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sábado, febrero 17, 2024
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El PRI en picada (De la mano de López y Hank)

Deliberadamente, pues no hay otra forma de explicarlo, a las ocho de la noche del domingo 5 de junio de 2016, el día de las elecciones, Chris López, dirigente estatal del Revolucionario Institucional, mintió frente a periodistas, fotógrafos, camarógrafos, candidatos y familiares de éstos. Les dijo en uno de los salones del  hotel Marriott de Tijuana que habilitaron como sala de prensa, que el PRI, su partido, había ganado todas las alcaldías de Baja California.

El más emocionado era, por supuesto, René Mendívil Acosta, el abanderado de ese partido a la alcaldía de Tijuana. Su madre y sus amigos que le acompañaban también vitoreaban las palabras de López. Creyendo lo que decía aun sin sustento, el ex diputado se desgarraba la garganta al gritar el triunfo que horas después caería por el peso de los votos a favor de otros candidatos y otros partidos.


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Sin haberse muestreado mucho durante la campaña, López tomó posesión del cargo de dirigente estatal del PRI poco tiempo antes que arrancara el proceso. Lo hizo ponderando el linaje político que le une a Manlio Fabio Beltrones Rivera (el otro gran perdedor de esta elección), todavía dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional.

Chris no tenía las cartas a su favor. Venía saliendo de un trienio en el Legislativo federal donde destacó por haber sostenido hasta el cansancio la votación a favor de la Reforma Fiscal que incluía la homologación del IVA al 16 por ciento, que a esta frontera afectó y afecta sobremanera, al pasar de una tasa impositiva del 11 al 16%. Entonces se orquestó desde la ciudadanía una campaña para repudiar el voto contra la economía fronteriza que tanto defendió el joven priista.

Pese a esto, con la opinión pública en contra, lo designaron presidente del Comité Estatal del PRI. Los primeros meses de su administración partidista no hizo mucho. Temeroso de la aún exacerbada reacción ciudadana en su contra, salió poco, concedió contadas entrevistas y actuaba más a la defensiva que promoviendo el voto para su instituto político.


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En un afán de congraciarse -y legitimarse- al interior de su partido primero, hizo alianzas con todos. Con los Valencia en la CTM, con los hankistas del Hipódromo, con los sectores sociales, con los grupos de priistas en Mexicali y Ensenada, con todos menos con Fernando Castro Trenti, quien durante más de 20 años cargó con el priismo local recuperando espacios en ayuntamientos, cabildos, organismos descentralizados, en el Poder Legislativo y en el Poder Judicial.

Chris López quiso ser el nuevo Fernando Castro, y perdió. Perdió diputaciones, perdió municipios. Perdió la joya de la corona electoral de Baja California: Tijuana. Un viejo sabio de los que todavía existen en el Estado, reflexionó: “Chris López restó sumando”. Hay un ejemplo: al sumar a los candidatos de Jorge Hank Rhon y el “apoyo” de éste al partido, restó a aquellos que el señor de las apuestas mantiene en contra. Sumó también a Eligio Valencia Roque, pese al desprestigio que carga tanto la Confederación de Trabajadores de México, como las muy públicas derrotas del dueño del periódico El Mexicano. Chris sumó apoyos y, al hacerlo, restó trabajo a favor de su partido.

Las elecciones del 5 de junio de 2016, él, en el PRI, las manejó con la ayuda de delegados nacionales enviados por Beltrones Rivera para acuerpar al todavía chamaco tricolor: Jesús Aguilar Padilla, Leobardo Alcalá Padilla y Manuel Añorve Baños. Los tres entregarán, junto a Chris López, los magros resultados del domingo, que sólo en Tijuana y al avance del cómputo distrital, perfilan al PRI en la tercera posición. Como la tercera fuerza política en una ciudad que habían “administrado” durante dos trienios.

El dirigente del PRI estatal mintió a los suyos y confirmó lo que muchos querían escuchar, con “los datos del PREP”. Aseguró que iban ganando todo en Tijuana, la alcaldía y las diputaciones, cuando el conteo de actas para el Programa de Resultados Electorales Preliminares no llevaba ni el uno por ciento. Pero él lo festinó y lo tomó como si fuese el 100 por ciento.

No tardaría en caerse el teatro de López. Una hora después, la sala de conferencias terminaría vacía, en la soledad de una derrota anunciada conforme avanzaba el conteo del PREP.

En los días siguientes, las apariciones del dirigente del PRI en Baja California fueron mínimas, por no decir nulas. A la apertura de algunas casillas en los cómputos distritales, y el conteo de actas reglamentario, el Revolucionario Institucional ha ido perdiendo posiciones. De estar en segundo lugar por poco más de 30 votos sobre Julián Leyzaola, del Partido Encuentro Social, se encaminan para quedar en Tijuana como la tercera fuerza política. Los resultados que entregará López al Comité Ejecutivo Nacional priista, con todo y que serán analizados por su padrino político Manlio Fabio Beltrones Rivera, son para pedirle la silla estatal y confinarlo con sus acuerdos de sumar restando en alguna posición sectorial como las que ya ha ostentado.

El escenario de Manlio no es mejor. Perdió siete de doce gubernaturas, y cuando admitió culpa, involucró a los gobiernos del PRI, uno de los cuales está representado por el Presidente Enrique Peña Nieto, quien aun no siendo Beltrones de su equipo, le dio el partido.

El factor Hank en Baja California se confirma como uno que afecta en el resultado de las elecciones. Ya él mismo perdió el Gobierno del Estado en 2007, y ahora sus candidatos quedaron rezagados por los del Partido Acción Nacional -instituto al que ciertamente ha apoyado en traición al PRI-. Los dos cierres de campaña que escenificó -acompañado por supuesto del sentenciado asesino de Héctor Félix, Antonio Vera Palestina- terminaron en sendas derrotas. El de Mendívil, a quien le cedió el estacionamiento del Estadio Caliente, y el de Laura Torres a quien acudió a abrazar a su clausura proselitista en Rosarito, terminaron mal. En la lona. El ex reo de “El Hongo”, detenido por el Ejército Mexicano por acopio de armas, se confirma en los resultados de esta elección, ha dejado de ser un activo para el PRI, y al igual que líderes del pasado corporativista priista, se ha convertido en un lastre que resta triunfos al tricolor y lo lleva de nueva cuenta a ser la oposición en Baja California.

De las cinco alcaldías que Fernando Castro Trenti ganó para el PRI en 2010, nada queda. De la mano de Chris López, de la mano de Hank, el Revolucionario Institucional en Baja California va en picada.

 

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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