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martes, octubre 1, 2024
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Las madres y el trabajo gratis

A propósito del mes de las madres, recordemos que muchas mamás trabajamos gratis, hacemos trabajo no remunerado y poco o nada valorado: aquel que realizamos sin pago de ninguna especie principalmente, trabajo doméstico y de cuidado; ese trabajo que las que lo hacemos casi siempre somos mujeres.

Algunas de las principales actividades no remuneradas son las siguientes:

*De la vivienda: Limpiar, repara o dar mantenimiento.

*De administración del hogar: Compras, trámites y pagos de servicios.

*De la alimentación: Cocinar, lavar los trastes o labores agropecuarias.

*De la ropa: Lavar, planchar, acomodar o reparar.

*Cuidados: Las actividades cotidianas de gestión y sostenibilidad de la vida, que permiten el bienestar de las personas, y en especial, de aquellas que carecen de autonomía para realizarlas por sí mismas (en algunos casos, mayormente: niñas, niños y adolescentes, pero también personas con discapacidad, personas mayores, personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas).

Esas son las cargas más gravosas para las mujeres en términos económicos y de tiempo, ya que nos limitan la posibilidad real de contar con ingresos propios. El trabajo no remunerado de las mujeres contribuye al sustento de las familias, apoya a las economías y suple las carencias en materia de servicios sociales; no obstante, carece de reconocimiento a la supervivencia económica y al desarrollo de los hogares. Si nos pagaran por hacer todo lo que hacemos, nuestra vida sería bastante distinta.

Existe una desigual distribución de las tareas domésticas y de cuidado que impacta negativamente en la autonomía y empoderamiento económico de las mujeres como consecuencia de los arraigados estereotipos de género. De acuerdo a los datos de ONU Mujeres, en México, las mujeres dedicamos 59 horas a la semana al trabajo de cuidados y doméstico (tres veces más que los hombres). Con relación al cuidado, las mujeres dedicamos aproximadamente 29 horas a las semanas (más del doble que los hombres). En cuanto a las actividades domésticas, las mujeres dedicamos en promedio 30 horas a la semana (casi el triple de las dedicadas por los hombres).

El valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10 y un 39 por ciento del Producto Interno Bruto.

Paralelamente, el INEGI estableció que, en 2021, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados que realiza la población de 12 años y más reportó un monto de 6.8 billones de pesos; este monto equivalió a 26.3 por ciento del PIB nacional. Las mujeres contribuimos con 19.1 por ciento y los hombres, con 7.2 por ciento. Con las labores domésticas y los cuidados en el hogar, las mujeres aportamos 2.6 veces más valor económico que los hombres.

Así, al realizar aproximadamente tres veces más trabajo no remunerado que los hombres, las mujeres tenemos mucho menos tiempo para dedicar al trabajo remunerado o nos vemos forzadas a trabajar más horas. Esta carga determina si las mujeres accedemos y permanecemos en un trabajo, así como la calidad de nuestros espacios laborales.

Para asegurar la igualdad y la justicia para las mujeres, se necesita continuar diseñando y fortaleciendo políticas públicas que lleven a la distribución del trabajo no remunerado de manera equitativa y que permitan crear más empleos remunerados especialmente en la economía de los cuidados. La legislación también ha de avanzar, por ejemplo, con una Ley de Cuidados, y por supuesto que también la justicia con perspectiva de género debe llegar; la esperamos en más sentencias.

Melba Adriana Olvera Rodríguez fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.

Correo: melbaadriana@hotmail.com

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