El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer con el propósito de reflexionar sobre la importancia de garantizar los derechos de todas las mujeres, las niñas y las adolescentes, así como reconocer su participación en todos los ámbitos de la vida social, económica, política y cultural. Este día nos recuerda la lucha histórica de las mujeres por la igualdad y el reconocimiento de sus derechos humanos; es un momento para revisar el trabajo que se ha hecho, el tiempo que ha pasado y, principalmente, para dimensionar los desafíos que aún quedan por enfrentar.
Hoy el mundo es más igualitario que nunca para las mujeres y las niñas; no obstante, ningún país ha logrado la igualdad de género, porque el progreso sigue siendo muy lento y frágil. La desigualdad de género es el mayor desafío de nuestro tiempo.
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Un claro ejemplo es la brecha salarial de género, las mujeres ganan en promedio entre un 20 % y un 35 % menos que los hombres en posiciones similares. Esto significa que, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe entre 65 y 80 pesos.
Las brechas salariales por sexo se aumentan, en gran medida, al mayor número de horas que las mujeres dedican a labores no remuneradas dentro del hogar, ya sea realizando tareas domésticas o de cuidados. A lo largo de su vida laboral, es menos probable que una mujer acceda a posiciones de mando, debido a la falta de un sistema de cuidados universal. En México, por cada tres mujeres que brindan cuidados, sólo un hombre lo hace.
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Además, de acuerdo con los datos de las Naciones Unidas:
Para cerrar la brecha de género a escala mundial para 2030, se requerirá una inversión anual de 360.000 millones de dólares
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Si no actuamos ya, tardaremos 300 años en lograr la igualdad.
La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral se reduce del 56.6 % al 50.3 % cuando tienen que cuidar a niños o a personas con discapacidad.
Acabar con la pobreza extrema entre las mujeres podría llevar 137 años.
Al ritmo actual de progreso se tardará 134 años en alcanzar la plena paridad en 2158, es decir, dentro de unas cinco generaciones.
Se estima que se necesitarán hasta 286 años para cerrar las brechas existentes en materia de protección legal y en eliminar leyes discriminatorias en el mundo.
¡No podemos esperar tanto! No debería tomarnos siglos alcanzar la igualdad de género. La urgencia no puede ser subestimada. A pesar de los avances logrados a lo largo de los años, el progreso sigue siendo lento y desigual. Es imperativo cerrar las brechas y asegurar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en todos los aspectos de la vida.
No podemos permitir que las futuras generaciones esperen cientos de años para ver un mundo igualitario. Ni resignarnos a ni atestiguar un cambio. La inversión en la igualdad de género es una inversión en un futuro más justo y sostenible. Es momento de redoblar esfuerzos. No podemos esperar, debemos cambiar la conciencia social y empezar a entender que garantizar los derechos humanos de las mujeres y la igualdad es tarea que demanda corresponsabilidad.
Todas las personas somos parte del mundo que sigue siendo injusto con las mujeres, las niñas y las adolescentes y todas debemos contribuir para que la humanidad avance hacia la justicia y la paz, pero sin igualdad no hay ni una ni otra.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: [email protected]
