Ciertamente García Luna tuvo su crecimiento criminal dentro del sistema político mexicano de la mano del Partido Acción Nacional, pero un sistema de gobierno que no ha cambiado y en iguales condiciones hoy encabezan el Presidente y su partido Morena. La corrupción, como la rabia, sigue ahí.
Atacar en una plaza comercial ante la firma de autógrafos de un grupo que no es del agrado de un cártel, pero sí de otro, es un acto de soberbia criminal que sólo es posible en un clima de impunidad
En este circo mediático se ha convertido el juicio en Estados Unidos al ex secretario de Seguridad de México. Se espera que el “testigo estrella” finalmente aporte lo que otros no: pruebas tangibles, más allá de dichos y la palabra de criminales, de que García Luna recibió millonarios sobornos, proveyó la protección a los narcotraficantes y fue partícipe del trasiego de droga en México, sus aeropuertos, mares y carreteras, y hacia EU.
Efectivamente, en sesión de Cabildo celebrada el lunes 30 de enero en Tijuana, eligieron a quien será secretario general del Ayuntamiento, y de entre la terna, el favorito de la alcaldesa Caballero, al ex panista Miguel Ángel Bujanda.
El crecimiento de la inseguridad a partir de los últimos meses de 2022, cuando delitos como robos, extorsiones, cobros de piso fueron denunciados, de igual forma a pequeños comercios, es negado de manera constante por las autoridades
...ahora el Gobierno de México espera que el Departamento de Justicia de otro país, cumpla con lo que no es capaz de cumplir: transparentar y hacer pública información que vincula al crimen al ex funcionario
Francisco Vega de Lamadrid, del PAN, así como Jaime Bonilla Valdez y ahora Marina del Pilar Ávila Olmeda, ambos de Morena, se desentendieron del tema de la seguridad. Dejaron de encabezar y coordinar los esfuerzos. Hoy día, tenemos muchas policías en los distintos órdenes de gobierno (no niveles, porque técnica y constitucionalmente ninguno está por encima del otro) y cada cual actúa en solitario.
La lección que dejó 2019 para el Cártel de Sinaloa es la violencia como mecanismo de presión. Si se muestra el poderío criminal, se causa terror entre la población y será más vigente la política federal de “abrazos, no balazos” para lograr el cometido de actuar con impunidad
Si de Marina Ávila Olmeda hubiese dependido la designación, la Secretaría de Seguridad del Estado estuviese encabezada por un mando civil, quizá hasta el propio Mendívil o algún recomendado del fiscal Carpio. Pero no, en materia de seguridad, le siguen amarrando las manos a la primera gobernadora de Baja California
1982 muertos de forma violenta en el Estado, lo cual significa que, en promedio, fueron asesinadas seis personas al día en Baja California en 2022, y si consideramos esa estadística y los once días restantes al año, se cerrará con más de 2 mil ejecutados.