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domingo, abril 7, 2024
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Una comedia muy blanca

Su nombre verdadero era María Elena Velasco, pero su icónico personaje de una india mazahua se lo arrebató, convirtiéndose en la popular India María, aquella que en sus películas hacía reír a familias enteras gracias a sus ocurrencias, presumible inocencia, su manera de hablar, humildad y sentido del humor; pero que, detrás de todas estas características, levantaba la voz en discursos donde se veían reflejado los vicios y absurdos del México que le tocó vivir. La corrupción, el machismo, delincuencia, discriminación y por supuesto la pobreza, fueron común denominador en las 21 películas en las que la comediante participó, y donde su popular personaje la llevó a experimentar diversas vicisitudes de las cuales siempre salía triunfante, gracias a su ingenio que le ayudaba a superar situaciones difíciles. Sencilla, humilde, con un toque de locura, soñadora y muy luchona, cuyas virtudes eran la honradez, generosidad y el trabajo, fueron las características de la “La India María”, personaje que será recordado como parte de la cultura popular mexicana. “Ella se convierte en un ícono de la cultura mexicana a partir de la generación del cliché de lo que es la indígena en un país colonizado, que siempre ha manifestado un desprecio, que siempre ha tenido en el imaginario del desplazamiento de la comunidad indígena”, expresó en entrevista con ZETA Sara Amelia Espinosa, catedrática de la Universidad Iberoamericana y directora de Formación Social de dicha  casa de estudios. “Ella (María Elena Velasco) interpretó una personaje aparentemente indígena, y digo aparentemente, porque la diversidad de la comunidad indígena es muy amplia, ella retomaba ciertos clichés y sí se veía como cierta burla en ella a través de su personaje, pero seguía siendo alrededor de un cliché y no como un acto subversivo, en el que hemos encasillado a la comunidad indígena; porque de alguna manera se ha menospreciado lo que puede ser la riqueza cultural, la sabiduría, la inteligencia, siempre lo queremos ver desde la perspectiva occidental  y pocas veces lo queremos ver de la perspectiva de otras culturas”, añadió la especialista. Lo cierto es que, aun con las controversias que pudo ejercer su personaje, que para algunos fue muy querido y para otros irrelevante, María Elena siempre se sintió satisfecha de los proyectos en los que laboró y de encarnar a la India María, convirtiéndose en uno de los rostros femeninos más representativos del cine mexicano. Además de actriz y comediante, fue guionista, bailarina, cantautora y cineasta, tareas que en la época de los 70s y 80s eran desempeñadas por el género masculino. “Era buena actriz, no se le puede negar. Era una de las partes interesantes de María Elena Velasco, fue una de las primeras mujeres en hacerlo (dirigir, escribir y actuar cine), ese mérito nunca se la vamos a quitar. Ella incursionó en una industria muy masculinizada, y es algo de llamar la atención, fue una persona que llega a incursionar en un momento donde la presencia de las mujeres era minoritaria”, resaltó Espinosa Islas. En la opinión de la experta, parte del éxito de Velasco radicó en: “Ser una cómica que ocupaba un lugar muy importante para la época, puesto que no había muchas opciones para los mexicanos en esa época para divertirse, con un género de cine blanco familiar, por eso tenía mucho éxito, era un cine cómico muy inocente y eso la lleva a tener mucho éxito; y tenía que ver con este encasillamiento del otro, de cómo nos reímos de cierta manera de nosotros, de no reconocernos como indígenas, pero a la vez reírnos de algo que implícitamente sí sabemos que somos”. La finada actriz pertenecía a ese pequeño sector de mujeres que podían hacer algo en una labor cuyo poderío era atribuible al sexo masculino: “Es una parte interesante de ella, y podemos decir que ‘La India María’ es amada por muchos e indiferente para otros, pero finalmente, termina siendo un personaje en el que si tú le preguntas a la gente de los 50 años para abajo (sobre ella o su trabajo),  todo mundo puede identificar quién es ella, porque sí marcó generaciones. Desgraciadamente el trabajo de ella se encasilló de tal forma que su personaje se la comió, como muchos personajes que han pasado por la historia de la comedia mexicana. Ella dejó de ser María Elena Velasco, para ser únicamente ‘La India María’”, finalizó la catedrática.   Muere una mañana de mayo Nacida en Puebla, en 1940, María Elena Velasco Fragoso ingresó el 13 de febrero de 2015 a un hospital de la Ciudad de México, debido a una cirugía de estómago que se le tenía que practicar  para extirparle un cáncer, mal que padecía desde hacía varios años, pero que la actriz había decidido mantener en privado. Delicada pero estable, la también directora luchaba por recuperarse y, después de dos meses internada en el nosocomio, finalmente sus hijos decidieron llevarla a casa a principios de abril, para seguir su tratamiento en la comodidad del hogar; sin embargo, pocos días después la artista perdió su batalla contra la mortal enfermedad, dejando de existir a los 74 años de edad el viernes 1 de mayo. Un comunicado emitido horas más tarde por la Sociedad de Directores Realizadores, confirmaría el deceso de la actriz mexicana. En dicho documento lamentan la muerte de quien no solo fue comediante, sino también se destacó en otras áreas del mundo del espectáculo: “… su arte como intérprete y como directora de cine nos trascenderá por mucho tiempo. Todos la recordaremos como ‘La India María’, personaje pobre, simpático, sin educación, sin buen manejo del español, con aspecto indígena pero eso sí, con la malicia y el ingenio para salir bien librada de todos los abusos de poder de los políticos y de los empresarios. Injusticias que viven a diario todos los mexicanos desposeídos que ella encarnó para representar su venganza simbólica. Siempre se salía con la suya, demostrando que sí se puede”. Gracias a su último trabajo en cine, “La Hija de Moctezuma”, proyectada en las salas de cine el 9 de octubre de 2014, con 370 copias, cuyo ingreso fue de 3 millones 813 mil 740 pesos en su primera semana, “La India María”  había regresado a los escenarios después de una década de ausencia tanto en el séptimo arte como en la televisión. Grabó 21 películas, entre las que se destacan: “Ruletero a Toda Marcha” (1962), “El Rey del Tomate” y “México de mis Recuerdos” (1963); “El Miedo No Anda en Burro”, “Pobre pero Honrada”  (1973); “OK Mister Pancho” (19819, “Ni de Aquí ni de Allá” (1987), “Se Equivocó la Cigüeña” (1992), “Las Delicias del Poder” (1999)  y “La Hija de Moctezuma” (2014). En televisión participó en trabajos como “Papá Soltero”, “La Familia P. Luche” y “La Hora Pico”, además de realizar breves intervenciones en el programa “Siempre en Domingo”, emisión que le dio proyección de masas, pero fue con la serie “Ay María, ¡Qué Puntería!”, realizada en 1997, que le dio un nuevo aire a su carrera en la pantalla chica con el personaje que la lanzó a la fama; siendo  “Corazón Indomable” (2013), producción de Televisa, su última incursión. En una discreta ceremonia donde solo estuvieron familiares y amigos cercanos de la artista, fueron velados sus restos, para luego ser cremados sin que hasta el momento se tengan detalles de dónde serán depositados. Su familia María Elena Velasco estuvo casada con Vladimir Lipkies, de nacionalidad rusa, quien fue actor, coreógrafo y director. Procrearon tres hijos: Iván, Goretti e Ivette Lipkies. Frases célebres Entre las más populares destacan: “Matanga dijo la changa”, “No jale que descobija” y “Ave María, dame puntería”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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