Luego de 88 años de que un presidente de los Estado Unidos iba a Cuba, Barack Obama inició hoy su visita de Estado a la isla depositando una ofrenda floral en el monumento del héroe nacional José Martí.
Después, Obama llegó a pie junto a su comitiva, pero sin la compañía de su mujer ni sus hijas, al Palacio Revolucionario, en donde subió las escalerillas con alfombra roja y fue recibido por el presidente Raúl Castro Ruz.
Obama y el mandatario local celebraron después una reunión a puertas cerradas en el Palacio Revolucionario para examinar los temas pendientes en el proceso de normalización de relaciones entre los dos países, como el fin al bloqueo comercial que duró 20 años.
Aunque Estados Unidos deseaba una conferencia de prensa conjunta, negociada desde la semana pasada con el asesor adjunto de seguridad nacional, Ben Rhodes, al final los medios informativos tendrán sólo declaraciones de Obama y Castro.
Por la tarde, Obama celebrará un encuentro con un grupo de emprendedores cubanos en la fábrica del arte, para acentuar la importancia del desarrollo del sector privado en la isla.
Por la noche, Obama está invitado a una cena de Estado con el presidente Castro como anfitrión.
El martes, desde el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana, el presidente Obama dirigirá un mensaje al pueblo cubano, que será transmitido en televisión nacional.
Después realizará un encuentro sin precedentes con miembros de la sociedad civil de Cuba, un grupo seleccionado por la Casa Blanca para discutir la situación de los derechos humanos y la libertades políticas en la isla.
En la última parte de visita de Estado a Cuba, Obama participará junto con su homólogo cubano en un juego de béisbol de exhibición, entre la Selección Nacional de Cuba y el equipo profesional estadounidense las Mantarrayas de Tampa Bay.
