La salud se concibe como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como ausencia de afecciones o enfermedades”, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. El tema de la salud como derecho humano es muy amplio e indispensable para el ejercicio de los demás derechos; su contenido mínimo o esencial es desarrollado por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas en su Observación General No. 14. En esta se establece, entre otros, que está estrechamente vinculado con el ejercicio de otros derechos humanos, en particular el derecho a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la dignidad humana, a la vida, a la no discriminación, a la igualdad y a no ser sometido a tortura.
Además, señala que el derecho humano a la salud incluye libertades y derechos. Libertades como el derecho a controlar individualmente la salud, el cuerpo, la libertad sexual y el derecho a no ser sometido a tratamientos médicos no consensuados. Derechos como el relativo a contar con un sistema de protección de la salud que brinde a las personas oportunidades iguales para disfrutar del más alto nivel posible de salud.
La salud mental es parte integral del derecho a la salud; se constituye como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades.
Con el objetivo general de concienciar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla, cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con el compromiso global para crear conciencia sobre la salud mental y defenderla como un derecho humano universal.
Las estadísticas al respecto son limitadas; no obstante, de conformidad con los datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas: “1 de cada 10 personas vive con una enfermedad mental en un momento dado; sin embargo, la cobertura del tratamiento es inaceptablemente pobre, especialmente en los países de ingresos bajos y medios”.
Por otra parte, de acuerdo con los datos del INEGI: en 2022 se registraron ocho mil 237 suicidios; en 2017, el 32.5 por ciento de las personas integrantes del hogar de 12 años y más han tenido sentimientos de depresión, de los cuales 9.9 por ciento eran a diario, 11.7 por ciento semanalmente y 11.5 por ciento mensualmente.
Es importante destacar que, sobre protección a la salud mental, este año la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas adoptó la resolución A/77/L.77 “Salud mental y apoyo psicosocial”, presentada por Juan Ramón de la Fuente, embajador de México ante la ONU y exrector de la UNAM.
En la resolución se insta a los Estados a que promuevan un cambio de paradigma en materia de salud mental, entre otros ámbitos, en la práctica clínica, las políticas, la investigación, la formación médica y las inversiones en salud, promoviendo servicios comunitarios de base empírica y centrados en las personas; que respeten, protejan y hagan efectivos los derechos humanos, la autonomía de las personas que utilizan o solicitan los servicios de salud mental, incluso recurriendo al apoyo entre pares, según proceda, y ofreciendo una serie de mecanismos de apoyo para la adopción de decisiones de carácter voluntario, como las salvaguardias contra el maltrato, la coacción y la influencia indebida en los acuerdos de apoyo, en lugar del modelo dominado por las intervenciones biomédicas, la medicalización y el internamiento en instituciones.
Erradicar los prejuicios que se tienen en el tema y acabar con los estereotipos contribuirá a que las personas que viven con discapacidad psicosocial y/o enfermedades mentales tengan mayores oportunidades de acceder al derecho que tienen de gozar del más alto nivel posible de salud y a todos sus derechos en general.
Melba Adriana Olvera Rodríguez fue Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com