto con los contratos, los moches, el caos y la corrupción de una ciudad sin ciudadanía que se rebele contra abusos crónicos.
La sociedad debe diagnosticar el Estado en que reciben la administración de Tijuana, para recuperar control político lastimada en acusaciones de fraude electoral y con pobre tercio de participación electoral.
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No estamos hablando de la corrupción de los injustificados viáticos, de los inflados gastos de gasolina, facturación de teléfonos celulares, de los autos al servicio de funcionarios y su familia. Ni de los 80 millones de dólares de multas e ingresos que van directos a las carteras de Sindicatura y Presidencia en los altos mandos del municipio en el periodo de Jorge Astiazarán o Carlos Bustamante y los que siguen. El escándalo nunca claro y por esas y otras fugas, no compran camiones para recolectar la basura, por ejemplo con 80 millones de dólares se podrían comprar 160 camiones nuevos, http://bcreporteros.com/informa/las-cochinadas-de-la-sindicatura/. Igual se desconoce el destino de ingresos municipales por cientos de permisos piratas de operación de Oxxo’s, venta de licores, horarios de antros y giros negros, lo que se recauda en puntos de venta de drogas en cientos de “tienditas” y muchos etc., http://bcreporteros.com/informa/astiazaran-el-dr-que-venia-a-curar-los-males-de-tijuana/.
La falta de transparencia, la no rendición de cuentas, el derroche de recursos, ineficiencia e irresponsabilidad junto con la corrupción y la ineptitud moral, hace ingobernable el ayuntamiento.
¿Cómo se puede medir este problema con la información disponible? Revisando la nómina municipal de los miles de trabajadores que cobran un salario, y que va de los 5 mil pesos o aún menos en el caso de los docentes por horas de asignatura, hasta con los salarios de los altos funcionarios que por decreto tienen asignados prestaciones y privilegios y canonjías que someten a regidores, alcaldes a romper la distribución de beneficios a la ciudadanía. Tijuana podría ser un orgullo y modelo con la aplicación financiera inteligente y limpia que deberían ingresar.
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Lo primero que llama la atención en la larga nómina del municipio de Tijuana es la abundancia de personal de la dirección de seguridad pública. Pero no queda claro para qué y a quién sirven tantos policías. Si fueran operativos Tijuana sería una de las ciudades más seguras de la República. Da la impresión de que hay personal en otras áreas invisibles, que la población no registra, y no impactan en la contención de la inseguridad ni de la criminalidad. Y el problema más escandaloso y criminal es la INSEGURIDAD PÚBLICA en todos los niveles sociales, desde trabajadores que se les asalta por un celular, hasta los empresarios del CCE que se reunieron con los tres niveles de gobierno.
Los sueldos comparativos de los profesores del sistema de educación municipal son sensiblemente menores que los de los policías, un profesor gana de 12 a 15 mil pesos mensuales, pero los agentes de seguridad tienen ingresos promedio de 25 mil pesos o mucho más en el caso de guardaespaldas de funcionarios.
¿Qué personal es imprescindible en la operación del gobierno y cuál es un florero? ¿Cuánto se invierte en la burocracia? ¿Qué porcentaje de los servidores públicos están en el ramo de la seguridad pública? ¿Qué indicadores de eficiencia tiene el cuerpo policiaco y la estructura del ayuntamiento? ¿Cuánto del gasto total del municipio se aplica en sueldos salarios y prestaciones? ¿Cuánto de gasto corriente y de inversión? ¿Qué aporta en bienestar a la ciudad la nómina? ¿Qué hay de músculo y de grasa en la burocracia? ¿Cuánto del personal municipal NO se justifica? ¿Por qué las finanzas municipales tienen enormes gastos e ingresos raquíticos? ¿Qué áreas de la estructura o delegaciones padecen ineficiencia y corrupción?
Estas mismas dudas de eficiencia, congruencia y honestidad existen en la nómina del Gobierno del Estado, de la Federación y en empresas, descentralizadas y paraestatales, que tienen una plaga de “aviadores”.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com
