El San Diego Zoo es parte de la historia de esta región fronteriza. Desde que abrió sus puertas en 1916 ha sido el parque zoológico más visitado de los Estados Unidos y las razones están ahí a la vista, cuando se recorre este vasto espacio de 100 acres ubicado en el corazón del parque Balboa, un ícono de la vecina ciudad.
Y ahora es el mejor momento para explorar este destino dado a su horario extendido de verano cuando vuelve el famoso Nighttime Zoo, que permite disfrutar todas las exhibiciones, explorar África, el sur de Asia, por supuesto conocer a los dos pandas gigantes Yun Chuan y Xin Bao que el jueves 8 de agosto hicieron su debut en el Panda Ridge, gracias a un intercambio con la China Wildlife Conservation Association y la San Diego Zoo Wildlife Alliance, una organización internacional sin fines de lucro que se dedica a la preservación de las especies amenazadas en el mundo.
En el San Diego Zoo el mensaje es claro: con las entradas, los refrescos, un bocadillo, un souvenir, o una botella de agua los fondos recabados se canalizan a este trabajo colosal que queda explicado a detalle en la información que aparece en cada una de las áreas de exhibición. Ahí se aprende cómo es la alimentación, el hábitat, las características principales y las amenazas latentes de más de 680 especies que residen en este parque.
Camellos, pingüinos, osos polares, orangutanes, cebras, hipopótamos, cocodrilos, gorilas, aves exóticas como el cóndor, leopardos, guepardos, okapis y leones son apenas una pequeña muestra de lo que aquí se conoce y se disfruta, con especial énfasis en el Denny Sanford Wildlife Explorers Basecamp, un espacio de 3.2 acres en la zona del Children’s Zoo que a través de la innovación ofrece ocho estructuras y hábitats que representen la selva tropical, el bosque, prados pantanosos, y las dunas del desierto. En estos ambientes se encuentran insectos impresionantes como las hormigas cortadoras de hojas y las arañas del orbe, además de los simpáticos perritos llaneros también conocidos como de la pradera.
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Sin duda uno de los espacios más fascinantes en este zoológico sandieguino es Elephan Odyssey, donde el elefante africano reina con su imponente figura. Ahora, la labor se concentra en formar manadas de elefantes para estudiar su comportamiento y, cumpliendo el objetivo de la SDZWA y sus múltiples socios en los 5 continentes, recabar información que conduzca a la preservación de este mamífero monumental que enfrenta los desafíos del cambio climático, el sacrificio de su hábitat y la caza furtiva. Vaya oportunidad de foto que hay en esta amplísima exhibición.
“Una consideración cuidadosa de las maneras en las cuales las relaciones sociales moldean cómo la vida silvestre usa los entornos naturales es una herramienta importante para la conservación”, explicó Shifra Goldenberg, Ph.D. en ciencia que trabaja con la SDZWA.
Este concepto está presente en cada rincón del San Diego Zoo, desde el recorrido general que se ofrece en autobús, incluido con el boleto de admisión, que siempre es un estupendo punto de partida para darse una idea de las rutas que habrán de tomarse para entrar en contacto con las especies.
Ver a un orangután bebé jugar con una caja de cartón, o a dos gorilas gesticulando su poderío, roban no minutos sino horas de un día inolvidable que puede comenzar desde las 9 de la mañana y concluir a las 9 de la noche en este horario especial que estará disponible hasta el próximo 2 de septiembre. Entretenimiento variado con música y danza, encuentros con los embajadores de diversas especies que aportan una información ampliada al público en distintos puntos del parque, una vez más, tener de cerca a dos pandas gigantes, y no sólo escuchar, sino sentir el rugido de los felinos que retumba contra el suelo de sus hábitats al caer la tarde dejan en claro por qué el San Diego Zoo es mundialmente famoso.
