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sábado, octubre 26, 2024
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Un crimen argentino

De las grandes tragedias de la humanidad surgen historias dignas de recrearse. Para los españoles es la Guerra Civil, el genocidio de judíos a manos de los nazis es otro tema dolorosamente inagotable y el horror de la dictadura militar es para los argentinos una fuente que alimenta una dolorosa narrativa.

En 2002 se publicó una de estas anécdotas recreadas por el periodista Reynaldo Sietecase. El suceso ocurrió en la ciudad de Rosario, donde Gabriel Samid, empresario e hijo de una adinerada familia, desaparece. El contexto es el de la impunidad con la cual los militares en tiempos de Galtieri borraron de la faz de la Tierra a todo aquel considerado disidente o adversario, digamos.

El caso de Samid era distinto. La idea, más que encontrar a los responsables, era darle una salida a esta situación complicada por el hecho de que la víctima solía tener malas compañías. Rivas (Nicolás Francella) y Torres (Matías Mayer) son los jóvenes detectives asignados a “resolver” el caso, según la voluntad del juez Suárez (Luis Duque).

Pero la investigación es mucho más complicada de lo que parece, pues resulta que la familia Samid tampoco es lo que parece, y luego llega Mariano Márquez (Darío Grandinetti), un ex preso y ahora abogado que le da sentido a toda la trama, pues en sí encarna el misterio que habrá de revelarse.

Sin embargo, no esperemos una visión muy crítica que se ahonde en la oscuridad de un sistema de gobierno brutal e inhumano. Después de todo, esto no es un thriller, sino una recreación de hechos verídicos a partir de una novela negra que en su ópera prima le permitió al director, Lucas Combina, valerse del humor para contar lo ocurrido.

Este tratamiento no le resta fuerza a un acontecimiento muy lamentable cuyo desenlace está determinado por la presión militar. Una vez más, la justicia es una falacia cuando lo que debe prevalecer es el Estado, por más mezquino que resulte.

Vale mucho la pena ver a Grandinetti en todo su esplendor, mientras que Francella se cimenta como un joven actor siguiendo la tradición de su padre, Guillermo Francella, simplemente uno de los grandes del cine argentino contemporáneo.

Sobran, entonces, las razones para ver este filme disponible vía streaming en HBO Max. ****

Punto final. – Difícil todavía ir al cine y encontrar salas vacías.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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