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viernes, febrero 16, 2024
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Los sorprendió la muerte

No siempre se cumple la cábala de que en el mundo del espectáculo se van de tres en tres, sólo el pasado fin de semana cuatro artistas fueron sorprendidos por la muerte.

Una actriz con chispa. la felicidad no siempre la acompañó, sin embargo, ella eternamente se mostró con una gran sonrisa en su rostro y la amabilidad que la caracterizó. Leonorilda Ochoa, comediante y amiga del medio del espectáculo, falleció el domingo 22 de mayo; tenía 76 años.


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Debido a que tenía Alzheimer, enfermedad que le diagnosticaron en 1997, sus últimos años estuvo recluida en una casa de retiro en la Ciudad de México. Aunque su padecimiento se le descubrió hace 19 años, no dejó de trabajar sino hasta 2006, siendo su última participación en televisión dentro del melodrama “Código Postal”, producción de José Alberto Castro, mientras que en el cine lo hizo en 1994 en la cinta “Se me Hizo Agua a la Canoa”; pero sin duda el mejor trabajo lo realizó en “Los Beverly de Peralvillo”, producción en la que se dio a conocer como una comediante con talento. Su cuerpo fue incinerado.

La batería, su mejor amiga. El mismo domingo 22 de mayo, se dio a conocer la muerte del músico Nick Menza, quien por nueve años fuera baterista de la banda de metal Megadeth;  colapsó en pleno escenario cuando ofrecía un concierto con su grupo Ohm, y fue llevado a un hospital donde se le declaró muerto. El motivo: un infarto.

Días después se corroboró lo dicho en el nosocomio: Nick Menza falleció por un ataque al corazón, según los resultados de la autopsia y no causado por consumo de drogas, en su sistema no se le encontraron indicios de algún estupefaciente, ya que el músico tenía más de una década limpio.


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La comedia, su pasión. Un día antes del fallecimiento de Leonorilda Ochoa y Nick Menza, la muerte le llegó intempestivamente a Charly Valentino, actor de teatro, cine y televisión, quien no presentaba algún síntoma de enfermedad. Fue el sábado 21 de mayo cuando se dio a conocer, por medio de la Procuraduría General del Estado de Hidalgo, que Carlos Aguilar Uriarte (su nombre verdadero) había muerto víctima de un infarto agudo al miocardio y un evento vascular fulminante.

Sin embargo, unos días después, los hijos del comediante  (Azrael, Mariel y Zuriel), quien se distinguió por sus trabajos en los años 70s y en “La Matraca” (1981), “Simplemente María” (1989) y recientemente en “Como Dice el Dicho”, dijeron no estar de acuerdo con los resultados arrojados por la autoridad, al asegurar que su padre había sido asfixiado.

Por su parte, Hugo Fernández, vocero de la PJEH, rechazó las suposiciones de los hijos, argumentando que la necropsia de Ley arrojó que el deceso fue un accidente cerebro vascular que derivó en infarto fulminante.

Una vida truncada. Víctima de varias heridas con arma blanca, Adán Aguilar, actor de la televisora Azteca, perdió la vida la noche del sábado 21 de mayo en la Ciudad de México, en manos de la delincuencia, pues según se dio a conocer, el histrión fue asaltado.

Tenía  24 años, iniciaba una prometedora carrera en la televisora del Ajusco, además de haber participado en obras como “Ciber Acoso”, y “Chamaco”; sus compañeros recuerdan que tenía talento para la actuación.

Adán estudió en la Escuela Nacional de Arte Teatral y en el Centro de Formación de Actores para la Televisión (CEFAT). Su muerte causó indignación por parte del gremio artístico y de los cibernautas. El joven promesa fue llevado a Sinaloa, entidad donde nació, para ser sepultado.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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