Los clientes de una tienda de conveniencia llamaron al número de emergencia 911 para reportar a un comando armado que ingresó al establecimiento, en la pequeña comunidad de Vicente Guerrero en San Quintín. El parte policial era muy claro y los testigos vieron a varios individuos con una actitud sospechosa comprando cervezas y botanas, para después abordar una camioneta Pickup RAM, una Ford color blanco, y una tercera camioneta Ford Expedition color gris. En cuestión de segundos llegaron elementos de Seguridad Pública y de la Fiscalía General del Estado, quienes hicieron el procedimiento para intervenir al comando, pero fueron agredidos de manera verbal; los reportados como sospechosos se negaron a identificarse, sólo gritaban que eran de Mexicali y amenazaban con hablar con los “superiores”. El asunto creció hasta generar un altercado entre quienes resultaron ser oficiales la Unidad de Secuestros de la misma fiscalía. La penosa trifulca de corporaciones sucedió a la vista de muchos, y sólo se tranquilizó el ambiente cuando dos de ellos se reconocieron e identificaron. Se trató de policías confundiendo a policías con malandros… en ambos lados.
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