La sospecha o la posibilidad de que una parte de las remesas de migrantes mexicanos en el extranjero enviadas al país, pudiesen estar relacionadas con el lavado de dinero, divide la opinión de los pocos expertos que están dispuestos a hablar del tema, pese a los indicadores que señalan un incremento exorbitante a más del doble de divisas entre los años 2017 y 2022, así como los informes de algunos grupos de investigadores que advierten de cambios estructurales en las formas en que esas remesas llegan a México en los últimos tiempos.
Mientras que el profesor investigador del Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros, José Andrés Sumano Rodríguez, estima que los grupos criminales mexicanos que operan en los Estados Unidos utilizan la estructura que ya existe para el envío de remesas para lavar “algo” de dinero, al también profesor investigador de la misma institución, Unidad Tijuana, Vicente Sánchez Munguía, le parece bastante remota la posibilidad de que ello ocurra por la regulación que existe sobre el tema hacia ambos lados de la frontera.
Sin embargo, un reporte emitido a finales de marzo de 2023 por Signos Vitales, grupo de investigadores que analizan datos públicos en México, pone en tela de juicio la licitud que explica el alza en el envío de remesas y destaca que ese aumento atiende al menos a dos fenómenos: el éxodo en América y lavado de dinero, muy relacionado con las actividades del narcotráfico. Sobre todo, el informe se basa en que el envío de remesas se efectúa desde los estados en donde la comunidad de mexicanos es en demasía pequeña, además de presentar las tasas de naturalizados más bajas.
El aludido reporte destaca que “estudiosos de la balanza de pagos señalan que el dinero del narcotráfico enviado a través de las remesas no rebasaría el uno por ciento. Si así lo fuera, ese punto porcentual es muy cercano al costo de compra de la refinería Deer Park en Estados Unidos. Por la evidencia que presentamos, esta cifra bien puede ser de al menos 4.4 mmdd en todo 2022 (7.6 por ciento del total en 2022), sólo considerando el exceso de remesas en aquellos municipios que tienen cobertura por arriba de 100 por ciento; es decir, municipios en donde la totalidad de los hogares recibe más de una transferencia por hogar cada mes”.
Signos Vitales alerta en el sentido de que hay dos hechos que sorprenden, dados los estrictos controles de las autoridades estadounidenses: el crecimiento de las operaciones, de las cuales se desconoce su origen en los últimos cinco años, y el estallido del envío de remesas desde ocho estados en donde la población de origen mexicano es poco representativa del total. El caso más emblemático es el de Minnesota, que ahora es el tercer estado con el mayor envío de remesas (8.3 por ciento del total), sólo por debajo de California y Texas. Otros estados que aumentaron la procedencia de remesas a México son Idaho, Maine, Montana, Nuevo Hampshire, Dakota del Norte, Tennessee y Utah.
EL CRECIMIENTO
Del 1 de enero de 2017 al último día de diciembre de 2022, el envío de remesas de migrantes mexicanos de los Estados Unidos a México se incrementó en más de 103 por ciento. En ese primer año a comparar, las remesas que recibió el país ascendieron a 28 mil 771 millones de dólares, de acuerdo a datos proporcionados por el Banco de México. La aportación de esas divisas ayudó al repunte de dos por ciento que tuvo el producto interno bruto (PIB) y significaron una décima parte del crecimiento que mostró la economía en el país durante ese año. Se dijo que los migrantes redujeron el número de envíos por persona al año, de 14 en 2016 a 13 en 2017, con un promedio de 290 dólares por operación.
En 2018, las remesas de los connacionales en el exterior sumaron 33 mil 480 millones de dólares, cifra que superó en 10.52 ciento a la registrada en el año inmediato anterior. El Banco de México informó que se trataba del nivel más alto para los envíos de dinero principalmente de mexicanos en Estados Unidos, desde que inició el registro oficial. Otro dato se añadió: en el país, 1.4 millones de hogares cuentan con este ingreso. Para 2019 el monto total recibido fue de 36 mil 439 millones de dólares, un 8.8 por ciento más que en 2018.
Las remesas impusieron un nuevo récord, al incrementar 11.44 por ciento en 2020. El dinero enviado al país por ese concepto, procedente de manera mayoritaria de la Unión Americana fue del orden de 40 mil 606.6 millones de dólares, que equivalen aproximadamente al 3.8 por ciento del PIB. La cifra fue contraria al pronóstico emitido ese año por el Banco Mundial de que las remesas caerían hasta 20 por ciento en América Latina ante crisis por la pandemia del COVID-19, como consecuencia del impacto en las economías de Estados Unidos, Italia y España. Se calculó un promedio de 380 dólares por envío para diez millones de beneficiarios destinatarios de los recursos.
El año 2021 cerró con una cifra superior a los 51 mil 594 millones, lo que representó un incremento del 27 por ciento comparativamente con 2020; mientras que, en 2022, los mexicanos que viven en Estados Unidos enviaron en total 58 mil 497 millones de dólares. Un incremento del 13.4 por ciento en comparación con el año inmediato anterior. El Banco central detalló que el 98.9 por ciento de las remesas que se recibieron fueron realizadas a través de transferencias electrónicas. Sin embargo, la baja cotización del dólar ha significado una pequeña merma a ese ingreso familiar.
Este incremento sistemático ha sido presumido y alentado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde el inicio de su mandato aseguró, en 2019, que con la creación del Banco del Bienestar captaría dichas remesas para que los mexicanos ya no pagaran comisiones por el envío del dinero desde el extranjero. Y así ocurrió con la apertura de esa institución, hasta que el 28 de febrero de 2023 dejó de recibir remesas, en medio de cuestionamientos por el incumplimiento con los controles de lavado de dinero, al grado que el banco estadounidense Wells Fargo decidió cancelar los envíos a BanBienestar. Sin embargo, ahora Financiera para el Bienestar (antes Telecomm), que no tiene las regulaciones de un banco, seguirá con ese servicio.
LAVADO “HORMIGA”
El profesor investigador de El Colef, adscrito al Departamento de Estudios Culturales, José Andrés Sumano Rodríguez, advierte que “es importante señalar que aunque esto sí sucede, y hay casos, y hay investigaciones que han demostrado que hay algo de esto, ello no significa que sea la mayor parte, ni tampoco que sea un porcentaje grande de las remesas; pero sí sucede que un porcentaje menor o una pequeña parte de lo que vemos del flujo de remesas, sí tiene que ver con este tipo de actividad ilícita”.
El entrevistado dijo a ZETA que “es algo similar a lo que sucede con las remesas: obviamente que por la logística que implica hacerlo, no pueden ser cantidades de dinero tan grandes como está acostumbrado a cruzar el crimen organizado, pero que sí facilita ciertas transacciones y cierto lavado de dinero, ¿no?”. Es decir, se trata de un envío “hormiga” de remesas, donde personas contratadas en Estados Unidos cumplen su función y del lado mexicano, otras personas son contratadas para cobrar el dinero, entregarlo a alguien y recibir una pequeña comisión.
Para Sumano Rodríguez el tema del control de las remesas se enfrenta en una contradicción de políticas, pues se ha afirmado que la mejor manera de frenar al crimen organizado es bloqueando las fuentes de financiamiento y la ruta del dinero; sin embargo, “al hacerlo, pues tampoco quieren entorpecer mucho de la actividad económica, porque de alguna manera todo este flujo de dinero hace que se mueva algo de economía. Y entonces, es ahí, donde muchas veces los gobiernos no actúan en perseguir el caminito del dinero y en atacar el lavado de dinero, porque les preocupa detener un poco la actividad económica, que es algo más fuerte”.
En opinión del experto, se deben establecer mecanismos para distinguir entre cuál es el envío de una remesa formal o real y cuál es lavado de dinero, “porque también muchas de estas personas que están en Estados Unidos enviando remesas no están legalmente en el país; muchas están en condiciones de indocumentados, y entonces esto se vuelve también en un tema de como apretamos en el tema de lo que puede estar sucediendo con el lavado de dinero, sin afectar sustancialmente a estas familias, que efectivamente tienen a alguien que está trabajando allá y que está mandando dinero a su familia que esta acá”.
ALZA JUSTIFICADA
Por su parte, Vicente Sánchez Munguía, también profesor investigador de El Colef, pero perteneciente al Departamento de Estudios de Administración Pública, establece que se han planteado algunas hipótesis en dirección al lavado de dinero en el envío de remesas desde hace mucho tiempo y se han hecho modelos estadísticos, “pero no han encontrado este tipo de relación. Sobre todo, porque, cada vez, están más reguladas las remesas en las unidades de inteligencia de los dos países; no sé si sólo en México y en Estados Unidos, supongo que hay acuerdos con otros países también en el contexto internacional”.
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El catedrático explica que los envíos de dinero tienen límites “entonces, cuando ya se pasa de ciertas cantidades al mes te piden obligadamente identificación en Estados Unidos para hacer los depósitos por las vías que regularmente se envían, que son de corte bancario o electrónico. Hay ahí todo ese contexto de control de parte de la IRS en los Estados Unidos y en México por parte de las autoridades financieras; entonces como que no está tan fácil eludir ese tipo de mecanismos”.
Sánchez Munguía observa que es visible el aumento de la contratación de trabajadores temporales con la visa H2A por seis, ocho o más meses, y que son recurrentes a los campos o los espacios de mercado laboral que les oferta Estados Unidos. “Hace poco estuve dando un curso en Monterrey, y me encontré en el centro de esa ciudad a un conjunto enorme de jóvenes, con mochilas, y todo el perfil de emigrantes, y yo les pregunté: ‘¿Qué están haciendo aquí?’. Y me respondieron: ‘Estamos esperando nuestra visa para irnos a trabajar a Michigan, y a otros lugares también’”.
“México está captando en ese sentido, digamos, o está acaparando, en buena medida, a partir de esta relación binacional que hay, una buena parte del empleo que se da en ciertos espacios de mercado en Estados Unidos, y pues esto hace que las remesas crezcan. También siento que la Unión Americana tiene déficit en cierto tipo de oficios, pues con la pandemia se empezó a retirar mucha gente, y a cuidar, y entonces tienen un déficit en diferente tipo de oficios y no tienen gente preparada para esos puestos; porque dieron énfasis a la formación universitaria, pero no a la profesión técnica para oficios”, finalizó el estudioso.