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viernes, octubre 11, 2024
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Los hijos del neoliberalismo

 En Memoria de Cristina Pacheco

Ana Lilia Pérez, periodista de investigación, revela en sus libros las historias del saqueo que México ha sufrido por parte de las élites del poder político y económico, apoyados en una maquinaria burocrática debidamente aceitada con corrupción y certificación ideológica de la intelectualidad orgánica de derecha.

Con el breve descanso del período de centro izquierda que representó el gobierno de Lázaro Cárdenas, Ana Lilia Pérez revela los abusos, ilegalidades e inmoralidades, describiéndolos con hechos y cifras exactas y documentadas, que obtuvo ejerciendo el legítimo derecho de acceso a la información que el sector público está obligado a proporcionar a ciudadanos, investigadores y reporteros.

Las historias de prepotencia, corrupción y arrogancia de gobernadores, convertidos en virreyes, están plagadas de todo tipo de aberraciones contrarias al sentido ético y político que debería tener el poder adquirido por el voto popular. Coludidos con el poder económico y financiero, permitieron la bursatilización del presupuesto público, y con ello, pagar interese leoninos a banqueros, además del crimen al convertir deudas privadas en públicas con el FOBAPROA avalado por Zedillo.

Convertidos en títeres de “jefes políticos”, gobernadores o del mismo Presidente de la República, el Poder Legislativo y el Judicial, que debieran representar a sus votantes, legislan en beneficio del gobernante en turno, permitiéndoles el uso discrecional e irracional de presupuestos.

El soborno se inicia desde las mismas candidaturas de los futuros legisladores, con dinero para sus campañas y promesas de grandes negocios turbios e ilegales. El caso representativo que la periodista nos muestra, es la historia del Corporativo Oro Negro, en que participa Gonzalo Gil White, hijo de Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda en los gobiernos de Miguel de la Madrid, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

En el directorio de Oro Negro estaban Luis Ramírez Corzo, quien dio el salto del sector privado a Pemex, ocupando la dirección general de 2004 a 2006; Alonso del Val Echeverría socio jurídico; y Antonio Cañedo White, ex accionista de Televisa. Todos denunciados en cortes internacionales y buscados por fraude, abuso de confianza, malversación de fondos y con ficha roja de la Interpol.

Con este caso, Ana Lilia Pérez nos permite entender la madeja de negocios turbios que se dio en las esferas de estos gobiernos con el uso delictivo de los recursos del Fondo de Pensiones de 10 millones de trabajadores mexicanos: los pactos que realizaban en la renta de plataformas petroleras con funcionarios corruptos de Pemex, quienes rentaban cada plataforma en costos exorbitantes para PEMEX con 160 mil dólares diarios, respaldándose en empresas públicas de amigos, familiares y gobierno. La ambición voraz y ciega hacía, por lo mismo, negocios torpes y visibles. Robaron a los accionistas 750 millones de pesos utilizando documentos falsos de empresas “fantasma” con empresarios igualmente corruptos y parasitarios del PRIAN.

Otro caso que nos muestra Ana Lilia Pérez, es el del nombramiento por el Presidente de la República de Ignacio Ovalle como director del Sistema Alimentario Mexicano, cabeza de Conasupo y Liconsa. En Auditoría Federal, se le encontró a Ovalle un desfalco multimillonario. La periodista pone el dedo en la llaga, evidenciando la “ingenuidad” de su amigo nombrado para “combatir el hambre y proteger al campesino”.

El periodista de la columna “Astillero” Julio Hernández, exhibe a Ovalle como impresentable protagonista de escándalos en su devastadora trayectoria por Conasupo y Profeco. Aun así, el Presidente exime de responsabilidad a su amigo y lo envía, libre de culpas, a Gobernación. El Presidente, la persona mejor informada del país, debe cargar con este fraude que en libros representa de 10 a 15 mil millones de pesos.

La reforma hacendaria sigue siendo asignatura pendiente de justicia fiscal y social, concluye Ana Lilia Pérez en Hijos del Neoliberalismo.

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

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Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ortiz Ramírez Héctor Ortiz Ramírez Hector O 37 cygnus9304@hotmail.com
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