Soy un convencido de que ni los candidatos, ni los partidos, ni la autoridad electoral tendrán un impacto favorable en la promoción del ejercicio concienzudo del voto.
En resumidas cuentas, Stalin accedió al poder y lo aprovechó para llevar a la URSS de la producción agrícola colectiva a la industrialización. Estableció planes quinquenales ideados para eliminar la hambruna en las zonas menos favorecidas de aquel país.
Andrés Manuel sabe de historia y sabe cómo distorsionarla, sabe cómo ser parcial. Así, vanaglorió a Lázaro Cárdenas, un personaje que transitó sin pena ni gloria por la lucha revolucionaria de inicios del siglo XX; aun así, lo equiparó con Flores Magón, Francisco Villa, Emiliano Zapata, y Francisco I. Madero.
La soberbia es, pues, todo lo opuesto a la “humildad”. Una bien llamada virtud que consiste “en el (re)conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”. Algo que para los pseudopolíticos, resulta ajeno y que debería de ser una obligación, pues, al final, la naturaleza de la política radica en la colectividad.
“Unión transitoria de personas, grupos políticos o países con un interés determinado”, así define el Diccionario de la Lengua Española a una coalición. Es decir, coaligarse en terrenos electorales significa unirse temporalmente para ganar elecciones.
Con estos antecedentes, los mexicanos no seremos los únicos en renovar los poderes Legislativo y Ejecutivo, pues el año que está por comenzar trae consigo procesos de elección a nivel global.
Mi primer encuentro con la política derivó de aquel fatídico atentado en Lomas Taurinas. Para las nuevas generaciones, que no están familiarizadas con tal suceso, les comparto brevemente que el 23 de marzo de 1994 asesinaron al candidato con más probabilidades de convertirse en presidente de México: Luis Donaldo Colosio.
Donaldo mencionó algo que sigue siendo una deuda pendiente: “Expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y para acabar con cualquier vestigio de autoritarismo”.
Tampoco puede negarse que, además de una pésima redacción, su pronunciamiento a través del Periódico Oficial de Nuevo León representa una ofensa a la soberanía del Legislativo estatal, quien, a su vez, da voz al pueblo de Nuevo León.
Cárdenas, en la práctica, fue el primer presidente que gobernó durante seis años. El penúltimo militar, antes de Manuel Ávila Camacho, nacido en Puebla, el reformador que daría su identidad definitiva al partido tricolor. Con Miguel Alemán Valdés comenzaría el periodo de los gobernantes civiles.