El crecimiento económico global promedio bajará a 2.2% a tasa anual hasta 2030, el nivel más bajo en tres décadas, y dentro de poco la economía mundial podría estar ante una “década perdida”, alertó el Banco Mundial.
El lunes 27 de marzo, el organismo multilateral dio a conocer su informe “Caída de las Perspectivas de Crecimiento a Largo Plazo: Tendencias, Expectativas y Políticas”, que presenta la primera evaluación integral de las posibles tasas de crecimiento de la producción a largo plazo después de la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania.
En el documento señala que las economías en desarrollo tendrán una disminución pronunciada, del 6% al año entre 2000 y 2010, al 4 % anual durante el resto de esta década. Sin embargo, “estas caídas serían mucho más marcadas en caso de producirse una crisis financiera mundial o una recesión”, según las proyecciones hechas antes de la quiebra de los bancos estadounidenses Silicon Valley y Signature Bank.
Ante los pronósticos, el Banco Mundial resaltó la necesidad de un ambicioso impulso de políticas para aumentar la productividad y la oferta de mano de obra, así como la inversión y el comercio, aprovechando el potencial del sector de servicios.
“A nivel nacional, cada economía en desarrollo deberá repetir su mejor historial de los últimos 10 años en una variedad de políticas. A nivel internacional, la respuesta normativa implica una cooperación global más sólida y un impulso renovado para movilizar capital privado”, indicó el organismo en un comunicado.
Entre las recomendaciones del BM sobre políticas que pueden contribuir a promover las perspectivas del crecimiento, se encuentran la alineación del marco monetario, financiero y fiscal en que se dé prioridad a controlar la inflación, garantizar la estabilidad del sector financiero, reducir la deuda y restaurar la prudencia fiscal.
También se sugiere que los países incrementen la inversión en transporte y energía, la agricultura climáticamente inteligente y las manufacturas. Otra recomendación es reducir el costo de transporte, logística y las regulaciones comerciales. Además de aumentar la participación de la fuerza de trabajo, ya que “la mitad de la desaceleración prevista del crecimiento potencial del PIB hasta 2030 se atribuirá a cambios demográficos”, como la disminución de la población en edad laboral.