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viernes, diciembre 13, 2024
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Armas a la vista

En una despejada, abandonada pero muy céntrica calle del Centro de Tijuana, la 5 de Mayo entre primera y segunda, muy temprano el lunes 4 de noviembre, paseantes a pie y en vehículos fueron testigos de una terrible escena: sobre la calle sucia, entre basura y residuos de cristales de autos robados o saqueados, en dos camionetas de no tan reciente modelo, pero llamativas -una verde y otra en color oscuro-, cuatro hombres descargaban a la vista de todos y sin remilgos, armas largas. Las pasaban de una camioneta a otra, entre risas y camaradería. Por lo menos cuatro hombres entre 20 y 30 años, cada uno con su propia arma corta fajada en el cinturón, se dieron a la tarea de manejar las armas largas, muchas, que traían en las camionetas. No eran policías ni los vehículos eran oficiales, ni los encargados del armamento portaban uniforme, insignias características o charola colgada al cuello o sobre alguna de sus ropas, pero manejaron las armas: por lo menos ocho rifles de asalto y metralletas con gran habilidad y públicamente. En los minutos que transcurrieron en el manejo de las armas, no transitó por la 5 de Mayo ni una patrulla, ninguna autoridad local, mucho menos las cada vez más comunes unidades de la Guardia Nacional o el Ejército. No. Los hombres de las camionetas tuvieron la calle despejada, sólo transitada por ciudadanos, para realizar su acto criminal de portar armas largas y trasladarlas con total impunidad. Hacía muchos años, desde aquellos fatídicos que iniciaron en 2007, que los ciudadanos no eran testigos del poderío armamentístico de anónimos sujetos que presumieron con harta seguridad de saberse protegidos, las armas que poseen. La 5 de Mayo, una vía alterna ante las obras que se realizan en la Zona Centro de Tijuana, es una de las más inseguras para los ciudadanos, pero evidentemente una de las más seguras para los vehículos que desde la clandestinidad e impunidad, se utilizan para trasladar armamento por Tijuana. Vaya, ni una barredora del Ayuntamiento entra a limpiar esa sucia, abandonada y céntrica calle. A ver si el alcalde Ismael Burgueño dedica menos espacios para selfies a la ciudad, y la provee de seguridad y limpieza para recuperar espacios tomados por criminales y hacerlos de tránsito libre y seguro para los ciudadanos. Eso, o de nueva cuenta como finales de la primera década de los dosmiles, Tijuana ya está, hasta en sus cuadrantes más públicos, en manos de criminales.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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