Durante mucho tiempo la Universidad de Guanajuato fue un referente nacional. Ahora tiene una población estudiantil gigante, ya que atiende preparatorias y estudiantes de estudios superiores. En varias ciudades está presente.
Con la pandemia, entendemos y sufrimos en todo el mundo la interrupción de clases. En el caso de la ciudad de León, Guanajuato, la prepa oficial del Centro Histórico ha tenido un rosario de interrupciones de clases presenciales por la falta de mantenimiento al drenaje, plagas de chinches, piojos y, por último, un incendio del auditorio en noviembre de 2024. Existe una irresponsabilidad de la rectora actual a no dar certeza a la población estudiantil, familias y ciudadanos, al prometer un dictamen de ingeniería para señalar si está dañada la estructura del edificio. Han pasado casi tres meses y nada de dictamen.
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La Universidad de Guanajuato propone trasladar a la población estudiantil a un edificio privado que está muy lejos, propiedad de una exdiputada del partido que gobierna el estado. Más de una hora de traslado en transporte público, pésimo, caro y en despoblado.
El 20 de febrero los estudiantes, familiares y ciudadanos protestamos frente a la prepa por las medidas absurdas que no toman en cuenta el garantizar el derecho a la educación, aun existiendo en el centro de la ciudad edificios subutilizados o abandonados de la propia Universidad de Guanajuato.
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¡La educación, la única herramienta para ser catalizadora a una vida mejor!
Fraternalmente,
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Francisco Zamora.
León, Guanajuato.
Correo: [email protected]
