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lunes, noviembre 18, 2024

Los ladridos de Trump

“La ‘democracia’ burguesa, no es más que la dictadura de los señores capitalistas”.

V, I. Lenin. La Revolución proletaria y el Renegado Kautsky (1918. P.19).

 

Las votaciones dentro de los marcos del capitalismo no son más que un entero circo de bufones. Todo es una repugnante parodia. Lo es en los estados coloniales como en los estados imperialistas. En términos generales los pobres no votan. Vota solo el sector minoritario, el más atrasado y corrompido del proletariado. Votar, para los esclavos asalariados, es escoger al verdugo que los va a degollar. En realidad, sólo sufraga de forma masiva y esperanzada la clase media. “Cumpliendo su deber cívico”. Ansiando un milagro. El abstencionismo no es sino el rechazo patente y espontáneo de la clase obrera a la farsa electorera.

Donald Trump no ganó. Fueron los “poderes fácticos” (como dicen los socialdemócratas) quienes lo entronizaron de nueva cuenta en el poder. Esta vez con “carro completo”. Al puro estilo priista de décadas pasadas. “Estilo” heredado por el nuevo PRI, esto es, por el partido Morena y su “4T”.

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¿Habrá persona honrada que crea que los millones de pobres de Estado Unidos corrieron a votar con la firme creencia de que Trump los va a sacar de su pauperismo? ¿Pensará alguien que los millones de “homeless” y desempleados volaron presurosos a votar por Trump, confiando ciegamente que bajo su gobierno tendrían techo, comida y trabajo seguro? La burguesía y la pequeña burguesía piensan que el pueblo es el eterno tonto. Y, si la clase mayoritaria de todo país capitalista, es decir, la clase obrera, está adormecida y ataraxiada, es debido a dos motivos: primero al hecho de que la ideología dominante en una sociedad capitalista es la ideología de la clase dominante burguesa. Lo que hace que el proletariado enajenado vea el mundo con ojos ajenos. Con ojos burgueses. Y segundo, a que la clase obrera está huérfana, es decir, no cuenta con su estado mayor dirigente. Le falta su partido comunista que la anime y la saque del marasmo en el que ha sido sumida. Que la organice y la levante a la lucha revolucionaria.

Prosigamos. No hay cosa más fácil de modificar que los datos estadísticos. Los agentes de la burguesía cambian los guarismos, según las circunstancias, a placer de los omnipotentes capitalistas. En otras palabras “triunfa” -o sea, se le adjudican millonadas de votos al mastín, elegido de antemano- al que le conviene más a la burguesía. El que le garantiza “amarrar al tigre” proletario con más eficacia.

Ni Joe Biden, ni Kamala Harris, ni el lumpen y bocón Donald Trump representan los intereses de las masas trabajadoras norteamericanas. Tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata son feroces cancerberos de la oligarquía financiera yankee. Tan hitleriano es uno como el otro.

Preconizar que los criminales del Partido Demócrata son “mejores” que los del Partido Republicano tiene toda la intención de confundir y desorientar a las masas. Tanto uno como el otro son las dos alas del buitre imperialista.

Preguntamos: ¿Quién lanzó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? ¿Quién amenazó a Cuba revolucionaria, de los años sesentas, con reducirla a cenizas con cohetes atómicos? ¿Quién fue el sátrapa que deporto a millones de mexicanos de forma violenta y soez…? ¿Acaso no fueron los déspotas Truman, Kennedy y Obama? Todos ellos reconocidos monstruos fascistas del Partido Demócrata.

¿Cumplirá el vociferante republicano los ofrecimientos populacheros que le hizo a las masas norteamericanas? No lo creemos. En campaña electorera todos los politicastros burgueses hacen promesas deslumbrantes e inimaginables. ¿Llevará a cabo sus amagos de deportación de millones de mexicanos, subirá los aranceles, sellará la frontera y otras amenazas por el estilo? Tampoco lo creemos. Perro que ladra no muerde. Verbigracia, López Obrador, que sin ladrar llevó a cabo innumerables atrocidades y masacres. Y reforzó la sumisión con Norteamérica. Los ladridos sólo asustan a los cobardes. Sin embargo, el pueblo debe siempre de tener empuñado el palo. Ladren o no ladren los perros.

México no cuenta con un potencial económico propio. Todo está en poder de firmas extranjeras. Incluso las “paraestatales”. Por lo tanto, no es posible que sea el “primer socio comercial” de EE.UU.; esa es una mentira del tamaño de una montaña. México es actualmente la colonia-maquiladora más importante del imperialismo. Consecuentemente, Wall Street se cuidará de no dañar en lo más mínimo a su enclave colonial.

De lo que sí estamos seguro es de que Trump continuará abasteciendo de bombas, armas y municiones a las bestias israelíes para que sigan masacrando al heroico pueblo de Palestina y a otras naciones árabes. Seguirá la Casa Blanca, con Trump a la cabeza, apoyando a la autocracia morenista para que mantenga y fortalezca la militarización en nuestra patria. Tal y como lo hizo el gobierno de Joe Biden.

Quien preconice que el imperialismo norteamericano es la más grande democracia del mundo o bien es un ignorante o se trata de un despreciable vendepatrias. Los hitlerianos son enemigos a ultranza de la democracia proletaria. Que es, como decía Lenin, la verdadera democracia.

Pronto veremos cómo numerosos gorilas de “izquierda” y de derecha irán gustosos a Washington a arrodillársele al nuevo monarca imperialista. Claudia Sheinbaum estará en la primera fila aplaudiendo las estupideces del gringo de marras. ¿Dónde quedó aquella frase: “Somos un país libre, independiente y soberano”? Pura charlatanería de vendepatrias. Hipócritas politicastros rastreros que concurrirán a lamerle las patas, con frenesí, a Trump.

 

Atentamente,

Javier Antuna.

Tijuana, B.C.

Correo: triunfocomunista@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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