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martes, diciembre 10, 2024
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100 organizaciones criminales en México-EE.UU.

En México operan diez importantes cárteles de la droga -algunos fragmentados en diversas facciones- y al menos otras 72 células, lo que propicia que existan aproximadamente unas 100 organizaciones criminales que se dedican a alimentar la cadena del narcotráfico y la comisión de otros graves delitos. Sin embargo, a los Estados Unidos de América le preocupa la permanencia y expansión de dos de estos grupos que se encuentran en los 50 estados de ese país: el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de acuerdo con la Evaluación Nacional de Drogas 2024 de la DEA.

En territorio mexicano, los cárteles reconocidos como tales y que acompañan a sinaloenses y jaliscienses son los Beltrán Leyva (CBL), la Familia Michoacana (LFM), el Cártel del Golfo (CDG), los Zetas, Cártel de Juárez (CDJ), los Arellano Félix (CAF), Cártel del Noreste (CDN) y Cártel de Caborca (CC). En el caso del Cártel del Golfo, son múltiples los grupos que interactúan -unos afines, otros escindidos-, que ostentan la marca de la organización criminal más antigua de México: Talibanes, Metros, Panteras, Escorpiones, Grupo Escualo, Espartanos, los Sierra y el Señor de la P., entre otros. Por los Zetas hay: Zetas Vieja Escuela, Zetas Nueva Escuela, Sangre Nueva Zeta y otras tantas denominaciones.

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Ninguna entidad federativa escapa a la presencia de estas agrupaciones, ni siquiera Yucatán, el estado más seguro del país, pues hasta en ese territorio se encuentran, en su frontera con Quintana Roo, los cárteles más empoderados de la delincuencia organizada, más con un afán de ocultarse o escapar de otras autoridades que para operar. Los sitios mayormente referidos en informaciones donde se registra la violencia son los que tienen importante representación y conflicto por el control de territorio, producción o trasiego de drogas, extorsión, cobro de derecho de piso o explotación de la tierra.

En Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León comparten suelo los mismos clanes delictivos: Cártel del Golfo, los Zetas y el Cártel del Noreste, extremadamente sanguinarios y con históricas traiciones entre ellos, pues surgieron unos de los otros. En el caso de los tamaulipecos enfrentan a otro enemigo conocido como Columna Armada Pedro J. Méndez; mientras que los neoleoneses tienen la presencia de grupos satélite de los hermanos Beltrán Leyva; y los de Coahuila tienen tropas de gente de la propia región en el llamado Cártel Independiente de La Laguna. Todos generadores de violencia en esa parte de la nación.

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Estos mismos cárteles se extienden a otros estados. Por ejemplo, integrantes del CDG pueden ser vistos en San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes y Veracruz; en tanto los Zetas, de las distintas alas, operan también en Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Tlaxcala, Puebla y Oaxaca. El Cártel del Noreste extiende sus tentáculos hacia tierras potosinas y zacatecanas, donde han tejido alianzas con otras bandas. La Familia Michoacana, de los hermanos Johnny “El Pez” y José Alfredo “El Fresa” Hurtado Olascoaga, actúa en Michoacán, San Luis Potosí, Estado de México, Morelos y Guerrero.

Precisamente en Guerrero es donde se encuentra una enorme variedad de grupos del crimen estructurado, todos dedicados al narcotráfico como actividad principal. Ahí están los Guerreros Unidos, la referida Familia Michoacana, el CJNG, los Beltrán Leyva, el Cártel de la Sierra, los Jefes, los Granados, los Tlacos, Guardia Guerrerense, los Viagras, Sangre Nueva Guerrerense, la Barredora, lo que queda del Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y los recientemente incorporados como Guerrero Nueva Generación (GNG), que el pasado 24 de octubre incursionaron en Técpan de Galena, sufriendo los asesinatos de 19 de sus miembros.

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Otras organizaciones criminales que se autodenominan “cárteles”, aunque no realizan trasiego de drogas hacia la frontera norte y más bien se dedican al narcomenudeo, la extorsión, secuestro y otros delitos, son los capitalinos La Unión Tepito, Fuerza Anti Unión, Cártel de Tláhuac, Los Rodolfos, Los Molina, Güero Fresa, Los Tanzanios, Los Maceros, Los Malcriados 3AD y Ronda88, entre otros. Lo mismo sucede con el Cártel Santa Rosa de Lima, surgido de la localidad de Santa Rosa de Lima, municipio de Villagrán, en Guanajuato, que escasamente llega a tres mil habitantes y se disputa el dominio de los negocios ilícitos, primordialmente la sustracción de combustibles, con el CJNG en Guanajuato y Querétaro.

La Línea, vertiente del Cártel de Juárez, Cárteles Unidos (formado por varios grupos de Michoacán para luchar contra el CJNG), Cártel de Caborca, Nueva Plaza, los Mezcales, Unión de León, los Viagra, Cártel San Luis Potosí Nueva Generación, los Caballeros Templarios, los Correa, Don José, el Abuelo, los Rojos, los Yglesias, los Chehuis, los Terán, el Loco Téllez, los Hades, los Alemanes, Mara S-13, los Rojas Romero y Grupo Sombra, son otros de los tándems delincuenciales insertados en la geografía nacional, también traficantes de drogas ilícitas y generadores de violencia, aprovechando la debilidad estructural de las policías municipales y estatales, la inoperancia de la Guardia Nacional o en ocasiones la colusión de cualquiera de esos cuerpos de seguridad.

 

CDS Y CJNG

Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación están relacionados con una importante cuota de los homicidios dolosos que ocurren en México, que durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador fueron más de 196 mil en seis años, según cifras oficiales.

Ambos clanes pasan por una importante transición, pues en el caso del CDS existe una guerra intestina entre las diversas facciones por la presunta traición de Los Chapitos hacia Ismael “Mayo” Zambada García, a quien Joaquín Guzmán Jr. habría entregado a las autoridades de los Estados Unidos el pasado 25 de julio en Nuevo México; mientras que en el CJNG se habla de un relevo de líder Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, por una supuesta merma considerable en su salud.

Autoridades e investigadores estiman que el Cártel de Sinaloa se halla en 21 estados, que además del de origen son: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Querétaro, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Colima, Morelos, San Luis Potosí, Nayarit y Yucatán. Por su parte, el CJNG saca ventaja en cuanto al número de entidades en las que tiene presencia, con 28, siendo más fácil señalar los estados donde se encuentran desterrados o reducidos a la mínima expresión, como lo son: Sinaloa, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León.

La violencia que se vive en Culiacán y otros municipios sinaloenses desde el pasado 9 de septiembre por las disputas intestinas en el CDS ha incrementado el número de asesinatos en un 347 por ciento; y el reforzamiento realizado en esa entidad por las Fuerzas Armadas ha detonado en una mayor cantidad de muertos, pues militares en una sola acción para detener a algunos de sus objetivos abatieron a 19 presuntos sicarios el 21 de octubre último. La pugna entre los Mayos y la Chapiza ha dejado una estela de más de 300 personas muertas, decenas de personas privadas ilegalmente de la libertad, frecuentes balaceras y bloqueo de vialidades con vehículos quemados o ponchallantas.

Sin embargo, la batalla que libran los hijos de Zambada, aliados con las facciones de los Rusos, los Licenciados, los Cazadores, los Costeños, los Pipen, Tintori y presuntamente Gente del Guano (GDG) que lidera Aureliano Guzmán Loera, en contra de los Chapitos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, a quienes también Los Salazar les habrían dado la espalda, no es la única que libran, ya que existen otros frentes en los que se encuentran disputando territorios con el Cártel Jalisco Nueva Generación, que, con un objetivo en particular, se estarían aliando con Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar para combatir a Los Mayos en la región Altos Norte de Jalisco, en los municipios de Teocaltiche, Villa Hidalgo y Encarnación de Díaz.

También las distintas facciones del CDS sostienen una guerra con el CJNG en Chiapas desde 2023, donde se registran frecuentes enfrentamientos con saldos numerosos de víctimas, masacres que han obligado a varios centenares de familias a abandonar sus casas y sus comunidades para buscar refugio en los municipios limítrofes entre México y Guatemala, a ambos lados de la frontera. Esa lucha territorial es acrecentada por la presencia del autodenominado Cártel de Chiapas y Guatemala, y miembros de organizaciones de autodefensas que se han multiplicado en los dos años más recientes.

Otros frentes de disputa para el Cártel de Sinaloa se centran en Manzanillo, Colima, con el Cártel Jalisco Nueva Generación, por el control portuario, pues ahí llegan a México los precursores químicos para la fabricación de droga sintética procedentes de China. En Chihuahua y Sonora la pugna es contra La Línea, por el narcomenudeo y las rutas de migrantes. En Quintana Roo hay rivalidad marcada con quienes operan la extorsión y el micronarcotráfico, como Los Pelones y el CJNG. Y en Baja California, además de los conflictos entre las propias facciones del CDS, tienen que batallar con el Cártel Arellano Félix y el CJNG.

Por su parte, el Cártel Jalisco Nueva Generación disputa el territorio con el CDS en Zacatecas, por lo que en esa región del país ha tejido alianzas con cárteles tamaulipecos. Mas sus principales y más cruentos combates los libra en contra del Cártel Santa Rosa de Lima en Guanajuato, donde hasta carros con explosivos se han utilizado para enviarse mensajes entre ambos grupos criminales. En tanto, en Michoacán el CJNG se enfrenta a los Viagra, Caballeros Templarios y los llamados Cárteles Unidos, en un intento por apoderarse de todo el estado. En esta última entidad las batallas incluyen camiones “monstruos” con blindaje artesanal, artillería de guerra, drones con explosivos y hasta minas antipersonales.

 

ESTADOS UNIDOS

La Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas de 2024 (NDTA), revelada por la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América en mayo del año en curso, reconoce al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación como las principales organizaciones criminales de México y las más peligrosas. En el informe se destaca que controlan los sitios clandestinos de producción y transporte de drogas dentro de México y los corredores de contrabando hacia ese país, y mantienen grandes “centros” de red en ciudades estadounidenses a lo largo de la frontera suroeste y otros lugares clave.

Pero no se trata únicamente de eso, sino que estas organizaciones criminales transnacionales, que no sólo son fabricantes y traficantes de drogas, sino grupos involucrados en el tráfico de armas, lavado de dinero, tráfico de migrantes, tráfico sexual, soborno, extorsión y otra serie de delitos, tienen un alcance global que se extiende a zonas de transporte estratégicas y mercados de drogas rentables en Europa, África, Asia y Oceanía. En el caso de la Unión Americana se asegura que tanto el CDS como el CJNG se encuentran presentes en los 50 estados de esa nación, sin excepción, por lo que es importante su combate.

Con este señalamiento especial para estas organizaciones criminales, dada la peor crisis de drogas que se vive en Estados Unidos, sobre todo por la penetración del fentanilo, que habría causado más de 100 mil muertes el año próximo pasado, ya no fue necesario mencionar a los cárteles fronterizos que causan estragos en los estados de Texas, Nuevo México y Arizona, como son el Cártel del Golfo y sus facciones, los Zetas, el Cártel del Noreste, La Línea y el Cártel de Caborca, pues todas las baterías del gobierno norteamericano están centradas en Sinaloa y Jalisco.

Aunque no lo destaca la evaluación referida, expertos como Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA, estiman que mientras que el Cártel de Sinaloa se ha enfocado a los mercados ilegales de las grandes ciudades como Houston, Chicago, Los Ángeles, Phoenix, Nueva York y Washington, el Cártel Jalisco Nueva Generación optó por el control de la distribución de drogas en pequeños suburbios y zonas rurales, fuera del alcance de sus competidores, convirtiéndose en una gran amenaza a la seguridad nacional y a la salud pública de ese país.

Los cargos instruidos en al menos cuatro cortes federales de Estados Unidos en contra de Ismael Zambada García, El Mayo, dan idea de la movilidad de estos narcotraficantes mexicanos en territorio norteamericano, pues al exlíder del CDS le libraron órdenes de captura en cortes de California, Texas, Distrito de Columbia y Nueva York. A Joaquín El Chapo Guzmán lo condenaron en Nueva York a cadena perpetua y 30 años de prisión, pero tuvo acusaciones en el Distrito Oeste de Texas, Norte de Illinois, Sur de California, Este de NY y Arizona. En cambio, a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, le esperan en cortes de Illinois y Distrito de Columbia, entre otras.

 

EU DESCONFÍA

El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero de 2025, inició con la designación de los funcionarios que habrán de apoyar su administración en todos los rubros, principalmente en los problemas que aquejan su relación con México, que son la migración y la actividad impune de los cárteles del narcotráfico. Nombró a Tom Homan, ex director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, como el “Zar de la frontera”; a Marco Antonio Rubio García, actual senador por el estado de Florida, como titular de la Secretaría de Estado; y al congresista republicano por Florida, Michael Waltz, como consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Para el doctor en ciencias políticas especializado en la relación México-Estados Unidos, César Alarcón Gil, dados los antecedentes del anterior periodo de Trump como presidente de la Unión Americana, no va a ser novedoso lo que con toda probabilidad ocurra en la próxima administración estadounidense, pero sí se puede esperar un recrudecimiento de las posiciones retaliatorias de Estados Unidos, pues el nuevamente mandatario de la nación más poderosa del mundo ganó el voto por el Colegio Electoral, ganó el voto popular, ganó el Partido Republicano en el Senado y en el Congreso tienen mayoría, lo que no había ocurrido en muchos años.

El investigador señala que son dos los grandes temas que preocupan a los Estados Unidos en su relación con el mundo y “curiosamente los dos están atravesados por México. Ambos son cuestión de frontera. El primero relacionado con la migración ilegal; y el segundo, tiene que ver con el tráfico de drogas y específicamente con el tráfico de fentanilo. En ambos fenómenos la participación de los grupos delictivos mexicanos es amplia, ha sido considerablemente documentada por diferentes analistas; y bajo esa lógica, ¿qué podemos esperar del próximo gobierno? Una posición aún más radical. Una posición aún más impredecible en ciertos niveles y predecible en otros”.

“Viene un panorama complejo y que no tenemos a ciencia cierta un conocimiento, o por lo menos unos indicios que nos hablen de cuál sería la posición del gobierno mexicano, que en este momento se nota todavía muy en ciernes respecto a lo que específicamente tiene para ofrecer la actual Presidenta”, dijo César Alarcón. El académico egresado de la UNAM destacó que si México no actúa contra la delincuencia organizada el gobierno estadounidense no se va a cruzar de brazos. Y cita, como ejemplo, el tema de Ismael Zambada, del que no se ha compartido información desde una posición oficial norteamericana con autoridades mexicanas.

Alarcón Gil asegura que se trata de “una lógica un poco cantinflesca de decir ‘te lo dije, pero no te lo dije, pero está bien, si no quieres hacer nada yo de todas formas voy a operar’. Eso te ayuda mucho a entender ya la enorme desconfianza que existía por parte de las autoridades estadounidenses, y ojo, esta desconfianza ha sido histórica también. Entonces la desconfianza entre las autoridades de México y Estados Unidos se ha nutrido por factores estructurales y coyunturales. Estructuralmente hablando, saben que muchos de los perfiles de los funcionarios mexicanos que forman parte de las administraciones gubernamentales no necesariamente son los ideales o no necesariamente son de confianza. Son perfiles funcionales y son perfiles que a todas luces te permiten jugar un juego político en ciertos momentos de la agenda”.

El entrevistado establece que “el margen de tolerancia del gobierno estadounidense se fue reduciendo considerablemente hasta llegar al punto donde la parte final de la administración del presidente anterior el contacto era a lo sumo nulo. Hubo ‘N’ de evidencias de eso, no hay forma de negarlo argumental y testimonialmente; pero lo que sí podemos decir es que se perfila un nuevo tipo de relación en cuanto a la dinámica fronteriza en ambos lados de la misma, toda vez que los indicadores de violencia, los indicadores de migración, los indicadores de volúmenes de tráfico de sustancias ilegales se mantienen en niveles altos, lo cual evidentemente es una prioridad estratégica desde la definición política que se ha hecho por parte de las figuras de primer orden en los Estados Unidos”.

Por último, César Alarcón Gil indicó que le parece curiosa la relación del expresidente López Obrador con los Estados Unidos, al ser el mandatario que más personas ha extraditado a ese país en la historia, siendo que cuando no estaba en el poder criticaba a los expresidentes que iniciaron nuevas políticas sobre el tema. Ahora resulta ser más importante saber qué es lo que hace la Unión Americana con la extradición de nacionales mexicanos, pues obtiene información para armar expedientes judiciales que no se activan todos al mismo tiempo, sino de acuerdo a las necesidades de la propia administración estadounidense. Muchos de esos extraditados ya están fuera de prisión. “Personajes como Osiel Cárdenas Guillén… ya el día de hoy, está libre. Ahora, ¿qué ha pasado con esa información? No sabemos. Fue un proceso sellado desde el principio. Negociaron bien”, remató el experto.

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Autor(a)

Luis Carlos Sáinz
Luis Carlos Sáinz
Reportero desde 1989 en W Radio, Promomedios Radio, TV Azteca, Canal Ocho, Grupo ACIR, Ocho Columnas, Associated Press y ZETA; Consejero Editorial en Mural 2010-2011. Autor del libro Rejas Rotas.
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