Yorgos Lanthimos es un director que no trabaja con personajes fáciles de comprender. Esto queda claro con “La favorita”. Pero esta película es otra cosa.
En el extremo de las rarezas se cuenta la historia de Bella Baxter (Emma Stone), una mujer que cobra vida gracias a un científico fuera de serie llamado Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe). Algo parecido a una Frankenstein.
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Baxter es un hombre grotesco, marcado por tremendas cicatrices en su rostro que le causó su padre mientras experimentaba con el niño en busca de conocimiento.
Bella también quiere aprenderlo todo, pues cuando la conocemos no sabe nada. Entonces, deja la mansión de su creador y se deja acompañar por Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un abogado que no es el más indicado para guiar a la joven que recorre Londres, Lisboa, Alejandría y París.
El resultado es una divertida aventura, muy peculiar, sin una época específica, porque lo que importa es ver de qué manera un personaje que no sabe cómo comportarse en sociedad hace todo lo que se le ocurre, dice lo que piensa, no se reprime, vaya. Ahora sí que el espíritu de esta mujer es tan infinito como el horizonte, impredecible como la vida misma, y Stone hace maravillas con este rol que la hace crecer como actriz tanto por el enorme desafío físico que le exige, como por la emotividad que finalmente esta historia de búsqueda evoca.
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Hacia el final pareciera que el director pierde el rumbo del desenlace y por eso hay una sensación de debilidad, pero bueno, Stone, Ruffalo y Dafoe todo lo pueden y aquí lo demuestran. *** y media.
Punto final. – Emma Stone va directo al Óscar. Casi es suyo.
