Volodimir Zelenski nació en 1978 en la República Socialista Soviética de Ucrania. Un cómico, simpático y alegre, que ganó el campeonato de baile de su país, intenta hacer una telenovela en la que él aparece como el presidente de Ucrania, una novela exitosa: “Servidor del Pueblo”.
Zelenski saltó a la fama con esta novela donde interpretó el papel de un profesor de historia que se convierte en presidente por accidente, y lucha contra la corrupción y los grandes males de su país. El éxito de la serie le proporcionó una gran popularidad en Ucrania, que eventualmente hizo que el pueblo votara por él, ganando en la realidad la Presidencia en 2019.
Volodimir Zelenski se postuló como candidato independiente y, de forma sorpresiva, ganó en la segunda vuelta, derrotando al entonces presidente Petro Poroshenko. Su campaña se centró en la lucha contra la corrupción, la mejora de la economía y la búsqueda de soluciones para el conflicto en el este de Ucrania.
Zelenski asumió el cargo de presidente el 20 de mayo de 2019. Su presidencia ha estado marcada por su enfoque en la reforma institucional, la lucha contra la corrupción y la búsqueda de una solución pacífica para el conflicto en el este de Ucrania. Ha tratado de fortalecer los lazos de Ucrania con Occidente y ha estado involucrado en la guerra con los rusos que invadieron su país, quienes pensaban que ganarían en cinco días y conquistarían Ucrania, expulsando a Zelenski. Les salió el gallo respondón y Ucrania lleva años peleando una guerra costosa para ambos países.
Justo después de la invasión, le ofrecieron a Zelenski refugio en Estados Unidos y otros países, cosa que con dignidad rechazó, pues pensó que le correspondía estar al frente de su país en guerra, cosa que ha hecho extraordinariamente bien, explicando una y otra vez en distintos foros mundiales la realidad de lo que acontece en la guerra, y buscando apoyos y donativos militares para poder retar a la poderosa maquinaria de guerra de Rusia.
El ejército más duro con el que se enfrentó Ucrania es el grupo Wagner en la ciudad de Donetsk, donde las tropas de Prigozhin sangraron terriblemente. Así pues, la vida es extraña y hace telenovelas más interesantes que la de la televisión enfrentando al cocinero de Putin (RIP) con el comediante ucraniano.
La guerra se prolonga de modo tal, que ha hecho que el mundo bostece por lo aburrido y porque está en un estancamiento, donde se envían mutuamente proyectiles, evitando el encuentro directo de soldados, pues además estamos en invierno, donde las estepas se llenan de lodo y los tanques se atoran. Una parte de la guerra se dirime en las Naciones Unidas y en los foros internacionales en batallas económicas, y hoy día de relaciones públicas y publicidad, para lo que Zelenski se pinta solo, representando el heroísmo de su pueblo y la determinación de no ser vencidos.
¿En qué terminará…? Quién sabe. Ojalá haya paz y Dios cuide a los buenos y Zelenski haga una reverencia final ante la aclamación de los pueblos del mundo.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.