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domingo, febrero 18, 2024
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Rodrigo Morlesin y Satoshi Kitamura presentan “Elvis nunca se equivoca” en la FILIJ

Ciudad de México.- En el cuarto día de la 36 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), el lunes 14 de noviembre, una de las presentaciones estelares correspondió a “Elvis nunca se equivoca” (Tusquets, 2016), la primera novela de Rodrigo Morlesin con la participación e ilustraciones del japonés Satoshi Kitamura ante la presencia de más de un centenar tanto de niños como de adultos que respondieron a la convocatoria en el foro “Café y Letras” en el Parque Bicentenario.

Diseñador de profesión y ensayista de literatura para niños por vocación, Rodrigo Morlesin (Ciudad de México, 1972) tenía una historia que le dio vueltas en la cabeza durante muchos años sobre la amistad de un perro (Elvis) y una niña (Ana), misma que en cierta ocasión confesó a Satoshi Kitamura:


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“Un día, platicando con Satoshi Kitamura me dijo: ‘esta historia está buena, escríbela, te va a gustar’. Le gustaba la idea del libro; al principio no hice mucho caso, la verdad es que me sentía muy inseguro de hacerlo, siempre lo había dejado como en segundo plano”, refirió Rodrigo Morlesin en entrevista previa a su presentación con Semanario ZETA.

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Se han escrito muchos libros sobre la amistad y ternura de los perros con los humanos, basta recordar al célebre Bruno Traven con el cuento “Amistad”; pero en este caso, Rodrigo Morlesin tenía la idea de dar voz a un perro para que contara su propia historia:

“Fue un poco extraño, la que yo le conté a Satoshi, era justamente eso: que era una historia un poco al revés a lo que se suele contar de una niña y un perro, aquí no era la niña que contaba sus aventuras con el perro, sino era el perro que contaba su propia historia; entonces, cuando empecé a escribir realmente me fijaba en los perros de la calle, en los perros que tienen amo, en los que iban pasando por la calle, me fijaba en todos los animales que veía pasar; pero me llamaban particularmente la atención los perros callejeros, que a pesar de verles las costillas, la miseria, tenían algo en la mirada o eran como muy asustadizos y tenían mucho miedo o eran plenamente felices”.


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Después de dejar por momentos las labores del diseño se animó a escribir la historia; en eso estaba cuando un día se encontró al editor de Tusquets México, Martín Solares, a quien entregó un borrador; la sorpresa fue mayúscula:

“Empecé a escribir, y de repente, ya que tenía o creía que tenía una historia contada, por coincidencia me encontré con el editor de Tusquets, Martín Solares. Me preguntó que cómo iba con ese ejercicio de escribir; le dije: ‘ah, pues creo que ya tengo algo, creo que ya quedó’, y me lo pidió para leerlo, mi intención era que lo viera para que me criticara, para aprender, para que me hiciera pedazos, volver a empezar, volver a aprender y hacerlo bien; pero mi sorpresa fue su llamada telefónica diciéndome: ‘no le muestres la novela a nadie, esto se publica en Tusquets’”.

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Incluso, Satoshi Kitamura contó durante la presentación editorial en la FILIJ que cuando Rodrigo Morlesin le envió la historia en español procedió a traducirla con diccionario en mano, la leyó diversas ocasiones hasta que pudo adentrarse en el mundo que proponía el escritor; luego Kitamura refirió a Semanario ZETA:

“Conozco a Rodrigo Morlesin desde hace muchos años, somos muy buenos amigos; cuando él terminó su texto me lo envió y comencé a ilustrar; como el libro está ubicado en México es un proceso más difícil de ilustrar, porque como yo vivo en Japón no es tan fácil tener los mismos imaginarios; pero la clave está conocer muy bien el texto para encontrar el mundo que está en las palabras”.

Así fue como Tusquets publicó la primera novela de Rodrigo Morlesin con las ilustraciones del gran Satoshi Kitamura.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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