En el área de El Conchalito se encuentran tres de las cuatro especies de manglares que aparecen como amenazadas en las listas de la Semarnat; son 14 mujeres las que lideran los esfuerzos por conservar y proteger estos biomas
“Las Guardianas” son un grupo de mujeres originarias del barrio El Manglito de la ciudad de La Paz, quienes en los últimos años lograron organizarse a través de la Organización de Pescadores Rescatando la Ensenada (OPRE) para proteger concesiones de extracción de moluscos y encabezar la defensa de los manglares de la zona de El Conchalito.
A través de la organización de pescadores aprovechan diferentes productos pesqueros en el área, sin embargo, los esfuerzos no quedan únicamente en un beneficio comercial para ellas y sus familias.
Martha García, una de las 14 guardianas, recordó que llegaron a El Conchalito luego de que en 2017 les entregaran las concesiones de 11 bivalvos, el de mayor valor es el callo de hacha.
Cuando la marea bajaba, los pescadores ilegales, conocidos como “guateros”, entraban a robar el producto de sus concesiones.
A ellas, siendo parte de esta organización, les tocó hacer la vigilancia en tierra. Así es como llegaron inicialmente, pensando en los recursos pesqueros de los que viven sus familias.
Estando ahí reconocieron la importancia de los manglares y los beneficios que dan a la comunidad, pero en particular, la relación vital que estas zonas tiene con los productos marinos que obtienen de su trabajo.
Al ir conociendo más, relacionándose con más asociaciones, autoridades y personas de la academia, reconocieron el valor de los manglares. Así comenzaron a emprender acciones de vigilancia y de cuidado del humedal, no nada más de los bivalvos.
Recientemente, la asociación Costa Salvaje creó un cortometraje con el objetivo de dar a conocer el trabajo de las guardianas, recalcando que ellas son las protagonistas de esta lucha que beneficia a todos.
Este organismo y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) han apoyado su labor.
La gerente de conservación de manglares de Costa Salvaje, Celeste Ortega, recordó que existen dos normas mexicanas que protegen a los manglares: la 022 y la 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La 059 es la que enlista todas las especies de flora y fauna en alguna categoría de protección en México, mientras que la 022 es la que protege a los humedales.
Subrayó que también hay tratados internacionales como la convención Ramsar que define algunos sitios a nivel mundial, como humedales, de importancia.
“Una parte del Conchalito está dentro de un sitio Ramsar, que es el sitio Ramsar humedales del Mogote-Ensenada de La Paz”, comentó.
La relevancia de estos biomas es alta, recalca la investigadora. Son refugios y lugares de reproducción, alimentación o anidación de muchas especies de fauna, de las cuales se alimentan las y los mexicanos.
“Son muy importantes para las aves locales y migratorias, y nos dan barreras de protección contra los efectos de tormentas y huracanes, detienen los oleajes y los vientos”, agregó.
Además, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, ya que los manglares absorben y almacenan en sus raíces, en sus troncos y en el suelo que está alrededor de ellos hasta cinco veces más dióxido de carbono que las selvas tropicales.
