Mientras corría hacia el muro fronterizo escuché voces que me gritaban, yo no hablo español, no tenía idea de lo que me decían, por lo que seguí corriendo, corrí más cuando escuché que disparaban, hasta que sentí que una de las balas me golpeó en el pie izquierdo, otra más a la altura de la cintura. Por los impactos caí hacia un tipo barranco, ya no podía levantarme, entonces vi en medio de la oscuridad a cinco hombres, me rodearon y apuntaban con sus armas largas, supe que sería mi muerte…”.
Es el angustiante testimonio de Hao Zeng, de 29 años, proveniente de China Occidental. Llegó hasta Tecate, Baja California luego de cruzar un sinfín de países en su intento de llegar a Estados Unidos, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y salir de la represión que viven los habitantes de su país, el hambre y la falta de oportunidades.
Sin una visa o pasaporte para viajar a México o a Estados Unidos directamente, viajó en avión hasta Ecuador, embarcándose en una travesía de tres meses a través de Colombia, Panamá, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. De ese último país cruzó hacia México en una barca por el río. En Oaxaca abordó un avión comercial hasta La Paz, Baja California Sur, y de ahí en autobús hasta Tijuana, donde se alojó en un hotel en la Zona Centro hasta que, por redes sociales y conversaciones con desconocidos, contactó a presuntos polleros. Le solicitaron 5 mil dólares para mostrarle “el mejor camino”.
Días después lo subieron a un taxi y lo llevaron hasta la caseta de cuota Tecate–Tijuana, ahí le señalaron que debía subir una montaña y correr hacia el muro. En minutos, le dijeron, estaría en suelo americano y podría llegar a un poblado cercano, incluso ser localizado por “la migra”, agregando que no correría peligro alguno.
Minutos después, Hao Zeng estaba en el suelo con dos balas alojadas en su cuerpo.
Los atacantes que le interceptaron son identificados como parte de la célula criminal del Cártel de Sinaloa que opera en la zona fronteriza disputada por los cárteles Arellano Félix (CAF) y Jalisco Nueva Generación (CJNG), en busca de apoderarse del acceso a Estados Unidos a través de la montaña ubicada a un costado de la caseta entre los municipios de Tijuana y Tecate, donde en el último año han sido localizadas más de una decena de personas sin vida, todos presuntos migrantes.
El último hallazgo, en septiembre de 2023: cuatro hombres sin vida de diferentes nacionalidades, baleados, justo a metros de donde Zeng fue atacado.
Los atacantes de Zeng portaban armas calibres AK-47 y R15, chalecos tácticos y radios, todos en edades de entre los 18 y 23 años. En su opinión, posiblemente no lo asesinaron porque no les entendía y les parecía divertido el que a todo respondiera “Hola”, “Adiós” o “Buenos días”, así como palabras cortas que aprendió mientras transitaba por Latinoamérica. Los hombres Portaban radios a través de los cuales se comunicaban con más grupos distribuidos en la zona por medio de claves numéricas, desde donde vigilaban que quienes intentaban cruzar tuvieran la anuencia y el pago acordado con el jefe del grupo al mando. De no identificarlos, les interceptaban, golpeándolos e incluso asesinándolos.
El cuarto día, el guardia que acompañaba a Zeng durmió, entonces, por varios minutos se arrastró hasta llegar a la autopista, donde fue auxiliado por personas que pararon su vehículo y llamaron al número de emergencias, siendo trasladado a un hospital y posteriormente puesto en custodia.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional para los Migraciones (OIM), dependiente de las Naciones Unidas, por lo menos cada 24 horas se registra la muerte o desaparición de un migrante en la frontera entre Baja California México y Estados Unidos.
La cantidad de migrantes asesinados al año supera los 400, mientras que una cifra igual desaparece sin dejar rastro alguno.
Como Zeng, migrantes provenientes de otros países se internan en México e intentan cruzar por su propio pie hacia Estados Unidos por rutas alternas como la localizada entre Jacume y Jacumba, la primera en suelo mexicano y parte del municipio de Tecate, y la segunda en suelo americano. Tal es el caso de Jathuna, de 47 años, quien viajó desde Georgia, un país en el Mar Negro, entre los límites de Europa Oriental y Asia, que no habla inglés ni español, sólo su lengua nativa. Llegó en avión hasta Tijuana, donde una de sus amigas le dijo haber encontrado la manera de ingresar a EU mediante el pago de 15 mil dólares.
Jathuna vendió lo que tenía y pagó un pasaje hasta esta frontera. Se hospedó en un hotel con su compañera y en tres días fueron contactadas por un grupo de hombres que las trasladó a Jacume. Con ellas viajaban al menos 15 personas más, entre hombres, mujeres y niños. Un día antes del cruce, Jathuna se lastimó la rodilla y quedó imposibilitada, entonces la sentaron en una silla de ruedas, la internaron en la frontera a bordo de un vehículo junto a los demás y fue abandonada por el grupo al no poder cruzar por sí misma el muro para adentrarse hasta un rancho propiedad de un hombre identificado como Jerry. Dos días permaneció en ese lugar hasta ser localizada por Grupo BETA de Tecate, a finales de enero de 2023. En su intento por el sueño americano, la mujer perdió sus propiedades en Georgia, así como dinero y, sobre todo, vio mermada su salud.
LAS RUTAS
Una investigación de ZETA permitió conocer que los costos para cruzar de México hacia Estados Unidos por medio de traficantes de personas que laboran en la frontera (conocidos como polleros) y que pertenecen a una fracción del Cártel de Sinaloa, rondan entre los 12 mil y 20 mil dólares, dependiendo del lugar del cruce.
A escasos 20 metros de las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) ubicadas en la colonia el Descanso en Tecate, y a 10 metros del Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4), se encuentra un taller de autos donde migrantes son resguardados previo a su cruce ilegal hacia la Unión Americana. Hasta hace tres meses era operado por Marco, identificado por integrantes de las Mesas de Seguridad en el Estado como El Enano, parte de la estructura del Cártel de Sinaloa, de la mano de José Guadalupe Zavala el Pinocho, detenido el 3 de noviembre de 2020 -mientras era trasladado a bordo de una patrulla de la Policía Municipal tripulada por el agente Josué Valladolid- por los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio.
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Tanto El Enano como El Pinocho fueron atacados con armas de grueso calibre a las 18:45 horas del 4 de febrero en las inmediaciones de la colonia El Descanso, a cuatro calles de donde se ubica el taller. Allí quedó sin vida El Enano, quien cruzaba a los migrantes en cajuelas de vehículos por el muro fronterizo a la altura de Avenida México o el cerro de un costado, o en la colonia Primero de Mayo, por cifras entre 12 mil y 19 mil dólares; El Pinocho quedó herido.
Un mes después, el 21 de marzo, el agente Valladolid fue ejecutado a unas cuadras del taller en la colonia El Descanso, al exterior de una tienda comercial. Los atacantes dispararon directamente a la cabeza. Los sicarios fueron identificados como parte de la estructura del CAF. Esta célula hacía saltar a los migrantes el muro fronterizo, y desde ahí eran guiados por sujetos que, en otro punto, con binoculares y radios, les señalaban el camino hasta ser interceptados por un vehículo a metros de la carretera, subirlos y trasladarlos hasta el lugar acordado.
En el último año, integrantes del CAF han ejecutado a por lo menos cuatro hombres identificados como polleros y parte de la organización de Sinaloa en Tecate.
AUTOPISTA TECATE-TIJUANA
El primer grupo de traficantes de personas opera desde Tijuana, controlan el cruce sobre la Autopista Tijuana-Tecate y contactan a los interesados desde diversos números telefónicos. Se les dan instrucciones para ser levantados en una de las principales vialidades de esa ciudad en vagonetas e incluso camiones diseñados como transporte público, en los cuales los trasladan hasta a tres domicilios diferentes durante los días que permanecen cautivos. A cada uno de los aspirantes a cruzar hacia EU se les toma una fotografía que es enviada vía WhatsApp a un celular en poder de quien resguarda la zona fronteriza; por la noche son trasladados en camionetas hasta la autopista y, previo a iniciar el camino, uno de los sujetos verifica que todos se encuentran en la base de archivo recibida minutos antes. Después, de la mano de un guía caminan por varios días entre montañas y cerros hasta llegar a un punto donde otros vehículos los esperan en territorio americano.
JACUME-JACUMBA
Desde que un vehículo baja la carretera Tecate-Mexicali hacia el poblado de Jacume, un vigilante de los conocidos como halcones avisa por frecuencia de radio, proporciona las características y queda en vigilancia hasta que se internan en el poblado. Si no es identificado como parte de los pobladores, se le aborda y se le solicita identificarse.
La zona es vigilada por el grupo del Cártel de Sinaloa que controla los principales accesos.
Al entrar al poblado, un restaurante operado por una mujer de cabello rubio es fachada de identificación de personas y filtro de información para los migrantes, “para acceder con permiso a las rutas que llevan hasta el muro hay que hablar con la señora para que conecte y conceda permiso”, dijo un informante. Si se interna un vehículo sin permiso, es abordado por camionetas que recorren día y noche el único camino de acceso.
El costo por llevar en vehículo a los migrantes y dejarlos frente al muro para que ellos mismos crucen a pie y se internen en uno de los ranchos de Jacumba es de 15 mil dólares, quienes no pueden pagarlos son trasladados hasta otras rutas donde acceden a EU portando cargas de droga en mochilas que tendrán que entregar a un grupo del otro lado. Un alto número de estos migrantes son ejecutados por miedo a que señalen dónde se ubica la ruta recorrida.
El 29 de septiembre de 2023, autoridades registraron uno de los ataques más violentos por parte de grupos criminales hacia migrantes en el área de la zona fronteriza de Tecate, en el Cerro del Cuchumá, donde dos hombres resultaron muertos, dos mujeres y un hombre heridos, además de once personas rescatadas a salvo.
Datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración refieren que los migrantes lograron salir del Cerro del Cuchumá y pedir auxilio mientras huían de las balas de los atacantes. Los rescatados fueron trasladados hasta las instalaciones de la comandancia municipal, donde contaron lo ocurrido y señalaron los posibles lugares donde habrían quedado integrantes del grupo sin vida. Debido a lo agreste de la zona, los dos cuerpos fueron rescatados de manera coordinada por autoridades mexicanas y estadounidenses.
Cifras de asociaciones civiles y grupos de búsqueda o en defensa y protección a migrantes estiman que en el último año, la frontera de Baja California y Estados Unidos ha contabilizado por lo menos 160 cuerpos de personas, aunado a aquellos que en su intento por cruzar a EU y por diversas situaciones como clima, deshidratación, pérdida de ubicación geográfica o asesinato, permanecen en calidad de desaparecidos.