– Jorge Luis Borges Acevedo, a 30 años de su muerte (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 – Ginebra, 14 de junio de 1986)
– En España, editorial Renacimiento reedita “El humor de Borges” de Roberto Alifano
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– “Haber conocido a Borges es como haber conocido a Shakespeare o Cervantes”: Roberto Alifano
Fundamentalmente poeta, además cuentista y ensayista, a Jorge Luis Borges la Academia Sueca no le concedió el Premio Nobel de Literatura, pero eso importa nada porque indiscutiblemente es uno de los autores imprescindibles de la literatura universal; aunque el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España le otorgó en 1979 el Premio Cervantes, también conocido como el “Nobel español”, la máxima distinción para un escritor hispanoparlante en el “territorio de la mancha”.
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A 30 años de su fallecimiento, el martes 14 de junio de 2016, el gobierno de Buenos Aires y la Fundación Internacional Jorge Luis Borges develarán una placa conmemorativa del aniversario luctuoso del autor de “Los conjurados”:
“A 30 años de su muerte, homenajeamos a Jorge Luis Borges, sin dudas uno de los más grandes escritores de la historia y que puso a Argentina en lo más alto de la literatura. Su obra nos lleva a releerla una y otra vez descubriendo en cada lectura nuevos laberintos”, anunció Darío Lopérfido, ministro de Cultura de Buenos Aires, Argentina, previo al evento.
Lecturas y otras evocaciones sucederán el 14 de junio en honor a Borges alrededor del mundo; y como parte de las conmemoraciones, editorial Renacimiento de España reeditó para esta ocasión especial “El humor de Borges” del poeta Roberto Alifano tras ser publicado por primera vez en 1996, en ese entonces a diez años de la muerte del famoso poeta bonaerense:
“Borges era una persona muy amena, con muchísimo sentido del humor. En ‘El humor de Borges’ (1996) están todas las anécdotas que yo recogí de Borges en ese tiempo en el que trabajé con él, era un hombre muy divertido. La gente tiene la imagen de un Borges muy intelectual, muy introspectivo, pero no, Borges era una persona muy divertida, un hombre que le gustaba hacer bromas, que le encantaba hablar de sus colegas y, sobre todo, como le decía, hacer bromas sobre sus colegas”, refirió el amanuense de Borges, el poeta Roberto Alifano, en una reciente entrevista con Semanario ZETA donde por cierto también advirtió que “haber conocido a Borges es como haber conocido a Shakespeare o Cervantes”, charla que puede consultarse en
“El humor de Borges” (Renacimiento, 2016) será presentado próximamente por su autor, Roberto Alifano, en España.
VOLVER A LA OBRA DE BORGES
En medio de las conmemoraciones por el 30 aniversario del fallecimiento de Jorge Luis Borges, que la coyuntura luctuosa sea un pretexto para volver a su obra.
Valga empezar recordando que, de acuerdo con la semblanza contenida en “Nueva antología personal” (Club Bruguera, 1ª Edición, 1980), Jorge Luis Borges nace el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires, Argentina; a la edad de 15 años, en 1914 viaja con su familia a Europa y se instala en Ginebra, donde cursa el bachillerato. Pasa en 1919 a España. Allí entra en contacto con el movimiento ultraísta. En 1921 regresa a Buenos Aires y funda con otros destacados escritores la revista “Proa”. Asimismo, a la edad de 24 años, en 1923 publica su primer poemario titulado “Fervor de Buenos Aires”.
“Con la aparición en 1944 de su libro de relatos más perfecto y famoso, ‘Ficciones’, la personalidad literaria de Borges adquiere una trascendental importancia”, reza la publicación impresa en Barcelona.
Le siguieron obras célebres como “El Aleph” (1949), “Otras 
inquisiciones” (1960), “El hacedor” (1964), “Elogio de la sombra” (1969), “El informe de Brodie” (1970), “El libro de arena” (1977), “Los conjurados” (1985), “El libro de los seres imaginarios” (1986), por citar solo algunos de los títulos de su legado literario.
Su poesía completa se encuentra en “Obra poética: 1923-1985” (Emecé, Argentina, 1999) y su prosa íntegra se recopila en “Prosa completa” (Bruguera, Barcelona, 1985); aunque él prefirió entregar una “Nueva antología personal” (Bruguera, Barcelona, 1980) que incluye, en ese orden, poesía, prosas, relatos y ensayos.
Sus temas son como un espiral que vuelve a los espejos, laberintos, los muertos “que perduran en mí”, el lenguaje, la perplejidad metafísica, la patria, la germanística y “la paradógica suerte de los poetas”.
Para volver a la obra de Borges, habrá que evocar también una de sus advertencias contenida en su celebérrima “Nueva antología personal”:
“Sospecho que un autor debe intervenir lo menos posible en la elaboración de su obra. Debe tratar de ser un amanuense del Espíritu o de la Musa (ambas palabras son sinónimas), no de sus opiniones, que son lo más superficial que hay en él. Así lo entendió Rudyard Kipling, el más ilustre de los autores comprometidos. A un escritor –nos dijo-, le está dado inventar una fábula, pero no la moralidad de esa fábula”, sentenció Borges.
