El INE se debe perfeccionar. No es la Virgen de Guadalupe ni Santo Niño de Atocha, es una institución dinámica, viva, que debe ajustarse a la realidad social y económica de un país lleno de injusticias y de falta de oportunidades para los jodidos. El INE se toca, como se tocó energía, comunicaciones, educación, etc. El INE requiere inyecciones de democracia, cambios en la eficacia de sus finanzas, su mejor eficiencia, estructura y la transparencia del perfil de imparcialidad de sus responsables.
El INE ya no debe estar en manos del gobierno en turno ni de los partidos, menos de las minorías patronales o de sectas que excluyan el interés público de las mayorías como prioridad. Requiere funcionarios vistos con lupa su profesionalismo y calidad ética para encauzar una democracia moderna, eficiente, creíble y confiable.
Los diputados son demasiados, no solo por sus mediocres o nulas gestiones y resultados, además del borreguismo característico de las bancadas en sus distritos. La lista de los plurinominales debe ser meritoria, y dar en menor cantidad, quizás 100 a los segundos lugares de la lucha en terreno, de acuerdo al porcentaje de representatividad logrado o al número de votos. Estos diputados que se la partieron en las calles, en las colonias, tragando polvo. Ellos sí tienen responsabilidad y compromisos con los ciudadanos de su territorio donde los conocen, identifican y deben rendir las mejores cuentas.
Basta que de las oficinas VIP -por dedazo, nombre o privilegios- emerjan electos “representantes populares” sin reconocer a fondo los graves problemas que vive la sociedad.
11 funcionarios de la élite del INE, gozan de ingresos anuales iguales a casi 5,000 maestros. Es un insulto que la prensa hace invisible pero golpea a la sociedad. Salarios Mensuales de 260 mil pesos, aguinaldos de 600 mil pesos… son una burla a la pobreza dominante.
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Los ingresos, los estímulos, los seguros médicos, los aguinaldos, los gastos de representación, los alimentos con chef, la vida de reyes que se dan en el INE son privilegios que los convierten en el contraste de desigualdades en modelos impresentables de instituciones que debieron desaparecer del país con gobiernos de sentido común. ¿Por qué? México tiene regiones abandonadas en salud, educación básica y caminos para sus actividades económicas de sobrevivencia especialmente en el sur del país. Ejemplo la variante de esclavismo en San Quintín, Sinaloa, etc., con explotación laboral de indígenas y mestizos.
Los partidos se han repartido cuotas de poder como fieras, sin crear mecanismos democráticos, pero sí viendo primeramente por sus intereses más mezquinos. Han abandonado su esencia y que justificaría su existencia. No han educado a sus seguidores, no han construido cuerpos de ciudadanía, no han invertido en organización, en cuadros de liderazgo en sus territorios. Los líderes de partido y diputados están dedicados a negocios personales, a pesar de que tienen anualmente amplios recursos de la sociedad que manejan discrecionalmente sin rendir cuentas a nadie. Como claman sus promesas en campaña, deben ofrecer claridad en sus resultados sin traicionar, mentir o robar.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico
del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com
