La poesía sana mi alma
y me hace renacer;
mientras escribo versos
borra agua de la fuente
y corre libre entre las piedras
hasta llegar al mar.
Con el agua van mis tristezas
y el dolor que aniquila el alma,
mis penas, mis sinsabores;
por eso estoy segura
que la poesía sana mi alma
desde que escribo el primer verso.
Al ir a dormir escribo poesía
y despierto con más poesía;
salgo de casa y veo poesía,
y es que los versos vuelan
entre los árboles y las flores
cuando llega la primavera.
La poesía está en mi vida
desde que es muy pequeña,
y siempre ha sanado mi alma
con versos libres como el viento
que alborota mi cabello.
Por eso escribo poesía;
porque la poesía, libre
o con rima y métrica,
sana mi alma de poeta
que nació escribiendo piedra.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California