Un total de 9 gramos de marihuana, propiedad de Hernán N, alias “El Muñeco”, y una pistola de uso exclusivo de la Armada, Ejército y Fuerza Aérea fueron asegurados tras un cateo en su vivienda en Playas de Tijuana. La intervención derivó en la detención de cinco personas, quienes fueron vinculadas a proceso este 26 de junio.
De acuerdo con el agente del Ministerio Público, tras obtener una orden de cateo al inmueble —hogar de los imputados, ubicado en la sección Costa Hermosa de Playas de Tijuana—, se logró la detención de cinco personas el 24 de junio de 2025 a las 8:30 a.m. Se trataba de Hernán N, alias “El Muñeco”; su pareja Valeria N; sus hermanas Cinthia N y Luisa Monique N; así como su madre, Elizabeth N.
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Según la evidencia presentada, en el pasillo de entrada del hogar fue localizada un arma tipo pistola marca Glock BPDG616, calibre 9 mm, abastecida con 16 cartuchos útiles, así como un segundo cargador con 10 cartuchos. Esta arma está clasificada como de uso exclusivo de la Armada, Ejército o Fuerza Aérea. En una habitación del tercer nivel también se localizaron 9 gramos de marihuana dentro de una bolsa de plástico y dos cigarrillos.
Durante su derecho a declarar, los cinco detenidos aceptaron hacer uso de la palabra. El primero fue Hernán, quien cojeaba a causa de una lesión en su pierna derecha, atendida en el Hospital General de Tijuana, según refirió el Ministerio Público.
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Manifestó que el día de su aprehensión se encontraba durmiendo junto a su hija y esposa cuando comenzó a escuchar ruidos y golpes, hasta darse cuenta de que se “trataba del gobierno”. Al intentar salir por la ventana de su estudio, hacia la parte trasera de la casa de su vecino, fue cuando sufrió la lesión.
“La marihuana es mía”, confesó. Aseguró que nadie sabía de su consumo, pues solo lo hacía en la azotea o en parques, y que la tenía escondida en su estudio personal, lejos del alcance de su hija. Su esposa declaró enseguida, asegurando que desconocía la existencia del arma y que ignoraba que su esposo consumiera narcóticos.
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La tercera en declarar fue Cinthia, la hermana mayor de la familia, quien admitió que el arma localizada era de su propiedad y que la había adquirido aproximadamente un mes antes en la ciudad de San Diego, California, Estados Unidos. Explicó que no confiaba en la policía municipal de Tijuana, y que anteriormente ya habían intentado extorsionar a su familia en su negocio.
Por ello, dijo, resguardó el arma cerca de la entrada de la casa, pues no sabía lo que podría suceder y pensaba usarla en caso de emergencia. Afirmó que la poseía solo para proteger a su familia, aunque nunca se preocupó por verificar su tipo: “No sabía usarla, me guié por videos de YouTube y TikTok”.
Por su parte, Luisa Monique relató que, tras escuchar los golpes en la entrada alrededor de las 6:00 a.m., subió al tercer nivel para exigir que mostraran una orden judicial; sin embargo, las autoridades nunca la presentaron, por lo que comenzó a grabar el incidente por su seguridad, ya que en su lugar de trabajo también habían intentado “cobrar plaza”.
Fue ese video, grabado por Monique, el que se viralizó en redes sociales el 24 de julio. En la grabación, compartida en su perfil público, se escucha a elementos policiales gritar: “¡Los vamos a agarrar!”, mientras la joven, en compañía de una menor de edad, responde: “¿A quién, güey? ¿Por qué no me das una orden y te dejamos entrar?”. En la misma se observa cómo uno de los agentes apunta con su arma hacia ella, mientras la joven señala que hay una niña a su lado.
La última en declarar fue Elizabeth, madre de los implicados, quien explicó que su hija mayor residía en el primer piso del domicilio, ella en el segundo, y su hijo, junto con su familia, en el tercero. Aseguró que se trataba de propiedades separadas, y que desconocía tanto la existencia del arma como la posesión de drogas. Indicó que todos se dedicaban a un negocio familiar que aún no lograban consolidar, por lo que atravesaban dificultades económicas.
Durante el turno de declarar libremente, todos los imputados se negaron a responder las preguntas del Ministerio Público, aceptando solo las de su defensor legal. A pesar de que este solicitó que no se imputaran cargos a Valeria, Luisa y Elizabeth, la petición fue denegada por falta de evidencia que probara su inocencia.
El Juez de Control reiteró que los objetos relacionados con la imputación se hallaban en áreas comunes, y que el hecho de que las imputadas hubiesen subido al tercer piso indicaba que no se trataba de espacios totalmente independientes o inaccesibles, por lo que no se podía probar que desconocieran su existencia.
Además, los detenidos no contaban con permisos expedidos por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para la posesión del arma, ni con autorización sanitaria para portar una cantidad de marihuana superior a la permitida por ley.
Por estos hechos, se les imputaron los delitos de posesión de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, conforme al artículo 83 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, así como el delito contra la salud por posesión de cannabis sativa, según el artículo 477 de la Ley General de Salud.
Los cinco imputados fueron vinculados a proceso bajo la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, y se concedió un plazo de investigación complementaria de un mes, que concluirá el 28 de julio de 2025.
Finalmente, a solicitud de la defensa, se concedió una audiencia de suspensión condicional parcial, agendada para el próximo 9 de septiembre.
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