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viernes, febrero 16, 2024
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Populismo penal

Actualmente el populismo se define como una tendencia política “que dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo”. Se suman otro tipo de cuestiones: Es quien busca atraer a las clases populares siendo su portavoz, su líder, haciendo de los grupos contrarios “sus enemigos, contrapartes, los indeseables de la sociedad”.

Para el caso del delito, el populismo penal señala al crimen, como se dice en criminología: y al delito para la ciencia de derecho, como se afirma en el derecho penal, como un enemigo público y sin lugar a duda el más importante.


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Cuando existe la percepción de inseguridad en donde las autoridades se ven ampliamente rebasadas en relación a su primordial tarea, que es brindar la seguridad pública a la ciudadanía; cuando sabemos, como ocurre hoy en México, que hay Estados ingobernados, por la ineficiencia y la irresponsabilidad del Estado; y en tiempos políticos como los actuales, inicio de campañas presidencial, las precampañas que actualmente se llevan en los Estados de México y Coahuila; no puede faltar un aspirante cuya meta sea entregar su vida y energía en bien de los ciudadanos: un político que desde luego está a la expectativa de como se encuentra la sensación de indignidad ciudadana, frustrados por la falta de respuesta de las instituciones encargadas de la administración o procuración de justicia, que tientan a este aprendiz de político u aventurero de la politiquería a dar las respuestas y, por supuesto, a obsequiar todas las promesas que, en materia de seguridad, la ciudadanía está esperando, para afirmarle al populo que las respuestas están en su actual político.

¿Qué se hace entonces? Se proponen soluciones simplistas en el combate al delito. Hay que encontrar una frase simple, pero que al mismo tiempo sea impactante, o dar un discurso fuerte y emotivo. Por ejemplo: todos los delincuentes deben de ir a la cárcel; de favorecerme con el voto, habrá una lucha constante en contra de la voluntad; los policías ahora serán capacitados, tendrán sueldos dignos, armamento adecuado, unidades apropiadas para la vigilancia; y les gusta esta frase para rematar los muchos ejemplos que aquí cabrían: “Llegó el momento en que la ciudadanía tendrá una policía capacitada que sabrá responder a los actuales retos que le impone el delito”.

Y así es siempre que exista la percepción de que los delitos y la impunidad aumenten, y que el orden social está amenazado; escucharemos las voces de estos falsos profetas: Más años de cárcel para los delincuentes; cadena perpetua a homicidas, violadores, secuestradores, etc. Incluso aplicaremos la pena de muerte.


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Se proponen soluciones muy simplistas en el combate al delito y, eso sí, lo que casi siempre se denota, es la ignorancia de quien propone “soluciones”; que aparte de ser inoperantes e ineficaces, realmente el objeto es que el candidato a presidente municipal, diputado, senador, gobernador o incluso Presidente de la República logre salir de un momento difícil y su absurda propuesta le reditué votos el día de la elección.

Incluso, el Partido Verde Ecologista de México ha organizado una campaña que tiene años vigente, en donde “se enorgullece de ser el partido político que logró imponer la pena de muerte para ciertos delitos”; por supuesto que no dicen para cuales, no dicen qué ley, código o artículo de la constitución se reformó. En fin, es una campaña absurda y sin sentido que para el populo y en ciertos sectores únicamente puede impactar, pero para la gente interesada en estos temas es una muy desafortunada promoción que realiza el Partido Verde Ecologista.

A ello se suma que en México tenemos una democracia sumamente desinformada, que se  limita a una gran parte de la ciudadanía la información y se tiene un pobre y lamentable interés en exigir más de la materia, que explica por qué el punto de atención está en el castigo y no en lo que derivó en el delito. Un factor adicional es el miedo y la incertidumbre sobre la incapacidad del Estado para regular los cambios en la sociedad. Además, deben considerarse otros factores, como la falta de educación y cultura que hay en general en la sociedad, y el resquebrajamiento de la cultura, los principios de formación de la familia y el poco o nulo respeto de la sociedad hacia sus leyes y reglamentos.

Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Edo. de B.C.

Correo: liceagb@yahoo.com.mx

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