Los grandes cambios de la humanidad han sido, en su momento, recibidos con gusto para unos, pero todo lo opuesto para otros.
Así sucedió con la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII, la cual trajo como beneficio, con la máquina de vapor, el ferrocarril, la siderurgia y la aparición del motor de combustión interna, la liberación del ser humano de sus límites orgánicos, multiplicando la energía y el producto del trabajo; pero a la vez repercutió negativamente en la distinción entre naciones poderosas, económica o militarmente, y las que no alcanzaron ese desarrollo.
El miedo y la incertidumbre provocaron grandes movimientos de oposición a la Revolución Industrial, sin embargo, no detuvieron su avance.
En la actualidad, es impensable que los procesos automatizados se tuvieran que hacer manualmente.
Al estar por concluir el siglo pasado, había, entre otras inquietudes, la de las consecuencias por la posible pérdida de información en las computadoras, cuando su reloj se enfrentara al cambio de milenio. Lejos de que se hubiera sufrido daño por ello, desde el año 2000 entramos en una nueva revolución, pero ahora no industrial, sino digital, la cual provocó la transformación de la vida humana.
Atrás quedó la computadora que ocupaba toda una pared, la cual sería fácilmente derrotada por un simple celular “inteligente” de la era actual, el cual tiene más capacidad que todo el panel de computadoras usadas por la NASA en conjunto, en su inaugural viaje a la Luna.
Precisamente, en una nueva etapa de esa revolución digital, si bien existen grandes bondades del avance de la tecnología, por otra parte, hay una condena mundial por el daño que se está haciendo a personas que no tienen control del uso de pantallas, especialmente a los niños, quienes están siendo perjudicados por el abuso en el uso de la tecnología.
Hay inquietud por el llamado “Internet de las cosas”, por el uso y manipulación de elementos de identificación personal, como el reconocimiento dactilar, facial y la voz, los cuales pueden ser usados por el gobierno para controlar a la población, como sucede en oriente y en algunos casos hasta en nuestro país; por ejemplo, por el SAT y los bancos. E incluso se intentó imponer el PANAUT (Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil), el cual evitamos, por resolución de mayo del 2022 de la Suprema Corte de Justicia de México, gracias a los Amparos que interpusimos.
La controversia de moda, gira en torno a la Inteligencia Artificial (IA).
En Estados Unidos, existen fuertes movimientos de protesta, por guionistas y actores, inconformes porque consideran que la IA los desplazará y abusará de sus derechos.
Todo es cuestión de identificar el lado bueno y el malo de la tecnología y de la Inteligencia Artificial.
Alberto Sandoval es comisionado del ITAIPBC y fundador de Alianza Civil, A.C.
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