“No sólo debemos desenmascarar a los imperialistas norteamericanos, sino también combatirlos, porque si no los combatimos, las denuncias por sí solas no les hacen demasiado efecto”.
-Enver Hoxha. Reflexiones Sobre China. Tomo 2. (1 de octubre de 1975).
Han trascurrido más de seis meses del incesante bombardeo a Gaza. Centenares de misiles (tal vez miles) han destruido casas, vecindarios, escuelas, hospitales, mercados, etcétera.
Gaza, un territorio de 360 kilómetros cuadrados con alrededor de dos millones de habitantes no se ha rendido ante los nazifascistas israelíes. Admirable y ejemplar ha sido la lucha revolucionaria de la resistencia palestina.
Alrededor de 35 mil palestinos han sido asesinados por la hitleriana máquina de guerra israelí. La más poderosa del mundo árabe, y la que cuenta con la bomba atómica. Sin embargo, el proletariado internacional, durante estos seis meses, ha permanecido quieto, sin mover un sólo dedo para tratar de detener la horrorosa masacre que los retoños de Adolfo Hitler están perpetrando.
Y uno se pregunta ¿dónde está esa gente que presume ser comunista, marxista-leninista? ¿Dónde se han metido esos antiimperialistas? ¿Dónde quedó la bandera internacionalista: “¡proletarios de todos los países uníos!”? ¿O acaso los palestinos que habitan la franja de Gaza no son gente pobre, proletaria? ¿No son hermanos de clase los proletarios palestinos y mexicanos?
Todo aquel que calla ante esta infernal matanza es cómplice. Y eso es lo que son los “comunistas” de México y de otros países. Cómplices de los asesinos yankee-israelitas. ¿Qué fraternidad es esa de publicar un escrito (y para acabarla en internet) “lamentando” las atrocidades perpetradas por los judíos?
Este exterminio del pueblo palestino debe oprimir el corazón de toda persona verdaderamente humana.
La razón fundamental de que el proletariado mexicano no se haya levantado airado contra las bestias israelíes y sus amos norteamericanos se debe a que en nuestro país no existe un verdadero partido revolucionario marxista-leninista-stalinista. Un partido obrero combativo y audaz.
Vaya, ni tan siquiera existe, desgraciadamente, en nuestra patria un grupo revolucionario. Enérgico y valeroso. Que empuñe con bríos la bandera roja proletaria. Lo que en realidad existe en nuestra patria son sectas pequeñoburguesas que se disfrazan de comunistas. Revisionistas y socialdemócratas que idolatran al sátrapa morenista López Obrador.
La política de los “comunistas” de marras es idéntica a la que llevan a cabo los regímenes del “socialismo del siglo XXI”, derramar lágrimas de cocodrilo, pero sin atreverse a condenar con rudeza al sanguinario régimen de Israel. Sin romper, de forma tonante, relaciones diplomáticas con las fieras judías. Hipócritas manifestaciones con el fin de engañar a sus respectivos pueblos que condenan la masacre.
Casi todos los susodichos gobiernos burgueses de “izquierda” hablan de “neutralidad”. Pero, ¿qué neutralidad es esa? Dejar que los chacales de Tel Aviv asesinen a mansalva a miles de palestinos no es ninguna neutralidad. Es encubrimiento. Parapetarse tras vacuos códigos y leyes de organismos internacionales dominados por Estados Unidos (como la ONU y la Liga Árabe) es sólo para ocultar su complicidad bajo el raído manto de la “neutralidad”.
El “humanista”, “amoroso” y demagogo diplomado, López Obrador, es un maldito alcahuete. Un criminal al servicio del imperialismo norteamericano. Por eso no arremete contra los gorilas judíos. Tiene miedo de provocar la rabia de Washington. La soberanía e independencia que él esgrime es mera cháchara para cautivar incautos. Su flácido y esporádico “antiimperialismo” es solo verborrea de reaccionario charlatán.
Para nosotros, los más grandes y peores terroristas del mundo son los orangutanes norteamericanos. La bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki es prueba tangible de su bestialidad.
El valeroso pueblo palestino vencerá. Porque pueblo que lucha con tanta fe, que no se doblega ante enemigos tan carniceros y poderosos es pueblo que triunfa. Vietnam es vivo testimonio de esta aseveración.
Para todo comunista mexicano honrado debe estar muy claro que no hay mejor solidaridad entre los pueblos pobres agredidos por las fieras de Wall Street que el arremeter con fuego contra el criminal pulpo imperialista. Uno de cuyos numerosos tentáculos explota y oprime al proletariado mexicano.
Trabajar con abnegación por fomentar y desarrollar acciones revolucionarias y crear una verdadera situación de lucha revolucionaria en primer lugar en su propio país debe ser la principal tarea de todo verdadero comunista. Hacer la revolución socialista en su propio país es la mejor solidaridad entre los pueblos sojuzgados por Washington. Sin olvidar nunca ni un instante nuestro deber internacionalista de apoyar la causa revolucionaria de todos los pueblos que luchan contra sus opresores.
Nosotros siempre hemos apoyado al pueblo palestino y lo seguiremos apoyando. Hasta la victoria. Hasta que los chacales judíos se retiren a su madriguera y suelten a su ensangrentada presa.
Los enemigos del pueblo palestino son también nuestros enemigos. Porque Israel no es más que un rabioso mastín del imperialismo norteamericano. El enemigo número uno del proletariado internacional. Contra la violencia reaccionaria de la burguesía y del imperialismo, la violencia revolucionaria del proletariado y de todo el pueblo pobre. Palestina vencerá.
Atentamente,
Javier Antuna.
Correo: triunfocomunista@gmail.com