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martes, diciembre 10, 2024
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Fentanilo

El Servicio Médico Forense (Semefo) de Baja California está realizando un estudio para verificar el consumo de drogas en las víctimas de homicidios, suicidios, accidentes o sospechosos de criminalidad que recibe.

Tras seis meses de iniciado el programa piloto, en marzo de 2023 informó que en Mexicali, entre el 50 y 55 por ciento de 650 pruebas habían resultado positivas al uso de algún tipo de droga, y el 33% de ellos habían salido positivos al consumo de fentanilo.

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La presidencia del Poder Judicial autorizó recursos para replicarlos y el proyecto se extendió a Tijuana, donde resultó que, de marzo a agosto de 2023, se hicieron 503 pruebas, de las cuales 338 salieron positivas a alguna droga de abuso arriba del 67%; de estos, a 82 se les encontró fentanilo, que significa más del 24%. En ambos casos la droga de mayor consumo fue la metanfetamina.

En Tijuana, el consumo de drogas en general es mayor, pero el de fentanilo es mayor en Mexicali. En ambos municipios el uso de droga es similar en cuanto a sexo, una mujer por cada 10 hombres, y la edad promedio de los usuarios de 30 a 35 años.

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Las pruebas se están haciendo en sangre, orina y, a partir de septiembre, ya no es un muestreo selectivo; en Mexicali y Tijuana se hace a todos los cuerpos que ingresan a Semefo. Los planes a corto plazo son extender el estudio al resto de los municipios, y a largo plazo, hacer pruebas para medir la cantidad de droga para diagnosticar sobredosis en las víctimas.

César Raúl González Vaca, doctor titular de Semefo, dio a conocer que ellos siguen evaluando constantemente los resultados de estos estudios y la información está disponible para compartirse. Tema en el que las secretarías de Salud y de Seguridad deberían estar interesados, ya que el problema del consumo de fentanilo, aunque procuren ignorarlo, también está en el patio mexicano.

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Los usuarios de fentanilo no muestran un rápido deterioro, por lo que el consumo es difícil de detectar. Muchos usuarios mueren por sobredosis en un periodo corto. La dosis en las calles bajacalifornianas tiene un costo aproximado de 200 pesos, y dependiendo de los niveles de adicción, se requerirían hasta cinco diarias.  

El Gobierno de Estados Unidos empezó a analizar y publicar su preocupación por las muertes generadas por el consumo de este opioide 50 veces más potente que la morfina a partir de 2014 y declaró una alerta de salud pública en 2021, afectados por el aumento de usuarios durante la pandemia de COVID-19.  

En Baja California, los primeros decomisos públicos de fentanilo se reconocieron entre 2016 y 2017, desde entonces han ido en aumento y es evidente que el crecimiento de la producción y el trasiego del tranquilizante ha superado a las autoridades.

Incluso en septiembre de 2018 se informó del aseguramiento del primer laboratorio tras la captura en Mexicali de Antov Petrov Kulkin, químico de origen búlgaro que estaba en posesión de 30 mil pastillas.

Además, el cateo en el que la Fiscalía General de la República (FGR) anunció el 2 de octubre que aseguró 306 mil pastillas de fentanilo en un domicilio ubicado en la colonia Lomas del Valle en Tijuana, donde detuvo a dos hombres y localizó una máquina para cortar pastillas, equipo para manufacturar y varios litros de precursores; aseguraron no era laboratorio, porque el Gobierno Federal niega que existan.

También está la captura informada apenas el 6 de octubre de una pareja en un domicilio de Playas de Tijuana, donde aseguraron alrededor de 20 mil pastillas de fentanilo, un kilo de polvo blanco, probable fentanilo y 60 gramos de metanfetamina.

Todos estos aseguramientos y decenas más en el país, resultaron después del pleito mediático del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con congresistas de la Cámara Baja de Estados Unidos que aprobaron recortar más de 60.7 millones de dólares en proyectos de ayuda en el país azteca -también hubo recortes en 2022-, quienes consideran que el mandatario de los “Abrazos, no balazos” no hace lo suficiente para combatir los cárteles, pese al apoyo económico millonario recibido.

Por ejemplo, el 5 de junio de 2023 en la Garita de Otay, Estados Unidos aseguró 21.11 millones de dólares en pastillas de fentanilo ocultas en un cargamento de ejotes transportado desde la delegación Maneadero en Ensenada y no hay investigación del lado mexicano.

Entre los dimes y diretes, EU pidió a México y a su Presidente capturar más narcos y desmantelar más laboratorios. La respuesta llegaría en dos sentidos:

Por un lado, el peligroso Cártel de Sinaloa que parece respaldar al gobierno lopezobradorista, a inicios de octubre colgó mantas en Sinaloa firmadas por Los Chapitos, hijos del capo preso Joaquín “El Chapo” Guzmán, prohibiendo el fentanilo.

Por otro, la tibia reacción de un gobierno que decide anunciar los resultados de una serie de operativos hormiga como los de Baja California por todo el país, con sus respectivos boletines, reportando decomisos que resultan menores comparados con el flujo real de la droga.

Al Presidente le queda menos de un año, así que es cuestión de esperar, de acuerdo a la experiencia, con pocas expectativas para saber si decide que su gobierno trabaje de verdad en capturar a los responsables no sólo de la epidemia de fentanilo en Estados Unidos, sino de las adicciones, la inseguridad y la violencia sangrienta en México; o sigue optando por los abrazos que mantienen la impunidad como reina de los mexicanos.

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Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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