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lunes, febrero 19, 2024
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Muerte por negligencia en Ruta del Vino

Un turista falleció de un infarto, nunca logró recibir atención médica Antes de perder la vida el 13 de octubre de 2012 en la Ruta del Vino, Shawn Steve León Ham fue a un puesto de socorro a pedir una ambulancia y se la negaron; tocó la puerta en el centro de salud, pero el médico estaba de vacaciones. Fue a otro lugar de consulta, y no quisieron recibirlo. Sus acompañantes lo llevaron a un tercer sitio, y sin darle entrada, lo declararon muerto en la calle, arriba de un automóvil particular. La tragedia tuvo lugar en el corazón del Valle de Guadalupe, uno de los destinos turísticos de Baja California más promovidos, dentro y fuera de México. León Ham, de 32 años de edad, vivía en La Verne, California, donde ejercía el puesto de presidente de la empresa HoneyBee International. Tenía sus raíces en Ensenada. Pertenecía a la familia León, de los primeros pobladores originarios de China que llegaron a esta ciudad. Había estudiado su primaria y secundaria en el Colegio México, la preparatoria en Cetys, y era licenciado en negocios internacionales egresado del ITESM. Era un fin de semana, y había decidido visitar la emblemática zona, acompañado de su novia y consanguíneos de ella, incluyendo tres niños. De acuerdo a la narración de los familiares de León, por la tarde del 13 de octubre alrededor de las 17:00 horas, él y sus acompañantes comieron en Ochentos Pizza, ubicado en San Antonio de las Minas. Se retiraron del lugar a las 19:30 horas y se trasladaron kilómetros adelante al sitio donde se hospedarían, en el Rancho María Teresa. Jugaban dominó antes de que León Ham, alrededor de las 20:30 horas, comenzara a sentirse mal y sus amigos pidieran indicaciones sobre el sitio más cercano para recibir atención médica de emergencia. Personal del hotel les indicó que a un par de kilómetros hacia el norte los podrían atender y partieron juntos León Ham, su novia y su cuñada, quedándose el resto de los familiares y niños en el hotel. Nunca imaginaron que en el único punto de socorro que existe en todo el valle vinícola, no encontrarían ni médico, ni transporte de emergencia. “El bombero en turno (en el puesto de socorro) les comentó que el médico practicante que atendía el dispensario, se encontraba de vacaciones y por lo tanto estaba cerrado. En cuanto a la ambulancia, el bombero comentó que ya no iba, porque simplemente el municipio no quería pagar el seguro médico del chofer. El mismo bombero les recomendó ir al poblado de Valle de Guadalupe (ejidos El Porvenir y delegación Francisco Zarco) ya que allí había un Seguro Social y un DIF”, explicó Javier Martínez Cejas, hermano de León Ham. Subieron al vehículo nuevamente y se dirigieron a los sitios que les recomendó el bombero, un par de kilómetros hacia el sur y hacia el interior del poblado. “Encontraron el Seguro Social cerrado, en el DIF (como le conocen al Centro de Salud Francisco Zarco de la Secretaría de Salud del Estado, por encontrarse a un costado de instalaciones del DIF) la persona que estaba no quiso recibirlos porque ya era de noche, y solo se podían recibir si venían acompañados de un elemento de seguridad pública, desafortunadamente no se encontró ninguno en ese momento y más de 30 minutos habían pasado ya desde que salieron del hotel”, agregó Javier. Al no tener éxito decidieron ir a otro centro de salud, ubicado más al sur, en San Antonio de las Minas, a varios kilómetros de distancia. En el trayecto, León perdió el conocimiento y al llegar al centro de salud, la médica practicante que se encontraba a cargo, “revisó sus signos vitales, no encontró rastro de vida y ni siquiera lo quisieron recibir, lo dejaron en el carro hasta que llegara Semefo por él. Eran las 9:30 pm”, dijo Javier Martínez. Tardaría más de 2 horas en llegar el Servicio Médico Forense por el cuerpo. Sus acompañantes perdieron casi una hora buscando ayuda, valiosos minutos que cualquier médico reconoce como cruciales, y que llevaron al fatal desenlace, originado por un problema en el corazón de Shawn Steve, agravado por el pésimo protocolo de servicios de emergencia en la Ruta del Vino. “Ataque agudo al miocardio […] tenía mucha grasa alrededor del corazón”, fue el diagnóstico que darían posteriormente los médicos del servicio médico forense a sus familiares, quienes les preguntaron si de haber sido atendido a tiempo Shawn Steve pudo haber sobrevivido, “claro que sí”, respondieron los mismos médicos que realizaron la autopsia. La indignación de sus acompañantes, y la de su familia, se convirtió en un abierto reclamo dirigido a las autoridades responsables de brindar servicios de atención médica, tanto a los turistas como a los residentes de la Ruta del Vino. León Ham pudo haber sobrevivido si hubiera recibido atención más rápido, y existe una responsabilidad que nadie está asumiendo. “Que se castigue a quien tenga responsabilidad de que no haya habido ayuda cerca por una hora entera, […] se tiene que castigar a quien no pagó el seguro del chofer de la única ambulancia para emergencias […] se tiene que castigar al doctor del centro de salud que no quiso hacer ni siquiera el intento de ayudarlo. La misma doctora residente que lo atendió, en mi visita, me comentó que cuando ella lo recibió, tuvo que pedir apoyo de otro médico, igual residente, que se encontraba allí, para confirmar si tenía o no signos vitales. Este lugar se promociona como el destino turístico de moda en Baja, pero sin embargo no cuenta con las mínimas medidas de seguridad y emergencias. Por esto se murió mi hermano y por esto quiero que se castigue, si es posible a quien ha sido negligente en ese aspecto. Solamente así se evitará que algo así vuelva a pasar”, concluyó Javier Martínez. Los reclamos de la familia de León Ham no son los únicos. Días antes del trágico incidente, el 30 de septiembre de 2012, decenas de residentes de la delegación de Francisco Zarco habían ya advertido sobre la desaparición de la ambulancia que operaba en el puesto de socorro del Valle de Guadalupe. Uno de los residentes refirió que durante la noche del 29 de septiembre había ocurrido un accidente múltiple que involucraba a peatones y conductores en la delegación, y no fue sino hasta que arribaron ambulancias desde Ensenada –que tardan hasta 25 minutos en llegar al Valle– cuando pudieron ser atendidos los heridos. Los pobladores de Zarco, preocupados por la falta de una ambulancia, se comunicaron directamente con los clubes rotarios de Ensenada, ya que fue a través de ellos como se gestionó en el año 2010 la donación de la única ambulancia que existía en el valle, en colaboración con el Club Rotario de Victorville del Sur de California, y con una inversión que rondó los 20 mil dólares, donde se entregó la ambulancia equipada, y distintas herramientas, incluyendo las denominadas quijadas de la vida al personal de bomberos del puesto de socorros. En este puesto, ubicado a un costado de la carretera Tecate-Ensenada en el kilómetro 76, se encuentra una pequeña clínica de la Secretaría de Salud del Estado, y una unidad de la dirección de bomberos, quienes operaban y resguardaban la ahora desaparecida ambulancia. Alguien se la llevó y nadie sabe a dónde ni por qué. El capitán Fernando Yépiz, a cargo de este puesto de socorro, dijo desconocer el paradero de la ambulancia. Confirmó que había estado bajo el cuidado de los bomberos y era un paramédico de esa corporación el que la conducía, sin embargo por cuestiones legales, de permisos y registros, se había dejado de utilizar desde el año pasado. “La ambulancia la tenía un patronato que aportan en mantenimiento del puesto de socorro. Bomberos operaba la ambulancia, pero desde 2012 decidió no operarla”, comentó el delegado de Francisco Zarco, Samuel Beccnezttes Díaz. El problema de que no se utilizara la ambulancia, explicó, está relacionado con la falta de certidumbre del paramédico que la operaba, pues al no encontrarse registrado el vehículo en el municipio, al chofer no lo cubría su seguro de vida. Entonces el Sindicato de Burócratas advirtió al municipio que de no asegurarse al bombero, no operarían la ambulancia y así fue. Y el asunto quedó estancado. Hubo tal incertidumbre que la ambulancia fue retirada del lugar sin que nadie en el XX Ayuntamiento reclamara, y bajo la sospecha de que el mismo Patronato del Puesto de Socorros del Valle de Guadalupe, A.C., fue el que se la llevó. Un patronato integrado por empresarios y vinicultores del Valle de Guadalupe y de la ciudad, quienes de acuerdo a versiones de paramédicos de Ensenada, desde el arribo de la ambulancia donada por los rotarios, han dispuesto a discreción tanto de la ambulancia como de máquinas de bomberos del puesto de socorros para sus eventos, fiestas y conciertos privados, dejando sin servicio al resto de la población. “Agarraban el teléfono y decían, mándame la ambulancia para el evento de mañana en tal vinícola, ¡óyeme, es para la comunidad, no para ellos!”, dijo un paramédico molesto. Al enredo de la ambulancia, de rotarios, patronato, ayuntamiento, burócratas y bomberos, se le suman cientos de quejas también de residentes de la delegación Francisco Zarco, por el servicio de los centros de salud. En el Puesto de Socorros del Valle de Guadalupe, en Francisco Zarco y en San Antonio de las Minas, laboran completamente solos, jóvenes practicantes de las escuelas de medicina, de la Universidad Autónoma de Baja California Campus Tijuana (Otay), y de Xochicalco. A la espera de que los pudiera atender el único encargado del centro en el puesto de socorro, una pareja y su niño de unos 3 años de edad, residentes de la delegación Francisco Zarco, permanecían sentados en la austera sala de recepción el lunes 18 de febrero. Sus casos no eran emergencias, eran consultas comunes. Se habían trasladado ahí porque en el centro de salud de Francisco Zarco no habían alcanzado espacio en la lista de espera para ser atendidos, que regularmente es de unas 5 personas por la mañana y otras 5 por la tarde. Toda esa mañana habían estado llegando al puesto de socorro, uno tras otro residentes de Zarco que no alcanzaron espacio, y es que ese día uno de los dos médicos pasantes en la otra clínica no había ido. Tampoco tenían personal de enfermería y únicamente estaba atendiendo una joven pasante de Xochicalco, a los que podía ella sola. La molestia de los residentes de Zarco es permanente. No están de acuerdo en recibir un servicio con tantas limitantes y tampoco están dispuestos, en la mayoría de los casos porque no tienen con qué, a pagar servicios médicos particulares. Los pasantes de doctores lo saben y confirman que hay carencias, y falta de personal. “Lunes a Jueves, de 8 a 2 y de 4 a 6; Viernes CERRADO – día de descanso; Sábado y Domingo EMERGENCIAS SOLAMENTE”, reza una pequeña hoja impresa en la puerta del centro de salud en el puesto de socorro. La visita de emergencia de León Ham a ese sitio fue en un sábado, cuando estaban de vacaciones. La falta de una ambulancia en el Valle de Guadalupe es “un asunto muy grave”, estimó el doctor Gerardo Lugo Álvarez, quien pertenece a Pacific Critical Care, una empresa especializada en servicios de ambulancia terrestre y aérea en Ensenada. Comentó que los operadores, las ambulancias y los paramédicos a bordo, deben cumplir con estándares de calidad, con capacitaciones, certificaciones y normas (como la NOM-237-SSA1-2004 en México y la KKK-1822E en Estados Unidos) para dar seguridad a los pacientes que trasladan. Siendo la Ruta del Vino un lugar turístico con grandes afluencias de extranjeros, particularmente personas de edad avanzada, este tipo de servicios deberían estar disponibles. En Ensenada, entre todas las corporaciones de emergencias operan menos de 10 ambulancias diariamente. 4 de ellas son de Cruz Roja Mexicana y el resto de grupos de rescate voluntarios. Cruz Roja, es actualmente la que atiende al norte de la entidad prácticamente todos los llamados de emergencia del Valle de Guadalupe. Su zona de cobertura llega hasta El Testerazo.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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