Yo, ciudadano José de Jesús Márquez Pérez, de 73 años de edad, denuncio los siguientes hechos:
El 17 de marzo 2025, un par de agresores rodearon mi vehículo y me retuvieron en contra de mi voluntad al salir de mi trabajo; el sujeto se interpuso frente a mi vehículo, teniendo que frenar para no atropellarle. Atemorizado, llamé cinco veces al 911 y acudió la patrulla hasta los 50 minutos, llevándome la sorpresa que no acudieron conmigo, sino con los agresores para entrevistarlos. Al ver eso y al llegar la patrulla, me pude retirar a mi domicilio particular por motivos de salud, y volví a llamar al 911 para reportar la mal acción de los policías, solicitando que fuera otra patrulla a mi domicilio para que levantara mi reporte.
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El día siguiente (18 de marzo), al llegar a casa se ponchó una llanta delantera de mi camioneta. Dos trabajadores y yo revisamos la entrada de mi cochera y vimos que había más de 50 chilillos negros que alguien arrojó con dolo en la entrada de mi propiedad, causándome daños. Por ese motivo acudió nuevamente una patrulla al domicilio de los hechos, Matamoros 231 de la colonia Independencia. Al levantar mi reporte, los policías vieron los cuchillos en el piso.
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El 22 de marzo de 2025, al llegar a mi obra en construcción y ver la impunidad con los “preventivos”, fui agredido físicamente y verbalmente por el mismo sujeto del día 17 de marzo, del cual desconozco su nombre, pero tiene cerca de 50 años, pareja de María Guerrero de la Peña, multidenunciados. El sujeto me empujó dos veces en el hombro izquierdo, ante lo cual le repetí por dos veces: “No me toques”; esto enfureció más al sujeto agresivo. Al ver que yo traté de sacar mi celular para llamar al 911, me lo arrebató con todo y la funda de plástico, y me lo arrojó a unos 35 metros de distancia, deteniéndose por la llanta de un carro que estaba estacionado.
Realicé varias llamadas al 911. Después de más de una hora, acudió una patrulla municipal y volvió a ocurrir lo mismo del día 17 de marzo: los policías acudieron con los denunciados a entrevistarlos. Les hice ver su mal proceder, ya que yo era el ofendido y agraviado, y el que primero llamó a 911. Me dijo un policía que él podía entrevistarme a mí y su compañero a ellos. Les dije que no era así, ya que yo era el reportante. Llamando nuevamente al 911, el operador me pidió la descripción de los dos malos servidores públicos, la cual se los proporcioné.
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Escuché claramente que al despedirse los policías le dijeron a los agresores: “Sí, tienen un año para denunciarlo”, ante lo cual veo que la Policía Municipal de Ensenada sigue sin control, aunque sea nueva administración, constituyéndose en juez y parte, que lejos de solucionar un problema como “preventivos”, van y empoderan más a los agresores. ¿En qué manos estamos la ciudadanía de bien de Ensenada, que no hacen bien su encomienda, sin que nadie se atreva a corregirlos?
De los hechos anteriores están de testigos mis trabajadores, los cuales presenciaron todo, así como un video de mi cámara.
Posiblemente la agresión de estos sujetos se derivó por el empoderamiento que le han dado a esta familia de Gonzalo Guerrero, malos servidores públicos, como lo es la titular del Ministerio Publico Diana Vanessa Orozco Fuentes, quien me citó en calidad de ofendido peor que al imputado de amenazas de muerte, con un apercibimiento de hasta 20 mil 994.00 pesos, siendo esa cita el 11 de abril de 2025 a las 12:00 horas para efecto de notificación de documento. Ese día la titular de Ministerio Publico mencionada no estuvo presente durante mi comparecencia, la cual la realizo una auxiliar de Ministerio Publico que me hizo entrega de la misma sin firma alguna; ya en la sala de recepción me comunique por teléfono con una abogada que considero amiga, que me asesoró y me dijo que esa acta de comparecencia tenía que estar debidamente firmada por la Titular de Ministerio Publico, quien fue la que me citó.
Regresé para hablar con la auxiliar del M.P. y me dijo que iba a ver si podía conseguir quien la firmara; tardó 10 minutos y la firmó adentro supuestamente el Licenciado Jorge Pérez Castañeda, aunque tengo la falta de certeza de quién la firmó, ya que la auxiliar se llevó el documento y regresó con él firmado. Se supone que el M.P. es abogado auxiliar del ofendido y en la práctica veo que es todo lo contrario.
Es grave abusar del poder conferido.
(Anexo fotografías de los sujetos agresores. Envío esta carta para protegerme ya que las autoridades han sido omisas).
Atentamente,
José de Jesús Márquez Pérez
Ensenada, B.C.
