Los estudios sobre la relación entre el género y el medio ambiente han ido teniendo cada vez más profundidad y alcance, analizan la manera en que las mujeres interactuamos con los recursos naturales y los cambios ambientales. Para el bien de nuestro planeta resulta prioritario alcanzar un equilibrio sostenible entre las necesidades humanas y los recursos del planeta evitando la explotación irracional de la Tierra y respetando sus límites naturales y capacidad de regeneración.
El derecho al medio ambiente es un derecho humano que fue instituido a nivel nacional en el artículo 4 de la Constitución en 1999, estableciendo que toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar. Proteger el medio ambiente y cuidar nuestros recursos naturales es una responsabilidad compartida. A nivel mundial, más de 150 Estados reconocen el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible en sus constituciones, leyes y políticas. Para cumplir con este derecho, es necesario garantizar un clima estable, conservar la biodiversidad y los ecosistemas, mantener un entorno no tóxico y asegurar la participación y el acceso a la información y justicia ambiental.
Históricamente, las mujeres hemos sido administradoras invisibles del medio ambiente, actuando como sostenedoras y educadoras ambientales. Desde tiempos ancestrales hemos mantenido una relación especial con la naturaleza, contribuyendo enormemente al bienestar y desarrollo sostenible de nuestras comunidades, así como al mantenimiento de los ecosistemas, la diversidad biológica y los recursos naturales del planeta. Empoderarnos puede reducir el daño ambiental, especialmente cuando estamos en posiciones de liderazgo para la gestión y conservación de los recursos naturales.
Proteger nuestro derecho a defender derechos ambientales es obligación de los países y es de suma importancia. Los Estados con mayores niveles de desigualdad de género tienden a tener un menor bienestar ambiental.
De acuerdo con María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, en el marco de la COP 16, existe una preocupante falta de datos sobre medio ambiente y el impacto en mujeres adultas, niñas y mujeres por lo que hace un llamado a interconectar las agendas de cuidado con la protección del medio.
Las mujeres desarrollamos funciones en la ordenación de la fauna y la flora, en la recolección de agua y en la vigilancia de las tierras; al hacerlo aportamos nuestra vasta experiencia, lo que nos convierte en una fuente invaluable de conocimientos y pericia en la gestión del medio ambiente y las medidas ambientales apropiadas.
La igualdad de género es crucial para el desarrollo social. No puede haber progreso si se ignoran el equilibrio de oportunidades y el trato justo entre mujeres y hombres. La gran tarea es eliminar desigualdades, controlar el deterioro ambiental y promover el uso sostenible de recursos. Eliminar los estereotipos y prejuicios sobre la inferioridad o superioridad de género es esencial, especialmente en los contextos de atención ambiental. Estos estereotipos incrementan la carga de trabajo doméstico no remunerado y la amenaza de violencia de género contra nosotras, creando barreras para nuestra participación en la acción climática y ambiental.
Nosotras, en los países en desarrollo, solemos ser las primeras en gestionar los recursos ambientales que nos rodean y también las primeras en sentir los efectos del cambio climático, al tener que recorrer distancias cada vez mayores para encontrar lo necesario para alimentar a nuestras familias. Desde las perspectivas teóricas, la relación entre género y medio ambiente se puede abordar a través de corrientes como el ecofeminismo, pero lo relevante es entender que somos agentes cruciales de cambio y desempeñamos un papel de liderazgo en la lucha contra amenazas ambientales como el cambio climático, la pérdida de especies y la contaminación.
Para avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible las mujeres somos parte fundamental, en especial en lo que hace al cuidado de los recursos naturales.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com