Tienen algo de razón quienes nos llaman la atención por no dedicar más tiempo a esa vergonzosa acción que dos de los tres Poderes de la nación realizan para aniquilar el Poder Judicial.
Claro que ante los buenos deseos que la mayoría podamos tener, aún queda por salvar una alta y peligrosa barda que de un lado están unidos dos de los poderes nacionales: Ejecutivo y Legislativo.
Estos cambios implican que la transparencia no se limita a lo establecido por Ley, sino también a la divulgación proactiva de información no obligatoria y la generación de espacios para la participación activa de la ciudadanía en el ejercicio de lo público.
En este lamentable escenario sería totalmente contingente la preparación y la experiencia de las personas que serían nombradas juzgadores, al fin y al cabo “ya tienen la bendición papal”.
La idea central de la reforma es que todos los juzgadores del país, tanto a nivel federal como local, sean elegidos aparentemente por el voto “popular y secreto”.
Sería hasta enero de 1824 cuando se establecería una “República representativa popular federal”, mediante el Acta Constitutiva de la Federación. Tal disposición se ratificaría meses más tarde con la promulgación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, dividiendo así al Supremo Poder de la Federación en tres órganos: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
En las manos de los mismos legisladores de Morena, diputados y senadores está la solución simple. Si no es conveniente una o las reformas que sean, en un poder autónomo hay división de poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Se complementan, pero no puede uno suprimir a otro injusta y arbitrariamente.
De los delincuentes de cuello blanco, es necesario conocer características psicológicas de este cáncer social. El concepto de crimen de cuello blanco, es de Edwin Sutherland (1939). Lo define como delitos económicos de profesionales contra organizaciones oficiales y corporativos particulares.
La putrefacción de la Fiscalía General de la República y el Poder Judicial es causa de la violencia, blindan a narcotraficantes con máscara de policías y jueces sobornables por la delincuencia de altos vuelos. Esto no ha cambiado nunca.
El Poder Judicial de la Federación es el que le ha corregido la plana a AMLO cuando va en contra de la Constitución y por ello ha intentado reelegir primero al Ministro Zaldívar Lelo de Larrea y luego “colonizar” la SCJN con ministras incondicionales. Ahí están sus posturas y votaciones, así como la ignorancia que exhiben.