*24 de mayo de 1993, a mediodía en aeropuerto de Guadalajara.
*Catorce balazos a menos de un metro. Crimen de Estado.
“El crimen del Cardenal Posadas no fue un crimen de Estado, fue un crimen de la masonería, a través de funcionarios públicos como Fernando Gutiérrez Barrios”.
-Carlos Salinas de Gortari, ex Presidente de México (El Sol de México, OEM. 2012).
La Mafia y el Vaticano, documental producido por History Chanel, destaca cómo el primer Papa en mencionar la palabra “mafia” en una homilía fue Juan Pablo II a principios de 1993, en el corazón de la Cosa Nostra (Palermo, Italia), cuna de Al Capone y Lucky Luciano (Virginia Hill), mafiosos que corrompieron a gobiernos mexicanos -como el de Miguel Alemán Velasco- para instalar los primeros casinos en Acapulco. (La Cosa Nostra en México (1938-1950), Los negocios de Lucky Luciano y la mujer que corrompió al gobierno mexicano; Juan Alberto Cedillo).
El Papa Juan Pablo II envió al Cardenal argentino Eduardo Pironio, del Pontificio Consejo para Laicos, a participar en la misa exequial del Cardenal Posadas, asesinado a mediodía en el aeropuerto de Guadalajara; José de León Aragón (El Chino), había recibido del Cártel Arellano Félix un millón de dólares por no involucrarlos o mencionarlos en el planeado crimen del que fuera segundo Obispo de Tijuana y tercer Cardenal de Guadalajara (conforme a declaraciones ministeriales en una prisión de San Diego, California, documentadas por el Lic. José Antonio Ortega, del grupo de abogados de la arquidiócesis de Guadalajara y del Gobierno de Jalisco).
No hay que olvidar que torpemente, el “Chino” León anotó y firmó en la bitácora de vuelo de la Ciudad de México, que salía a la 1 p.m.; a investigar el Crimen del Cardenal Posadas, que ocurrió en el aeropuerto de Guadalajara a las 3 de la tarde. Al “Chino” lo habían visto temprano, organizando como director de la Judicial Federal de la PGR de Carpizo, el Crimen de Estado contra la persona del Cardenal Posadas que esperaba al Nuncio Papal Girolamo Prigione para concelebrar el primer aniversario de la beatificación de San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires.
“Frente a los despojos mortales del Cardenal Posadas sólo caben tres actitudes evangélicas: la aceptación serena y fuerte de la voluntad adorable del Padre; la oración cristiana por todos los que sufren (las familias del Cardenal y de todos los asesinados); la esperanza evangélica de los que creemos en la resurrección del Señor y cotidianamente anunciamos la muerte de Jesús y proclamamos su resurrección”.
“No he venido a predicar una ‘resignación pasiva’ frente a una ‘violencia irracional y absurda’, ‘una violencia injustificable’ y ‘execrable’ que todo lo destruye. He venido, en nombre del Santo Padre, a compartir calladamente el dolor del pueblo mexicano, herido por la muerte de un Pastor Ejemplar y otras seis víctimas igualmente inocentes. He venido a orar con ustedes por la paz de México y de América Latina”… dijo en su homilía el Cardenal Eduardo Pironio, en la Catedral de Guadalajara, en la misa del Sr. Posadas Ocampo el 27 de mayo de 1993.
La hemerografía y bibliografía del Caso Posadas es abundante y aparentemente confusa y contradictoria, pero no. Es sencilla y fácil de comprender y casi como un código hermenéutico o una forma de entenderlo pronto al estilo popular; es lo que se dice que: “¿Por qué Nuestro Señor Jesucristo fue asesinado en Israel y no en México? Porque si Jesús hubiese muerto en México, ¡nunca hubiéramos sabido quién lo mató!”. Sin demeritar los estudios sobre el tema como el libro del maestro Ignacio Burgoa Orihuela de editorial Porrúa, El Proceso a Cristo.
Entre mentiras e ilegalidades, el “insigne” simulador del Derecho, el Dr. en Constitucional y Procurador General de la República y de Derechos Humanos, Jorge Carpizo, fue notificado desde la Nunciatura Apostólica en México que ahí se encontraban testimoniando los “Hermanos Arellano Félix”; y no tuvo el valor de ir por los “más buscados”. Que no habían participado absolutamente en el invento del Fuego Cruzado y del Nintendo de Carpizo. Por casi tres horas viajaron “impunemente” en un vuelo de Aeroméxico Guadalajara-Tijuana. Las investigaciones del Grupo Interinstitucional de Abogados de Jalisco, (Arquidiócesis y Gobierno), dieron con la plena verdad plasmada en Los Chacales, la mafia que ordenó el crimen del Cardenal Posadas, libro presentado en español en Guadalajara y Tijuana; y en italiano en Roma. (“Presentarán en Roma libro ‘Los Chacales’ sobre asesinato… aciprensa.com -https://www.aciprensa.com›noticias›presentaran-en…14 mayo 2014- Los Chacales” (Gli sciacalli) es el libro que se presentará en Roma… del brutal asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo…)
Una y otra vez, el señor Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara (Emérito), ha repetido que el mal de nuestro país es la impunidad.
Don Adolfo Suárez Rivera Cardenal de Monterrey, como presidente de los Obispos de México, expresaba aquel 27 de mayo de 1993, en la misa del Sr. Cardenal Posadas: “¿No es triste que pase desapercibida la muerte de tantos honestos y sencillos hombres y mujeres de bien? ¿Habríamos tenido que esperar la llegada de la muerte violenta de un Pastor insigne de la grey católica para reaccionar?”.
“Depositamos hoy en esta tierra de Jalisco, fecundada con la sangre de sus mártires… el cuerpo de su Arzobispo, que aquí esperará la resurrección… Las tareas del Cardenal Posadas, que hasta hace unos pocos días ocupara esta venerable sede, la de Fray Antonio Alcalde, de Francisco Orozco y Jiménez, de José Garibi Rivera y de José Salazar López, su fidelidad a toda prueba, su bondad y cercanía, cobran a partir de hoy, una dimensión distinta y se convierten en predicación y anuncio del Evangelio de la paz y del amor”. (Cardenal Adolfo Suárez).
Siendo obispo de Tijuana (1970-1982) el Sr. Juan Jesús Posadas Ocampo escribió en marzo de 1980 una admirable carta al Vicario Capitular de la Arquidiócesis de El Salvador:
“Ilustre Señor. Desde el lugar más lejano de la República Mexicana, que es la ciudad de Tijuana, donde este servidor es indigno obispo residencial, me dirijo atentamente a V.S. para expresarle a nombre propio y a nombre de todo el Presbiterio y de los fieles de la Diócesis mis sentimientos de más profundo dolor ante la trágica muerte del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, cuyo vil asesinato ha causado consternación a todo el mundo… Ofrecemos nuestras oraciones sobre todo porque reine la justicia y se establezca la paz en el admirado país hermano de nuestra Patria, la heroica República de El Salvador. Afirmísimo en Cristo”. El Papa Francisco canonizó al Arzobispo de El Salvador el 14 de Octubre de 2018.
El Procurador Jorge Carpizo McGregor, en sus alegatos mitómanos y desafortunados, se mofaba diabólicamente de que “la Iglesia quiere hacer santo mártir a Posadas”. Ya ni don Fernando Gutiérrez Barrios, que fue secretario de Gobernación, que como San Dimas, en su lecho de muerte pidió ser confesado por un obispo, como así fue. Y como le pidió humildemente a Jesús en la Cruz, “¡Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino!”. Muchos mártires mexicanos antes de ser ejecutados, entregaban a los soldados sus pertenencias, y como última voluntad les pedía: arrodíllense para darles la bendición. Yo los perdono, y desde el Cielo pediré por ustedes. ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
Esta es la cronología de los cardenales que México ha tenido:
1958, José Garibi Rivera (Guadalajara); 1969, Miguel Darío Miranda (México); 1973, José Salazar López (Guadalajara); 1979, Ernesto Corripio Ahumada (México);1991, Juan Jesús Posadas Ocampo(Guadalajara); 1994, Juan Sandoval Iñiguez (Guadalajara), Adolfo Suárez Rivera (Monterrey); 1998, Norberto Rivera Carrera (México); 2003, Javier Lozano Barragán (Zacatecas); 2007, José Francisco Robles Ortega (Monterrey); 2015, Alberto Suárez Inda (Morelia); 2016, Carlos Aguiar Retes (México); 2018, Sergio Obeso Rivera (Jalapa); 2020, Felipe Arizmendi Esquivel (San Cristóbal de las Casas).
¿Por qué el gorrito rojo de los Cardenales (Capelo cardenalicio)? Recordaba el Cardenal Suárez en la misa del Sr. Posadas la pregunta que le hizo el Papa Juan Pablo II al Cardenal Posadas el día de la imposición del capelo, del rojo color de la sangre: “¿Estás dispuesto a servir a la Iglesia hasta derramar tu sangre?”. (Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Mayo 27 de 1993, Guadalajara).
Guanajuatense de Tarimoro (Salvatierra), Juan Jesús Posadas Ocampo fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Morelia, aunque nombrado obispo de Tijuana el 21 de Marzo de 1970. Sacerdote el 23 de septiembre de 1950. Nombrado por Juan Pablo II, obispo de Cuernavaca el 28 de diciembre de 1982; y trasladado a la Arquidiócesis de Guadalajara el 18 de Mayo de 1991 como sucesor del inolvidable Cardenal José Salazar López.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.
Correo: saeta87@gmail.com