Diversos narcotraficantes del Cártel de Sinaloa ya se encontraban en la lista negra de Estados Unidos por importar y distribuir fentanilo a ese país, entre ellos los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, apodados Los Chapitos; sin embargo, el hombre señalado como principal líder de esa organización criminal, Ismael “Mayo” Zambada García, apenas fue acusado formalmente ante la Corte Federal del Distrito Este neoyorquina, en Brooklyn, de conspirar para fabricar y distribuir una sustancia que contiene propanamida o fentanilo, “con la intención y conocimiento de que dichas sustancias serían importadas ilegalmente a los Estados Unidos”.
Se trata de la quinta acusación formal, esta última apenas presentada el 15 de febrero por la Fiscalía Federal del Distrito Este de Nueva York. Los cargos para el cofundador del cártel sinaloense son por tráfico de fentanilo, asociación delictuosa, conspiración para asesinar y traficar cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, además de usar armas de fuego para fomentar el narcotráfico y conspirar para lavar ganancias de narcóticos. Pese a esta nueva imputación, autoridades norteamericanas y mexicanas no han localizado ni detenido al objetivo, por quien los estadounidenses ofrecen una recompensa de 15 millones de dólares por información que lleve a la captura de Zambada.
El también apodado El Doctor, La Doctora, La Doc, El Lic, Mike y/o El Señor, nació hace 76 años en El Álamo, en la sindicatura de Costa Rica en Culiacán, Sinaloa, relacionándose con el mundo de las drogas en la década de los setenta a través de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quien era el asesor jurídico de su cuñado Juan José Parra el Diablo, también narcotraficante, que se casó con Ana María Zambada García, hermana de Ismael, según informes del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI).
Ismael Zambada, como “Chapo” Guzmán, militaba en la década de los ochenta en la organización delictiva del Cártel de Guadalajara bajo las órdenes de Miguel Félix Gallardo, quien instruyó al Mayo para que encabezara un grupo criminal con sede en Culiacán e influencia en toda la costa del Pacífico, dedicado a cometer delitos contra la salud, estableciendo relaciones de tráfico de drogas con el colombiano Cártel de Medellín. Tras la detención de Félix en 1989 y al fragmentarse el cártel, Zambada se alió con otros narcotraficantes para acrecentar sus actividades.
En México, Zambada García cuenta con diversas órdenes de aprehensión. La primera de ellas, de fecha 18 de enero de 1998 derivado del llamado Maxiproceso por el que fue enjuiciado el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, que protegía al Cártel de Juárez. El Mayo trabajaba bajo la coordinación de Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos. A inicios de 2003, el Gobierno de Estados Unidos solicitó a México su detención provisional con fines de extradición. La DEA ofreció, entonces, una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que permita capturarlo.
Otra orden de aprehensión en contra del líder del Cártel de Sinaloa data de2009 por el trasiego de cocaína procedente de Colombia y Panamá, vía marítima, utilizando los puertos mexicanos de Chiapas, Manzanillo, Mazatlán y Los Cabos, a bordo de barcos adquiridos en Estados Unidos, mismos que intercambiaban por navíos sudamericanos a los que pintaban la matrícula y nombre de los nacionales. Mazatlán y Altamira eran los trampolines para continuar el camino de la droga vía terrestre o aérea. Muchos narcotraficantes han sido detenidos, incluso lugartenientes de Zambada, pero El Mayo sigue impune.
ANTECEDENTES
La nueva acusación formulada ante la Corte del Distrito Este de Nueva York es reemplazante de las anteriores, también sustitutivas, que aglutinan acciones criminales Ismael Zambada García desde 1989 y hasta enero de 2024, incorporándose la fabricación, importación y distribución de fentanilo a Estados Unidos. El juez que conoce del asunto es el mismo que enjuició a Joaquín Guzmán Loera: Brian M. Cogan. Con esta quinta acusación se extienden las fechas de finalización de la empresa criminal continua y varias conspiraciones atribuidas al narcotraficante mexicano.
En la narrativa estadounidense se afirma: “Desde finales de los años ochenta, existió la Federación Mexicana (la ‘Federación’) como un sindicato del crimen organizado fundado en relaciones de larga data entre los principales capos del narcotráfico. La Federación funcionó como un consejo con representantes de las respectivas organizaciones narcotraficantes de sus principales dirigentes, incluido el acusado. Presuntamente, a finales de los ochenta y en la década de los noventa, los miembros de la Federación fueron contratados por fuentes colombianas de suministro para transportar drogas a través de México y hacia Estados Unidos”.
A principios del nuevo milenio, El Mayo Zambada y Chapo Guzmán “formaron una sociedad que llevó a la transformación de la Federación en el Cártel de Sinaloa, que se convirtió en la organización de narcotráfico más grande del mundo. El Cártel de Sinaloa tenía una estructura que incluía miles de miembros, entre los que se contaba a: los líderes, quienes tomaban las decisiones finales respecto de sus actividades criminales, la corrupción y las formas de proteger sus negocios; el personal de seguridad, que les protegía y participaba en actos violentos para promover sus objetivos; y los jefes de plaza, que controlaban ciertos territorios y eran responsables del transporte de drogas a esos sitios.
La estructura criminal de Zambada García, también se apoyó en transportistas, como tripulaciones de barcos y submarinos, pilotos y camioneros, que transportaban drogas desde Colombia a través de México y hacia Estados Unidos; lavadores de dinero, que canalizaban las ganancias de la droga desde la Unión Americana hacia suelo mexicano. La acusación destaca que “Si bien en ocasiones ha habido divisiones y luchas internas entre los líderes del Cártel de Sinaloa, generalmente coordinaron sus actividades criminales, compartieron y controlaron las rutas de tráfico de México, resolvieron conflictos por el territorio, minimizaron la violencia entre organizaciones”. A final de cuentas recibían o no protección oficial.
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El gobierno estadounidense explicó que el Cártel de Sinaloa operaba mediante acuerdos cooperativos y estrechos con fuentes de suministro de cocaína de América del Sur. Ismael Zambada y otros líderes del clan dirigieron una red de transporte de narcóticos a gran escala que involucraba el uso de activos de transporte terrestre, aéreo y marítimo, enviando cantidades de varias toneladas de cocaína desde Sudamérica, a través de Centroamérica y México, y finalmente a EU. Además, fabricaron e importaron múltiples cantidades de heroína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos, donde se consumían.
De acuerdo con la acusación, las ventas de drogas del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos generaron miles de millones de dólares en ganancias. Las ganancias de la droga luego se lavaban de regreso a México; a menudo el dinero de la droga era transportado físicamente desde el vecino país del Norte a México en vehículos que contenían compartimentos ocultos y a través de otros medios clandestinos. En el caso de Zambada y otros líderes del cártel, “emplearon sicarios, que llevaron a cabo cientos de actos de violencia, incluidos asesinatos, asaltos, secuestros, asesinatos y actos de tortura bajo la dirección del acusado”, señala la imputación.
El nuevo aderezo de la quinta acusación lo es, desde luego, la fabricación y distribución de fentanilo, una droga mortal que era en gran medida desconocida cuando se fundó el Cártel de Sinaloa hace más de tres décadas y que hoy “es responsable de un daño inconmensurable”, destaca la Fiscalía federal. La cantidad de fentanilo involucrada en la conspiración atribuible al acusado, “como resultado de su propia conducta, y la conducta de otros razonablemente previsibles para él, era de al menos 400 gramos o más, pero durante el juicio se probaría una cantidad mucho mayor”.
LOS CARGOS
Entre los cargos de la acusación reemplazante figura el de empresa criminal, que advierte la existencia de actividades ilícitas del imputado Ismael Zambada García desde por lo menos enero de 1989 y hasta enero de 2024, aproximadamente, dentro del Distrito Este de Nueva York y en otros lugares. El Mayo Zambada, junto con otros, participaron consciente e intencionalmente en concierto con cinco o más personas, respecto de las cuales el acusado ocupaba puestos de supervisión y gestión, y era uno de varios administradores, organizadores y líderes principales de la continua empresa criminal, de cuya serie de violaciones continuas obtuvo ingresos y recursos sustanciales por más de 10 millones de dólares en ingresos brutos durante uno o más períodos de doce meses para la fabricación, importación y distribución de cocaína.
Entre los grupos criminales con los que se ligan negociaciones de Zambada García para el trasiego de cocaína, se identifica al Cártel del Norte del Valle, de quien obtenía y distribuía la droga con la intención y conocimiento de que sería importada ilegalmente a EU desde un lugar fuera del mismo. Misma situación se plantea en relación con la Organización Don Lucho, la Organización Cifuentes Villa y otros proveedores de Sudamérica para cometer los referidos delitos contra la salud con la droga cocaína. De ahí surgen diversas acusaciones de poseer y distribuir no sólo cocaína, sino heroína, en diversas fechas que datan desde por lo menos 2004.
También se destaca la presunta autoría y participación de Zambada, entre enero de 1989 y enero de 2024, junto con otros miembros de su agrupación criminal, en la conspiración consciente e intencionada para matar y provocar el asesinato de uno o más personas que representaban una amenaza para el Cártel de Sinaloa, aunque en documentos públicos no se hace referencia específica a los nombres de las personas que fueron privadas de la vida por órdenes del narcotraficante sinaloense.
Durante el mismo periodo hay más imputaciones de conspiración para la fabricación y distribución de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo. En el caso de la cocaína, se le señala con al menos cinco kilogramos o más de la sustancia; la cantidad de heroína involucrada en la conspiración para Zambada fue de al menos un kilogramo o más; de metanfetamina se advierte que fueron al menos 500 gramos o más; la cantidad de marihuana involucrada atribuible al acusado fue de al menos mil kilogramos; y el fentanilo involucrado en la conspiración atribuible al Mayo, como resultado de su propia conducta y la conducta de otros fue de al menos 400 gramos o más.
Además de las drogas y homicidios, destacan cargos por el uso y portación de armas de fuego “durante y en relación con uno o más delitos de tráfico de drogas”; es decir, para fomentar el narcotráfico. Presuntamente, Ismael Zambada García poseía a sabiendas e intencionadamente estos instrumentos bélicos, de los cuales, uno o más, fueron blandidos y disparados, y uno o más de ellos era una ametralladora. También hay acusaciones por conspiración para lavar ganancias de los narcóticos importados a la Unión Americana.
Del blanqueo de capitales, se afirma que Zambada, junto con otros, conspiró a sabiendas e intencionalmente para realizar una o más transacciones financieras afectando al comercio exterior por la transferencia y entrega de moneda de EU involucrada en el tráfico de narcóticos, sabiendo que los bienes involucrados en las transacciones representaban el producto de alguna forma de actividad ilegal. Se advierte que “las transacciones fueron diseñadas en su totalidad y en parte para ocultar y disfrazar la naturaleza, la ubicación, la fuente, la propiedad y el control de los ingresos de la actividad ilegal especificada”.
Además, hubo violación a las leyes respectivas de ese país, al transportar, transmitir y transferir instrumentos monetarios y fondos desde un lugar en Estados Unidos hacia y a través de uno o más lugares hacia México y Colombia, “sabiendo que los fondos representaban el producto de alguna forma de actividad ilícita y sabiendo que el transporte, la transmisión y la transferencia fueron diseñados en su totalidad y en parte para ocultar y disfrazar la naturaleza, la ubicación, la fuente, la propiedad y el control de los ingresos de la actividad ilícita especificada”.