Destacan que el mexicano está vacunado contra COVID-19 y no corre riesgos de salud en prisión. Beneficiar al capo “no reflejaría la gravedad de sus delitos”, argumentan abogados norteamericanos
Los fiscales estadounidenses Randy S. Grossman y Joseph S. Green solicitaron a la Corte del Distrito Sur de California, con residencia en San Diego, California, denegar la moción de reducción de condena y de otorgar una pre liberación por razones humanitarias al narcotraficante mexicano Benjamín Arellano Félix, ex líder de la organización criminal que lleva sus apellidos y también es conocida como Cártel de Tijuana.
La petición de los abogados de Estados Unidos, es una respuesta a la súplica que formuló el capo sinaloense al tribunal federal el 25 de abril de 2022, para que se revise su caso, se le atienda en audiencia y se le otorgue la libertad condicional o, cuando menos, una reducción a su condena por compasión, argumentando -entre otras razones- la pandemia de COVID-19.
Arellano Félix apeló a una Ley que permite la excarcelación de reos por cuestiones humanitarias, refiriendo que, a los 68 años de edad, ya es un hombre nuevo, que tiene respeto por el Estado de Derecho y ya no es una persona inmadura. La exposición fue realizada a través de una carta en la penitenciaría federal de alta seguridad en el Condado de Lee, Virginia, donde actualmente se encuentra.
Los fiscales señalaron al tribunal que debería denegar la moción por dos razones. La primera, porque ninguna razón extraordinaria y convincente justifica el alivio extraordinario de una reducción de sentencia, pues “El acusado está completamente vacunado contra COVID-19, incluyendo haber recibido una vacuna de refuerzo”, sin que demuestre que el coronavirus representa un riesgo particular para él y justifique su liberación.
En segundo lugar, los aspectos legales desaconsejan rotundamente la liberación “porque el acusado era el líder general de la Organización Arellano Félix, uno de los más importantes de México y violentos cárteles de la droga (…), y, desde esa posición, supervisó la importación de toneladas de narcóticos a los Estados Unidos; además de dirigir innumerables secuestros y asesinatos para promover al cártel”.
Los abogados del Estado norteamericano destacan que una eventual “reducción de la sentencia del acusado no reflejaría la gravedad de sus delitos, promover el respeto por la ley y proporcionar un castigo justo para los ofensores”. La liberación anticipada de Benjamín Arellano Félix “también socavaría el objetivo de proteger al público de la conducta delictiva violenta del acusado”.
Los fiscales Grossman y Green argumentaron que los jueces pueden conceder una reducción de la pena si encuentran “motivos extraordinarios y de peso”, siempre que la persona no sea considerada un peligro. Las razones típicas incluyen la vejez, una enfermedad terminal o circunstancias familiares “extraordinarias y apremiantes”. Sin embargo, Arellano no cumple con alguno de estos criterios.
En su carta, Benjamín refiere una reconversión en su estancia en prisión, donde compurga una pena de 300 meses (25 años de cárcel) impuesta por conducir los asuntos de una empresa a través de un patrón de actividad de crimen organizado y conspiración para lavar instrumentos monetarios, de los cuales ha cumplido con once años, siendo que el Buró de Prisiones (BOP) de Estados Unidos tiene programada su liberación para el 28 de abril de 2033.
En su misiva al tribunal, “El Min” redactó:
“A los 68 años, ahora las cosas son muy diferentes, pues camino en las manos de Cristo y con orgullo me dedico a mí y ayudo a quienes lo necesitan. Mi transición es en buena fe, dándome la oportunidad de servir y cambiar mi vida. A través de esta petición, deseo exponer mi humildad, pues ya no soy más alguien inmaduro”.
El ex líder del Cártel Arellano Félix (CAF) también asegura entender que “todos los caminos en la vida, para bien o para mal, comienzan con un pequeño paso. Cuando elegimos el camino, elegimos nuestro destino”.
Todavía se desconoce la fecha y el sentido del fallo que habrá de emitir el juez federal Larry Burns, de la Corte del Distrito Sur de California, sobre la petición de Benjamín, al que por cierto, el 27 de mayo reciente se determinó que no se le debía designar un defensor público, pues luego de que este revisó el material, aseguró que no se recomendaba el nombramiento de un abogado en ese momento para el capo.
Entre los antecedentes del asunto se menciona que entre 1986 y 2002, Benjamín Arellano Félix lideró el clan criminal que lleva sus apellidos, supervisando un equipo cuyos lugartenientes dirigían células, que también han sido detenidos por participar en el CAF.
El acusado supervisó la importación de cientos de toneladas de cocaína y marihuana a Estados Unidos. Bajo su dirección, miembros del CAF realizaron el pago de sobornos a funcionarios policiales y militares mexicanos.
El ahora condenado fue arrestado el 9 de marzo de 2002 en Puebla, México, y el 4 de enero de 2012, después de ser extraditado a la Unión Americana, se declaró culpable de los cargos imputados, ser el jefe de la Organización Arellano Félix y usar la violencia, desde secuestros hasta asesinatos, para promover los intereses del cártel, comprometiéndose a entregar 100 millones de dólares para que no se le dictara cadena perpetua. El 2 de abril de ese año fue condenado a la pena descrita líneas arriba.