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lunes, junio 23, 2025
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Baja en remesas afectará pobreza en México

La disminución del ingreso por remesas en México presionaría los niveles de pobreza, al reducir la capacidad de compra de los 4.9 millones de hogares que se estiman las reciben, especialmente los más vulnerables.

En el nivel macroeconómico, el impacto se reflejaría en una contracción de la demanda que se traduciría en una menor actividad económica de nuestro país, sobre todo en entidades federativas que más dependen del dinero que mandan los connacionales.

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Además, un desplome de las remesas podría afectar la “fortaleza” del peso, estimaron especialistas consultados por ZETA.

En abril pasado, el monto por remesas recibidas en nuestro país se ubicó en cuatro mil 761 millones de dólares; una caída de 12.1% respecto a abril de 2024, la peor baja en 13 años.

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No obstante, en el acumulado (enero-abril) la contracción fue menor, ya que las remesas alcanzaron los 19 mil 15 millones de dólares; un retroceso de 2.5% respecto al primer cuatrimestre de 2024.

El número de operaciones tuvo una disminución anual de 8.1% en abril de 2025, y el monto promedio por remesa también se redujo 4.4%, al pasar de 4

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Jorge Fonseca, economista, Foto: Ramón Tomás Blanco Villalón

03 dólares a 385 dólares, según cifras del Banco de México (Banxico).

Para el economista Jorge Fonseca, la disminución de las remesas observada en lo que va del año, particularmente la caída de abril, se debe a la incertidumbre que están viviendo los connacionales en Estados Unidos por las redadas y la intención de aprobar un impuesto del 3.5% a las remesas en el Senado estadounidense. Sin embargo, aún no puede preverse si la tendencia seguirá o se agudizará en los próximos meses.

Es una “situación seria” que el Gobierno Federal sí está dimensionando por el rechazo al gravamen expresado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y es que hay estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca cuya economía depende de las remesas hasta más del 15 por ciento.

Es decir, en esos estados, sobre todo en zonas rurales, las remesas dan poder adquisitivo a las familias que las reciben y con ello pueden hacer consumos para necesidades inmediatas, como completar la despensa, la educación, el vestido y los medicamentos.

“Para ellos las remesas son fundamentales. Sin esos ingresos probablemente carecerían de los medios para seguir viviendo en esos lugares y tendrían que migrar”.

Si dependen de la remesa significa que en esas áreas no existen fuentes de trabajo suficientes o que les den ingresos que le permitan vivir a una familia. De modo que la reducción de las remesas “presionaría” al Gobierno Federal para compensar, por medio de subsidios, a esos estados.

En zonas urbanas de Ciudad de México, Estado de México o Jalisco (que se encuentran entre las entidades que reciben más remesas), la afectación por la caída de remesas sería distinta.

Las transferencias de recursos a las familias de esas zonas no representan más del 20% de su poder adquisitivo, “a diferencia de las familias que viven en zonas rurales donde las remesas son el ingreso principal o en algunos casos el único”, indicó.

Roberto Zepeda, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, consideró que la baja de las remesas es consecuencia del “factor Trump” con sus políticas antinmigrantes aunado a que los primeros cien días del mandatario “no fueron muy buenos” en el ámbito económico: no hubo un crecimiento “notable”, incluso hay proyecciones de una posible recesión en Estados Unidos, y las remesas están relacionadas con el mercado laboral.

Si continúa la caída de remesas el resto del año veríamos un “efecto negativo” en el consumo; lo cual se traduciría en menor demanda, menor crecimiento económico y un debilitamiento del peso frente al dólar. “En general, malas noticias para la economía mexicana”, señaló el académico de la UNAM.

Fonseca expuso que si las remesas tuvieran un “desplome” del 50%, podría verse una depreciación del tipo de cambio, ya que México también tiene ingreso de dólares por Inversión Extranjera Directa, turistas internacionales y venta de petróleo.

Desde 2020 se disparó la brecha entre los ingresos que México recibe por remesas, con lo que éstas se convirtieron en la principal fuente de divisas. A  partir de ese año  hubo una tendencia creciente en el envío de remesas a México, que pasó de 41 mil 700 mdd a 64 mil 745.

En 2023, llegaron a nuestro país 63.3 mil millones de dólares (mmdd) por remesas. Cifra muy superior a los ingresos por exportación petrolera (33.2 mmdd), a la IED (36.3 mmdd) y al turismo internacional (28.7 mmdd), según el Anuario de migración y remesas México 2024, publicado conjuntamente por Fundación BBVA y el Consejo Nacional de Población (Conapo).

El costo promedio por enviar 200 dólares a México fue de los más bajos en América Latina y el Caribe, con todo y que pasó de 4.6 a 4.7% En 2023, las ciudades de Estados Unidos más caras para enviar 350 dólares a México fueron: Indianápolis, Indiana (5.98%); Dallas, Texas (5.93%); Houston, Texas (5.93%); Los Ángeles, California (5.93%); y San José, California (5.93%).

Entre 2019 y 2023, México desplazó a China y se ubicó como el segundo país receptor de remesas en el mundo, sólo detrás de la India, indica ese documento.

Prácticamente todas las remesas recibidas por México son enviadas desde Estados Unidos mientras que, en el caso de la India las remesas desde Estados Unidos representan alrededor del 30% del total.

FOTO: MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO.COM

BC CON NÚMEROS POSITIVOS HASTA MARZO

Las últimas cifras desagregadas por entidad y municipio del Banxico señalan que, Baja California recibió por remesas 340.16 millones de dólares, de enero a marzo de 2025. Esto fue 6.7% superior a lo captado (318.6 mdd) en el mismo periodo del año anterior.

Tijuana siguió concentrando el mayor monto ubicándose en el segundo lugar a nivel nacional, sólo detrás de San Cristóbal de las Casas (Chiapas). Sin embargo, Tecate (+13.4%) y Mexicali (+8.8%) fueron los municipios bajacalifornianos que tuvieron los incrementos mayores en términos interanuales.

En el primer trimestre de 2025, Tijuana recibió 187.53 mdd; Mexicali, 64.40 mdd; Ensenada, 51.48 mdd; Playas de Rosarito, 17.93 mdd; Tecate, 12.94 mdd; y otros municipios, 5.58 mdd.

Fonseca consideró que podría no ocurrir la contracción de remesas en Tijuana, o no en la magnitud de otros lugares del país, ya que lo más probable es que en el cálculo de las remesas estén los ingresos de residentes o ciudadanos americanos que viven en esta ciudad fronteriza.

Es un fenómeno parecido al que se da en algunas ciudades de Guanajuato, donde viven estadounidenses retirados y sus ingresos están calculados como remesas, porque son transferencias que van de Estados Unidos a esos lugares; entonces pareciera que son parte del dinero que envían los mexicanos a sus familias, pero no todas las remesas son de ese tipo, explicó.

 

MÉXICO TENDRÍA QUE CONTRAATACAR

Aunque el senador de Misuri, Eric Schmitt, había manifestado que el impuesto a las remesas subiría de 3.5 a 5% en la reforma fiscal que Trump ha denominado “el gran y hermoso proyecto de ley” e incluso el legislador republicano había expresado la intención de que fuera hasta 15%, el Senado estadounidense mantuvo el gravamen el 3.5%

El 17 de junio pasado, el Comité de Finanzas del Senado publicó el proyecto de ley que será sometido a votación en próximos días. Además de la tasa ya aprobada por la Cámara de Representantes, destaca la exclusión del gravamen para las transferencias que se hagan a través de tarjeta de crédito o banco.

La propuesta original implica gravar las remesas que no sean ciudadanos estadounidenses, es decir, personas con residencia y visas no inmigrante H-1B, H-2A y H2B. Algo que podría disminuir el efecto en México, ya que un “alto porcentaje” de quienes envían remesas son ciudadanos americanos con origen mexicano, indicó el investigador de la UABC, Roberto Fuentes Contreras. Además, es previsible que los mexicanos ilegales sigan mandando remesas, aunque probablemente con menos frecuencia y por vías no formales.

En conferencia de prensa del IMEF, la directora general de “México ¿Cómo vamos?”, Sofía Ramírez Aguilar, previó un “golpe importante” a la calidad de vida de las familias más pobres si se cumplen una serie de condicionantes en Estados Unidos.

Foto: Tomada de Internet

Sin embargo, “el promedio de ingreso de un mexicano en Estados Unidos es de 70 mil -80 mil pesos al tipo de cambio de ahorita”. Entonces los paisanos pueden seguir enviando remesas si absorben este impuesto adicional del 3.5%; distinto si este impuesto se incrementara en demasiada.

En postpandemia los mexicanos enviaron hasta 18-19% de su ingreso laboral en remesas. Al cierre de 2024, el CEMLA (Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos) reportó que enviaron un 16-17% de su ingreso.

Eso quiere decir que hay cierto espacio para que vuelvan a mandar un mayor porcentaje de su ingreso laboral, sin que les perjudique demasiado en su calidad de vida. Es decir, los connacionales que envían remesas podrían absorber el golpe de un impuesto a las remesas y de esa manera se contendría el impacto que tendrían los hogares más pobres en México.

“Pero todavía es un tema mucho más incierto en el rubro de las deportaciones y el miedo que puedan tener los connacionales a ir buscar, cuando no tengan la documentación que los habilite a vivir y a trabajar en EUA; y entonces ahí lo que podemos ver sería una caída así sea temporal, muy brusca en los ingresos de ese grupo de mexicanas y mexicanos”.

Desde Palacio Nacional, Sheinbaum Pardo ha insistido en que gravar las remesas es una medida injusta, “discriminatoria” y representa una doble tributación, ya que los mexicanos que viven en Estados Unidos ya pagan impuestos. Incluso legisladores mexicanos han ido a Washington, D.C., a cabildear con sus homólogos.

En opinión de Roberto Zepeda, investigador del CISAN, establecer el impuesto es un tema interno de Estados Unidos en el que “México poco puede incidir”.

No obstante, consideró que nuestro país debería tener una política externa con contactos con legisladores republicanos y demócratas, gobernadores clave de Estados Unidos y cámaras empresariales no solamente para el tema de remesas, sino para el de migración y una renegociación favorable del T-MEC, y no que sea un “acercamiento de último momento”.

Sin que “suene a amenaza”, México también podría gravar envíos de dinero en el ámbito empresarial de nuestro país a Estados Unidos, que actualmente están exentos, y de esa forma tener una medida “espejo” para poder negociar, no nada más con discursos.

Algo similar tendría que pasar con el arancel al 50% al acero y al aluminio mexicano, así como otras mercancías que no están dentro del T-MEC, porque “no están funcionando” los encuentros entre autoridades mexicanas y estadounidenses para eliminarlos.

“Se necesita imponer aranceles (retaliatorios), como ya se impusieron con Peña Nieto”. México puede imponer a ciertos productos, como en algún momento se establecieron para whisky, que afecten a las bases políticas del Partido Republicano para poder negociar.

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Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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