Entre “tics” y bostezos del acusado, así como una ligera sonrisa al escuchar detalles de los hechos de los que se le acusa, fue vinculado a proceso Martín Iván Morales alias “El Wacho” por su presunta participación en los delitos de secuestro agravado y homicidio calificado con ventaja en grado de tentativa, en contra del joven Fernando Rodríguez, así como dos de sus amigos de nombre Jesús y Ana Cristina, quienes fueron atacados por el grupo criminal “Los Plebes”, cuando los jóvenes se tomaban fotografías en el poblado de La Rumorosa, sobre la calle Jaime Maussan Flota, el 12 de noviembre del 2022.
La juez encargada del caso, refirió durante la audiencia, celebrada este domingo 22 de enero a las 10:00 horas en el juzgado penal de Tecate, en presencia del acusado, representante legal, Fiscalía, que tanto Jesús, como Cristina, tuvieron a bien referir en sus declaraciones de los hechos ocurrido, coincidencias en forma, lugar, vestimenta, voz y características físicas con la descripción de uno de sus agresores, coincidentes a “El Wacho”, a quien en una segunda intervención en la que se utilizó una licencia de conducir con domicilio en Ensenada, aportada por Recaudación de Rentas del Estado, en la que se podía apreciar una fotografía de Martín Iván con sus datos generales, permitiendo la identificación física y el reconocimiento de quien los jóvenes señalan como uno de sus atacantes.
Dentro de los señalamientos, pruebas y testigos que ofreció la Fiscalía General del Estado, refieren que el pasado 11 de noviembre al encontrarse los tres jóvenes, Fernando, Ana Cristina y Jesús, visitando la calle Jaime Maussan Flota, ubicada en el poblado de la Rumorosa, y tomándose una fotografía, fueron interceptados por una camioneta CRV – Toyota tripulada por “El Wacho”, en compañía de quienes las autoridades han identificado como Miguen Ángel alias ‘El Tío’, ‘El Cholo Rumo’ y el “Molacho”, los cuales portaban armas largas y cortas, refieren las víctimas, quienes cuestionaron la presencia de los jóvenes en el lugar y si portaban armas o drogas con palabras altisonantes, por lo que Fernando, quien tripulaba el vehículo Hyundai Santa fe color blanco de su propiedad, decidió acelerar y salir huyendo del lugar, iniciando una persecución, por lo que Fernando solicitó a Ana Cristina llamar a Fernando Rodríguez, pariente de este, para decirle lo que estaba ocurriendo. Al recibir un impacto de arma de fuego en una de las llantas, el vehículo Hyundai con los tres jóvenes a bordo derrapó dando una vuelta en “U”, frente al negocio denominado “Chipos”, donde cámaras de vigilancia pudieron captar las imágenes de los hechos descrito por los jóvenes y la privación de la libertad de Fernando.
La Fiscalía General del Estado presentó además declaraciones que atestiguan que el 12 de noviembre alrededor de las 10 de la mañana, “El Wacho” en compañía de “El Molacho” arribaron a un negocio de carwash, propiedad de Martín Iván, con uno de sus trabajadores de apodo “El Bolillo”, quien dijo tener conocimiento que el imputado, presuntamente rendía cuentas a una persona de Culiacán, Sinaloa, y operaba como jefe de plaza en La Rumorosa, además de realizar actividades ilícitas cono tráfico de estupefacciones, personas y homicidios.
“El Bolillo”, relató a los agentes que observó al menos tres orificios en la fachada de la camioneta CRV- Toyota, propiedad de “El Wacho” por lo que le preguntó qué había pasado, contestando que por la noche habrían tenido un enfrentamiento con integrantes de “Los Rusos”, donde privaron a “un bato”, mostrándole además un video donde decapitaban a la víctima, pudiendo observar “El Bolillo” que cercano al cuerpo se encontraba una alberca sin agua, identificando el lugar como la casa de seguridad de “El Wacho” de nombre “La Guarida del Zorrillo”.
Durante la descripción de los hechos Martín Iván, asintió ligeramente en diversas ocasiones, además de bostezar mientras la juez a cargo del caso, relataba la descripción de los hechos.
Otro testigo de la fiscalía de nombre “Gesiel” y quien laboraba como halcón al mando de “El Wacho”, encargándose e la seguridad del cerro ubicado al lado izquierdo de la caseta de “El Hongo”, que el procesado le había proporcionado, un celular y un radiotransmisor para informar de cualquier eventualidad, por lo que al estar de “halcón” el pasado 11 de noviembre escuchó varis detonaciones de arma de fuego, por lo que días después al encontrarse a “El Wacho” observo orificios en la camioneta y al entablar una plática, Martín Iván le mostró el video donde era decapitado Fernando, confirmando las declaraciones de “El Bolillo”.
La Fiscalía también dio a conocer a la juez que, tras los datos recabados por parte del equipo pericial, se pudo constatar que el cuerpo de Fernando, ex estudiante de la UABC, presentaba diversas laceraciones, huellas de tortura, entre ellas una herida abierta a la altura del dorso, heridas por impacto de arma de fuego, la extracción de la uña del dedo medio de la mano derecha, fracturas en varias partes del cuerpo, entre otras lesiones que se habían realizado previo a su muerte. Señalado en el acta la causa muerte por decapitación y trauma craneoencefálico.
Tras decapitar a Fernando, su cuerpo fue colocado en una bolsa negra de plástico junto con una cartulina con la leyenda “Esto les va a pasar a todos los Rusos”, y abandonado a uno metros del panteón “El Centinela” en el municipio de Mexical.
Luego de que en una primera audiencia Martí Iván fuera representado por un abogado particular, en esta segunda ocasión se presentó como representante un abogado de oficio.
La Fiscalía solicitó a la jueza mantener la medida cautelar de prisión preventiva impuesta previo a la segunda audiencia, mientras que el Ministerio Público indicó que trabaja en el desarrollo de otros datos de prueba, entre ellos entrevistas con testigos, así como la revisión de si el delito federal por el que fue detenido Martín Iván tiene relación con los hechos que se le imputan, por lo que pidió un periodo de investigación complementaria de tres meses, misma que por solicitud de la defensora pública de Iván Martín alías “El Wacho” se extendió a cinco meses, concedido por la jueza.
