En este mes de diciembre que ya acaba, al igual que el año, pensemos en que a pesar de las cosas malas, dolorosas, que en lo personal se experimentó, unidas a las dolorosas acciones que los seres humanos realizaron en contra de sus semejantes, sin que hasta el momento haya castigo a esos que agraviaron e incluso destruyeron vidas, resaltemos lo bueno, con la esperanza de que a lo largo del 2024 se siga repitiendo lo positivo, por el bien de todos.
A principio de diciembre, concretamente el sábado 9, en el área del Faro en Playas de Tijuana, se llevó a cabo la Posada Sin Fronteras No. 30. Este importante evento de solidaridad se cumple gracias al interés de grupos ciudadanos que unen sus esfuerzos para que la tradición continúe, con un grupo de entusiastas defensores de los migrantes y algunas personas que anhelan encontrar ayuda, al otro lado de la alta y hostil valla construida por autoridades que defienden su territorio.
Los coros y letanías que se acostumbran en este evento y en otros similares, organizados por familias y grupos, nos recuerdan que “la Virgen María y el señor San José, como migrantes, llegaron a Belén y al no encontrar posada, buscaron refugio en una de las cuevas que había en los alrededores de la ciudad. A la luz de la antorcha con que alumbran el camino, se ven los rostros de estos celestiales esposos”. Así nos narra la historia previa al nacimiento del Niño Jesús.
Ese fue el ejemplo tomado por los iniciadores de esta posada en sus primeros años: hubo la oportunidad de unir a familias de los dos lados (norte y sur) en alegre y esperanzadora convivencia podían abrazarse y platicar… Eso se acabó, por decisión de autoridades norteamericanas. Pero la reunión sigue; las palabras unificadoras de los organizadores, los tradicionales tamales con el champurrado, propician, aunque brevemente, ese intercambio de sueños y anhelos.
A distintos sectores de la ciudad llegan personas generosas, con sus regalos para niños y adultos cuya calidad de migrantes o habitantes de extrema pobreza les impide comprar regalos. Hombre y mujeres solidarios que incluso les llevan alimentos y dulces para dar felicidad, aunque sea por un día. Tijuana, ciudad que en gran medida se ha conformado por migrantes, conoce la importancia de la solidaridad. Lo malo es que los desplazados aumentan y los recursos cada día son más difíciles de encontrar.
Nota 1. Si cada nación tuviera gobernantes que trabajaran por su gente, no habría motivo para que salieran huyendo.
Nota 2. ¿Quién pondría en peligro a su familia, sólo por gusto?
Nota 3. Dios le conceda a usted salud y bienestar en este 2024.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.org