— ¿Pasaste el examen de Química?
“NaH, ni de Bromo”.
— ¿Era difícil?
“Cloro que sí. La verdad que Nitrato de hacerlo”.
— Gracias por advertirme.
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“Ácido un placer”.
Autor: Un maestro de Química.
Entre locos
— A que no adivinas qué tengo en la mano escondida a mi espalda.
“¡Un autobús!”.
— ¡No se vale! ¡Ya me viste!
Autor: Un psicólogo.
* * *
Un señor va por el campo con su mula y su perro. La mula, muy cargada, no puede más y se para, hincando las rodillas en tierra, a punto de desplomarse. El hombre, cada vez más molesto e impaciente, comienza a azotar con una vara al pobre animal, hasta que la mula rezonga:
“Antonio, ¿así me tratas después de todos estos años en los que te he ayudado fielmente, sin flaquear ni una sola vez hasta hoy, que estoy ya cansada y mayor?”.
El hombre se asusta y sale corriendo con el perro a su lado. Se detienen casi medio kilómetro más lejos, apoyándose en un árbol mientras intentan recuperar el aliento.
Y el can dice:
“¡Válgame! ¡Tremendo susto nos ha dado la mula al hablar!”.
Autor: Un veterinario.
Promesa
— María, prométeme que cuando muera, te casarás con Antonio.
“¡Pero si es tu peor enemigo!”.
— ¡Pues por eso, para que se amargue el infeliz!
Autor: Antonio… quién más.
El pingüino
Un subdirector pregunta a su ayudante:
— ¿Por casualidad usted ha visto alguna vez un pingüino?
“No”.
— ¡Al despacho del director!
Cuando el ayudante llega, dice al director:
“El subdirector me ha mandado aquí porque nunca he visto un pingüino”.
— ¿Que no has visto un pingüino? ¡¡¡Despedido!!!
Cuando llega a casa, la esposa del ayudante pregunta:
— ¿Qué te pasa?
“Me despidieron”.
— ¿Por qué?
“El subdirector me mandó al despacho del director, el director me ha despedido y todo porque no he visto un pingüino”.
— ¿Que no has visto un pingüino? ¡¡¡Me divorcio!!!
Al ver el ayudante a su hijo, también le explica:
“El subdirector me mandó al despacho del director, el director me ha despedido, tu madre me pidió el divorcio y ¡todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no has visto un pingüino? ¡¡¡Ya no te quiero!!!
Un policía ve al hombre por la calle y le pregunta:
— ¿Qué le pasa, señor?
“Mire, el subdirector me ha mandado al despacho del director, el director me ha despedido, mi mujer me ha pedido el divorcio y mi hijo ya no me quiere. ¡Y todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no ha visto un pingüino? ¡A la cárcel!
En la cárcel, otro policía le pregunta qué le pasa, y explica:
“El subdirector me mandó al despacho del director, el director me despidió, mi mujer me ha pedido el divorcio, mi hijo ya no me quiere, un policía me mandó aquí ¡y todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no ha visto un pingüino? ¡Lo mato!
En el cielo, un ángel pregunta al ayudante:
— ¿Qué le pasa señor?
“El subdirector me mandó al despacho del director, el director me despidió, mi mujer me ha pedido el divorcio, mi hijo ya no me quiere, un policía me mandó a la cárcel, otro me mató y ¡todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no ha visto un pingüino? ¡Al infierno!
En el infierno, el diablo le pregunta:
— ¿Qué le pasa, señor?
“Mire, el subdirector me mandó al despacho del director, el director me despidió, mi mujer me ha pedido el divorcio, mi hijo ya no me quiere, un policía me mandó a la cárcel, otro me mató, en el cielo un ángel me ha mandado aquí ¡y todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no ha visto un pingüino? ¡Al piso de abajo!
En el piso de abajo, un señor pregunta al ayudante qué le pasa. Y él responde:
“El subdirector me mandó al despacho del director, el director me despidió, mi mujer me ha pedido el divorcio, mi hijo ya no me quiere, un policía me mandó a la cárcel, otro me mató, en el cielo un ángel me mandó al infierno, el diablo me ha mandado aquí ¡y todo porque no he visto un pingüino!”.
— ¿Que no ha visto un pingüino? ¡Yo tampoco!
Autor: Un oceanólogo especializado en pingüinos.
