Recién cumplió 80 años esta benemérita institución, delegación Tijuana, dando sus servicios a quien lo necesite. Llega el boteo y se ven por doquier; hasta en las escuelas pasan los sobres, vacíos, a cada educando, y allí sí hay manos caritativas. En el trámite de control vehicular también nos sacan… Pero hoy en día, ir por necesidad a la Cruz Roja Mexicana, que cumplió 114 años en México, es ya muy caro.
Ya no es como antes, que si no tenías capital, no pagabas; o hacías una módica cuota y salías de alta. Se encareció ese eslogan de servicio humanista y gratuito; ya no es eso. La cruda realidad es que si estás ahí unas siete u ocho horas, ya viene saliendo mínimo mil 100 pesos; y si va uno de emergencia, a una tomografía de abdomen o cráneo, sale en tres mil 100 pesos.
Se acabaron los samaritanos, la humildad; el dolor ajeno ya no es lo que era, ahora es el dinero. Monto que no pagas, no sales. Ya nada es gratis.
Tanta publicidad que le dan a dicha Cruz Roja, ya sobrada benemérita, que dejó de ser para los pobres, pues cobran como Hospital Ángeles, Del Prado, etc. Y eso se ve mal.
Se esfumó lo que fue el servicio. Haz el bien sin mirar a quién. Sé que los servicios médicos emergentes son caros en nosocomios privados, más no en el instituto con nombre Alfonso Gamboa; tanto que brindó servicios en Calle 11, Zona Centro (yo acudí; y para unas cortadas en extremidades superiores o inferiores el cobro era módico. ¡No se mandaban como hoy!).
Repito, la Cruz Roja Mexicana ya no es para los pobres. Ricos o pobres la necesitan, sí, pero hoy deberían tener un tabulador de precios, cirugías, puntadas, traumas, baja de presión, migraña, etc., a la vista de todos. ¡Sorpresa de la vida cuando te dicen “tanto”! Y sorpresas del vivir, que demoró mucho el equipo de paramédicos en dar la primera revisión y resumen de un paciente que solicita tales servicios “humanísticos” (que hoy no lo son).
La Cruz Roja de Tijuana ya se hizo de caché. Tener cuenta en banco o traer en la cartera mínimo cinco mil pesos.
Fundada en 1910, tiene 114 años de vida, dando vida y rescatando vidas en México; bien por tal grupo escarlata de una raya horizontal y otra vertical, que cruzadas dan la Cruz Roja Mexicana. Pero ya no es más cuota de pago voluntario, o que si no tienes, no hay problemas. Los precios accesibles se fueron. Llegaron los “mega precios”: Es como las funerarias: lucran con el dolor de los deudos y la necesidad de regresar la paz y tranquilidad a los afligidos en momentos que todos pasaremos (y que muchos ya conocemos).
Así con la Cruz Roja tijuanense. Se encareció junto con la vida, la crisis, la inflación, cuando no debía ser así. Lo que le dicte su bolsillo, cartera, etc., hoy ya no. Sigue la aflicción, con los y pagos por servicios por las nubes. Sale el paciente diciendo “Cruz, cruz, que ya no la vuelva a necesitar, por Dios…”.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.
