Nos devuelven a los rehenes. De nuevo estarán con nosotros. Vienen quebrados, destrozados por las maldades y crueldades que solo los hombres son capaces de hacer a los hombres. Vienen las mujeres violadas, los hombres rotos; se ensañaron con ellos. Habían perdido la esperanza, los humillaron, les carcomieron el alma.
Sus familias los esperaron después de meses de dolor; habían ido a una fiesta de paz, los raptaron, el mismo infierno se abrió, cada día cada instante fue de espanto y de terror. Nos los devuelven rotos, pero vivos; no importa, ya estarán aquí. Los reconstruiremos, ya lo hemos hecho antes con los destrozados de los campos de concentración. A cuántos de ellos revivimos con amor, cuántos de ellos al regreso a la vida se volvieron médicos; psiquiatra-neurólogo, Viktor Frankl; poetas, Eli Wisel; arquitectos, Lazlo Toth y miles que siguieron aportando a la humanidad.
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Hicieron bien, pararon el mal con bien. Ya estarán con nosotros los rehenes. Los cuidaremos con amor, los reconstruiremos en pedacitos, les devolveremos la vida, ya lo hemos hecho antes, muchas veces. “Al kamfei nesharim” los elevaremos sobre alas de águila, los remontaremos al cielo fuera de las cloacas donde subsistieron. Pagamos un precio muy caro por ellos: 400 soldados del ejército de Israel, jóvenes de 18 años que murieron en el rescate. Volverán, sonreirán, amarán, vivirán, quiera Dios.
Hemos demostrado la fortaleza para la guerra. Hemos demostrado la capacidad para pelear. Hemos mostrado habilidad y fuerza. Hemos demostrado ser excelentes soldados. Pero todo el talento del estado de Israel lo vamos a dedicar a reconstruirlo y ahora demostraremos cómo regeneraremos sus vidas, cómo los volveremos a la alegría y a la normalidad, al amor y a la belleza; cómo lavaremos cada pedazo de su piel del nauseabundo olor del terror.
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Los reincorporaremos porque los amamos.
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José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
Correo: [email protected]
