Según la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Baja California (Coepris), en Tijuana durante 2023 han sido clausuradas tres tiendas que vendían productos de CBD y otros derivados de la cannabis; sin embargo, su venta continúa en otros establecimientos.
“Hemos suspendido establecimientos que anuncian y promocionan productos de CBD porque, independientemente de la circunstancia, tenemos varias razones por lo cual debemos asegurar este producto; una es que no está legalmente introducido a nuestro país, y la más importante, no hay una legislación vigente para que pueda ser distribuido y comercializado en nuestro país”, explicó el titular de la Coepris Erwin Areizaga Uribe.
ZETA constató la existencia de tres tiendas que sí están operando: una ubicada en la colonia Postal sobre la calzada Defensores de Baja California; otra en la misma calzada, pero en la colonia Ruíz Cortines frente a un supermercado; y la tercera, instalada a un lado del Hospital SIMNSA en Paseo Tijuana en la Zona Río.
Los tres establecimientos anteriores venden productos muy parecidos, con CBD: desde gomitas, goteros, chocolates, bongas, vapes, blunts, canalas y pipas, que van desde los 90 hasta los mil 500 pesos, dependiendo el artículo.
Operan en la ilegalidad
De acuerdo con el abogado Manuel Farias Camarero, la única forma de comercializar productos de CBD y otros derivados en México es a través de un amparo, pues aunque el artículo 245 fracción V de la Ley General de Salud posibilita su comercialización, siempre y cuando se trate de productos con concentraciones menores al uno por ciento de THC; la falta de regulación orilla a los interesados a tramitar un amparo bajo la premisa de “afectación a libertad de comercio”. No obstante, el titular de la Coepris negó que los tres establecimientos clausurados contaran con dicho recurso legal, por ello fueron cerrados.
Otro producto que se vende en las tiendas de derivados de la cannabis es el Delta-8 THC, el cual no está aprobado por la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés) en ningún tipo de presentación debido a sus repercusiones en la salud.
Entre diciembre de 2020 y febrero de 2022, la FDA documentó 104 reportes adversos en pacientes que consumieron Delta-8 THC, de los que 55 por ciento fueron servicios de emergencia y requirieron hospitalización por: alucinaciones, vómitos, mareos, ansiedad, temblores, confusión y pérdida del conocimiento.
A pesar de lo antes mencionado, las tiendas señaladas siguen operando, pues Coepris dijo no tener denuncias al respecto, pero aseguró que de recibirlas se acudiría inmediatamente.
