“Los demagogos son los peores enemigos del pueblo”.
–V. I. Lenin, ¿Qué Hacer? (1902).
Hay personas, sobre todo de la clase media pequeñoburguesa, que presumen ser “socialistas”, y hay otras que se las recargan de ser progresistas y honestas; ambas coinciden en considerar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un político humanista, un hombre honrado. Para esta caterva de gente mesocrática, repartir limosnas es signo de bondad. Tirarle mendrugos a las masas paupérrimas es señal de compasión. A esas personas habría que ponerlas en una jaula, como a un canguro australiano. Verlos como cosa rara.
El “exPRIista” y después “PRDista”, López Obrador, no reparte “apoyos” porque sea un dechado de bondad, sino por mero cálculo político. Porque políticamente le es favorable. De esa forma su gobierno se acredita como un régimen “amoroso”.
AMLO es un miserable sátrapa que en lo medular no se diferencia de los anteriores dictadorzuelos del PRI y del PAN.
Esas masas de pobres que “adoran” a AMLO, en realidad “adoran” los mendrugos de pan que les avienta el déspota de marras. Antes “adoraban” a los dictadorzuelos del PRI y del PAN cuando les regalaban despensas, dinero en efectivo de tiempo en tiempo, crédito a la palabra, desayunos gratis, dinero por la tarjeta de votación, guarderías gratuitas, material de construcción, dinero a las jefas de familia, etc.
Para un pobre que está hundido en el mar de la inconsciencia y de la pobreza, y que está muy alejado de la política revolucionaria socialista, “bueno” es aquel político que le obsequia algo. Aunque dicho político sea un reaccionario y sanguinario criminal.
No hay que olvidar que AMLO antes, cuando era uno de los principales y enorgullecidos jefes del PRD, criticaba esta política de dadivas implementadas tanto por el PRI como por el PAN. Denunciaba que Sedesol, Oportunidades y otros “programas sociales” eran solamente secretarías para atender a limosneros. Preguntamos: ¿Bienestar no lo es? Esa política “asistencialista” que llevaron a cabo los criminales PRIistas y PANistas es llevada a cabo al pie de la letra hoy por López Obrador. Solo ha cambiado el matiz; la esencia es la misma.
Todos los politicastros reaccionarios de todos los partidos políticos burgueses han tratado de congraciarse con los pobres aventándoles migajas. Todos. Con esas limosnas tratan de comprar clientela, y tener borregos a su disposición.
El Estado burgués neocolonial mexicano ha convertido a las masas pobres y a las masas misérrimas en una tropa de pordioseros. Limosneros que están dispuestos a agredir a todo aquel que ose criticar al criminal que les avienta migajas.
Solamente masas muy atrasadas y muy alejadas de la política proletaria socialista puede creer que AMLO es un político patriota. Solamente gente comprada con limosnas puede decir que López Obrador es una persona honrada. Su priismo díazordacista, echeverrista y lópez-portillista lo lleva en la sangre.
Los pobres que defienden al reaccionario dictadorzuelo a cambio de “apoyos”, aparte de ser gente paupérrima, son personas indignas. Esta gente es su ejército civil. Tropa sobornada con mendrugos. ¿No es tal cosa corrupción? ¿Un pestilente chiquero? ¿Sobornar no es corromper?
Es una gran mentira que esos limosneros que apoyan a AMLO-Morena lo hacen por principios democráticos y patrióticos. Alaban al sátrapa por la bazofia que les avienta como si fueran perros hambrientos.
Preguntamos a la gente crédula, a esos “socialista” y “progresistas” que todavía siguen tras el cencerro de AMLO: ¿Realmente piensan que AMLO y su partido Morena van acabar con la miseria y la pobreza en el país repartiendo mendrugos? ¿Creerán que el Morena va a convertir a México en una nación independiente, pletórica de libertad y de justicia, donde las masas pobres y la clase obrera no sufran por la miseria y la hambruna?
La pobreza del pueblo no se remedia con limosnas. En otras palabras, el cáncer no se cura con aspirinas.
Repetimos: AMLO reparte “apoyos” no por amor a los pobres y desempleados, sino por criterio político. Tales “apoyos” tratan de mojar la pólvora para que las chispas del descontento popular no produzcan motines, ni estallidos, ni incendios insurreccionales.
Su slogan “primero los pobres” es pura hipocresía, detestable demagogia. Eso, para los verdaderos revolucionarios comunistas está claro como la luz meridiana.
Pero la pólvora que hoy moja con sus limosnas pronto se secará y él y todos los politicastros reaccionarios y vendepatrias serán sentados, tarde o temprano, en el banquillo de los acusados… y tal vez llevados al paredón de fusilamiento. Sin duda alguna.
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
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